Miguel Ángel de la Moralarius,
considerado el estilista de las

estrellas, fue ejecutado la noche del
lunes 29 de septiembre en la esquina de
Presidente Masaric y Molier en Polanco,
Ciudad de México. Tenía apenas 28 años y
había logrado levantar en tiempo récord

un emporio de belleza que lo colocó en
la primera línea de la moda mexicana.
Por su salón desfilaban nombres de peso
como los de las cantantes Ángela Aguilar
y Kenia Os, de la actriz Natalia Peirón,

la influencer Priscila Escoto y la reina
de belleza Regina Peredo, Miss Universo
México 2024. Todas ellas se sentaron en
su silla, confiaron en sus manos y
presumieron en redes el trabajo de quien

a los ojos de muchos se había convertido
en el estilista de las celebridades,
pero detrás del brillo había una sombra.
Miguel era cercano a Diana Esparragosa,
influencer tapatía y nieta de Juan José

Esparragosa Moreno, alias el Azul, uno
de los fundadores del cártel de Sinaloa.
Ambos compartían viajes, mensajes de
afecto y celebraciones familiares. Esa
relación, visible en publicaciones en

redes, transformó un asesinato en el
corazón de Polanco, en un caso de alto
interés mediático y judicial.
El color está hermoso.
Todo hermoso aquí.
Más m
eh un videito
[Música]
Poco antes de la medianoche, dos hombres
en motocicleta irrumpieron en la calle.
Se detuvieron frente al Mickey’s hair
Salon Masaric. Uno de ellos descendió,
sacó un arma de fuego y disparó a
quemarropa contra Miguel, quien salía
del negocio, mientras su cuerpo caía en
los escalones de acceso. No hubo robo,
no hubo diálogo, no hubo margen. El
agresor volvió al asiento trasero del
vehículo y la motocicleta desapareció
entre el tránsito de Polanco. Patrullas
de la Secretaría de Seguridad Ciudadana
llegaron minutos después. La escena
quedó acordonada mientras peritos de la
fiscalía capitalina levantaba
casquillos, revisaban trayectorias y
aseguraban grabaciones de cámaras de
vigilancia. La versión oficial hasta el
momento, según el alcalde de la Miguel
Hidalgo, Mauricio Tadi, fue un ataque
directo, no un asalto.
Lo que queda de mí a las 9 de la noche,
dándolo todo como siempre. Claro, muy
feliz, muy contento. Qué bueno que hay
alguien que confíe en mí.
Nacido en Jalisco, Miguel. comenzó a
construir un estilo propio especializado
en extensiones y transformaciones
radicales de imagen. Su talento lo llevó
a abrir primero una sede en Zapopan y
poco después dar el salto a la capital.
El local elegido no fue cualquier
dirección, fue presidente Masaric, la
avenida más cara de México, símbolo del
lujo y del estatus, Mickey Hair, no era
un salón común. ofrecía un trato
exclusivo, bebidas de cortesía, salas
privadas, sitas reservadas con semanas
de anticipación. Los precios superaban
los 100,000 pesos en algunos paquetes de
extensiones y la experiencia era
aspiracional.
Cada clienta publicaba sus fotos con él
antes y después, siendo replicadas más
tarde por cientos de miles de
seguidores. Su cuenta personal en redes
alcanzaba los 168,000 seguidores. El
salón en Polanco tenía casi 25,000. Fue
así como muy pronto su nombre se
convirtió en una marca y su marca en
tendencia. Esa visibilidad fue también
su misma vulnerabilidad.
También para mí es muy importante que
como confías en mí, confíes en mi
equipo, ya que son altamente
profesionales y pueden brindarte el
mismo servicio con la misma calidad y
excelencia para que tú vivas la mejor
experiencia. En tanto, su relación con
Diana Esparragosa se documentaba en
fotos y mensajes, cumpleaños, viajes,
muestras públicas de afecto. Incluso en
sus redes ella lo llamaba hermano y él
