Nicole Kidman y Antonio Banderas: Mitos y Realidades sobre sus Escenas Eróтicas en el Cine.
En “Babygirl” Nicole Kidman expresa toda su sensualidad con escenas de alto contenido erótico compartidas con Antonio Banderas.
Con cincuenta y siete años a sus espaldas Nicole Kidman se halla en un momento cumbre de su carrera.
Estrena mediado este mes de enero en España su película “Babygirl”, aclamada en el último Festival de Cine de Venecia, que podría reportarle un Óscar, aunque en el momento de escribir estas líneas la Academia de Cine de Hollywood aún no haya designado a quienes aspiran a la dorada estatuilla.
Ella es una alta ejecutiva empresarial que no le importa coronar a su esposo con unos hermosos cuernos con un joven becario que la deslumbra.
Triángulo amoroso que fascinó a Nicole nada más leer el guion.
Se entregó por entero a su personaje.
Y lo hizo tan bien que el jurado del certamen veneciano no vaciló en premiarla con la copa Volpi.
Recuerda la estrella que durante el rodaje pasó mucho tiempo con sus compañeros, Antonio Banderas y Harris Dickinson, metidos en la cama.
Repasando el guion, hablando de sus cosas, pero no sobrepasándose.
Ya tuvieron ocasión siguiendo el argumento de explorar sus cuerpos gloriosos.
Con el actor malagueño se lleva divinamente, hasta el punto que Nicole, bromeando, decía: “Da la impresión de que Antonio y yo llevamos mucho tiempo casados”.
Esas escenas de cama en el cine no siempre son las que más gustan a los galanes.
Han de contenerse, pensar en algo que no los lleve a una comprensible excitación. Los habrá aprovechados.
No es el caso de Banderas, que desde que está con su actual pareja nunca ha tenido tentación de engañarla.
Otra cosa es que piense casarse con ella, intención que no ha pasado por su mente.
Se casó dos veces, se divorció en ambas ocasiones y no desea repetir la experiencia nupcial.
Con su primera mujer dejó de tener contactos; con la segunda, Melanie Grifith, sí que mantiene frecuentes conversaciones vía teléfonos móviles, interesándose por la hija de ambos.
Su vida se reparte en los últimos tiempos al frente de su teatro del Soho, en Málaga, los negocios de hostelería cercanos, las inmobiliarias… Y allí en su tierra es donde recibe guiones y cuando acepta alguno se desplaza a donde sea.
Pero ya no está tan pendiente de sus años hollywoodenses.
Sus espectáculos en el mencionado coliseo de su propiedad no le reportan apenas beneficios dado su elevado coste.
Lo hace para ofrecerle a su ciudad una serie de eventos procurando que tengan valores culturales y estéticos.
Sin ir más lejos Canal Sur emitió en la noche del día de Navidad uno de ellos, con guion y dirección de Antonio, pasajes donde se evocaban estas fiestas a través de las actuaciones de una magnífica orquesta, un cuerpo de baile sensacional con solistas de categoría, grupo andaluz de verdiales y un coro infantil como remate interpretando “Noche de paz”.
Fantástica la iluminación y puesta de escena.
Así es feliz Antonio, quien suele decir que “devuelve” a su ciudad lo mucho que ha recibido de ella.
Generosa actitud de un personaje encantador y un actor formidable.