“Yo venía lanzado, porque acababa de metamorfosearme en Carlos Menem para una serie. Venía de esa especie de ejercicio muscular, imaginativo, con el que había ampliado mis horizontes expresivos, y creo que esa energía se nota en la película”, confiesa Leonardo Sbaraglia para explicar su histriónica composición, teñido de rubio, del reportero José de Zer en la película El hombre que amaba los platos voladores, de Diego Lerman, que se acaba de estrenar en Netflix.
El presentador pasó a la historia al “revolucionar” los informativos metiendo la cobertura de presuntos ovnis, cosa que “puede considerarse como el inicio de lo que ahora conocemos como fake news”, comentaba Diego Lerman en San Sebastián, donde la película compitió por la Concha de Oro.
En una reciente entrevista, el reconocido actor Leonardo Sbaraglia no escatimó en palabras al referirse a Javier Milei, el controvertido político argentino. Sbaraglia analizó el fenómeno que representa Milei en la actualidad, destacando cómo ha logrado capitalizar el descontento social y transformarlo en un apoyo político significativo.
Durante la conversación, Sbaraglia señaló que la figura de Milei ha emergido en un contexto de crisis y desilusión en la sociedad argentina. “Milei ha sabido absorber el enojo de la sociedad, un enojo legítimo, y lo ha manipulado para su beneficio político”, afirmó el actor. Según Sbaraglia, esta capacidad de Milei para conectar con las frustraciones del pueblo ha sido una de las claves de su ascenso.
El actor también hizo hincapié en cómo Milei utiliza este descontento como una herramienta para movilizar a sus seguidores. “No se trata solo de propuestas políticas, sino de cómo se presenta como un outsider que desafía al sistema. Esto resuena profundamente en un electorado cansado de la política tradicional”, explicó Sbaraglia.
Las declaraciones de Sbaraglia generaron un amplio debate en redes sociales y entre sus seguidores. Muchos coincidieron con su análisis, resaltando que el carisma y la oratoria de Milei han logrado captar la atención de un sector importante de la población. Sin embargo, también hubo quienes criticaron la estrategia de Milei, advirtiendo sobre los riesgos de una manipulación del enojo social.