correspondía con mensajes cercanos. Sin
embargo, el apellido Esparragosa no es
cualquiera. Juan José Esparragosa
Moreno, el Azul, fue uno de los líderes
históricos del cártel de Sinaloa. Y
aunque Diana es influencer y figura
pública sin cargos penales, su linaje
carga con un peso criminal que
inevitablemente tiñó la percepción del
caso. El asesinato de Miguel en Polanco
no puede entenderse sin ese contexto. un
joven empresario exitoso con una red
social mediática que se movía cerca de
una familia marcada por el narcotráfico.
Sin embargo, esta ejecución no ocurrió
en el vacío. Un documento de la Fiscalía
capitalina revela que Miguel denunció
amenazas un año antes, el 9 de
septiembre de 2024. Fue entonces cuando
un agente del Ministerio Público ordenó
medidas cautelares contra un sujeto
identificado como Eduardo. Parte del
documento refiere se abstenga de
realizar conductas de intimidación o
molestia a la víctima u ofendido en la
carpeta de investigación citada a rubro
Miguel Ángel del Amor alarios, familia o
a personas relacionadas con la
querellante.
El oficio advertía sanciones de multa y
consecuencias penales en caso de
incumplimiento. Miguel no solo había
sido amenazado, el estado lo reconoció
formalmente como víctima de
hostigamiento, pero esa protección quedó
solamente en un papel.
Emoción.
[Música]
Prisciloto está harta de ser tan rubia.
Tristemente es algo cansado estarme
haciendo cada rato la raíz.
Horas antes del crimen, perpetrado en la
avenida más custodiada de la capital,
Miguel documentaba su vida con
normalidad.
subió videos desde un gimnasio, mostró
un café, presumió la agenda cargada de
citas y publicó un giveaway. Y es que su
marca vivía en la pantalla dentro de una
comunidad que diario lo aplaudía. Pero
la narrativa del éxito se interrumpió
con las detonaciones y la misma cuenta
que horas antes prometía una experiencia
de lujo se convirtió en el muro donde
clientes y amigas dejaban mensajes de
despedida.
Cuéntame, Gabi, ¿a qué has venido a
Mickey Hair? ¿Qué te quieres hacer?
Como que más rubio y más largo.
Más rubio y más largo.
Confío en ti.
El ataque en Polanco repite un patrón
cada vez más común en la ciudad de
México. Dos sicarios en motocicleta, un
ataque directo, una fuga inmediata. Ese
modus operandi ha sido utilizado en
homicidios de alto impacto en colonias
como la Roma, Condesa, la del Valle y
ahora Polanco. La diferencia radica en
el lugar y la víctima. No fue un
comerciante anónimo, sino un estilista
conocido con vínculos visibles en el
mundo del espectáculo y una relación
pública con la familia de un capo. No
fue una zona periférica, sino el corazón
de Maaric, rodeado de boutiques de lujo,
cámaras privadas y seguridad constante.
Ahora las preguntas se acumulan, ¿quién
habría ordenado tal ejecución? ¿Qué
conexión existe entre las amenazas
denunciadas en 2024 y este homicidio?
Diana Esparragosa jugaría algún papel en
este caso. ¿Por qué nadie fue detenido
pese a las cámaras y patrullajes en
Polanco? Las autoridades insisten en que
la investigación sigue abierta, mientras
los familiares y amigos hoy velan a un
joven que lo tuvo todo para triunfar,
salvo protección real. Miguel Ángel de
la Mora representaba el triunfo
temprano, un joven empresario que
transformó cabelleras y construyó un
imperio en la avenida más cara de la
capital. Pero su vida se cruzó con un
apellido imposible de ignorar. Su muerte
no es solo la historia de un estilista
asesinado. Es la radiografía de un país
donde ni el lujo de Polanco impide que
dos hombres en motocicleta disparen a
sangre fría y desaparezcan sin dejar
rastro.