Carlos Alba o Torres, uno de los dos ha sido el expulsado de la octava gala de ‘Supervivientes All Stars 2’, quedándose a un paso de la semifinal

La cuenta atrás para la gran final de Supervivientes All Stars 2 ha comenzado, y lo ha hecho con una gala que ha dejado al público con el corazón en un puño.
Con solo una semana para conocer al ganador o ganadora del reality más extremo de Telecinco, el duelo de expulsión entre Carlos Alba y Torres se convirtió en un enfrentamiento lleno de nervios, emoción y gestos que demostraron hasta qué punto ambos se habían dejado la piel en Honduras.
La tensión se palpaba en el aire desde los primeros minutos del programa y el desenlace no pudo ser más emotivo.
Desde la Palapa, la atmósfera era de pura expectación. Dos grandes supervivientes, dos concursantes que han demostrado su fortaleza tanto física como mental, se miraban frente a frente sabiendo que solo uno continuaría en el camino hacia la gran final.
Carlos Alba, el cocinero sevillano, y Torres, el concursante más equilibrado y reflexivo de la edición, se jugaban su permanencia en una batalla donde cada voto contaba, y cada gesto podía inclinar la balanza.
Pero antes del veredicto, hubo tiempo para uno de los momentos más comentados de la noche.
Torres, que no había podido enfrentarse a la famosa “mesa de las tentaciones” en la gala anterior, tuvo que hacerlo esta vez. Y lo hizo de la forma más radical posible: apostándolo literalmente todo.
Frente a dos platos de chuches y otros dos de migas con chorizo y panceta, el concursante decidió raparse por completo. Ni barba, ni pelo, ni cejas. Lo perdió todo, salvo su sentido del humor y su espíritu de superviviente.

El público estalló en aplausos, y la audiencia en casa no tardó en reaccionar en redes sociales. Algunos lo calificaron de locura, otros de valentía, pero todos coincidían en algo: Torres había protagonizado uno de los momentos más icónicos de la temporada.
“Era ahora o nunca”, dijo entre risas tras verse en el espejo. “Prefiero quedarme calvo que quedarme sin probar las migas”. Su decisión, aunque impulsiva, le valió una oleada de simpatía que, tal vez, le ayudó a mantenerse un paso más cerca del triunfo.
Mientras tanto, Carlos Alba afrontaba la noche con una mezcla de serenidad y emoción contenida. Sabía que se jugaba mucho, pero también que lo había dado todo durante las semanas en la isla.
“No me quiero ir”, confesaba con voz temblorosa. “Pero si me voy, me voy orgulloso porque me estoy enfrentando a un gran superviviente.
Yo soy el Sevilla, y me estoy enfrentando al Real Madrid”. Sus palabras arrancaron sonrisas, pero también reflejaban la nobleza y el respeto mutuo que ha caracterizado la relación entre ambos.
La gala avanzaba y los minutos parecían eternos. La Palapa, iluminada por las antorchas, se convirtió en un escenario donde la emoción se podía cortar con un cuchillo.
Torres, algo más relajado, aprovechó para hacer balance de su paso por el reality: “He intentado no avasallar, aprender de todos un poco.
Aquí cada uno lo hace a su manera, y de todos he aprendido. Solo me queda disfrutar del paisaje y de los días que queden”. Palabras que sonaban a despedida, aunque todavía quedaba una esperanza.

Jorge Javier Vázquez, con su habitual tono solemne, tomó la palabra en el momento decisivo. Los dos finalistas del duelo esperaban en silencio, con la mirada fija en el suelo.
El plató en Madrid contenía la respiración. “El público ha decidido que el salvado de esta noche es… ¡Torres!”.
La reacción fue inmediata: Torres se llevó las manos a la cabeza, gritó de alegría y fue abrazado por sus compañeros. Mientras tanto, Carlos Alba esbozaba una sonrisa triste, consciente de que su aventura había llegado a su fin.
“Me duele mucho celebrarlo por él, porque es un gran superviviente”, admitió Torres, aún con la emoción a flor de piel. “Es uno de mis mayores rivales, a nivel de supervivencia, de compañerismo, de todo. Pensaba que tenía poco que hacer”.
Sus palabras fueron recibidas con aplausos, y demostraron que la rivalidad en Supervivientes no está reñida con el respeto ni la admiración.
Carlos Alba, por su parte, mostró la elegancia que le ha caracterizado desde el principio del concurso. Agradeció a la organización, a sus compañeros y, especialmente, a Laura Madrueño, por su empatía y profesionalidad durante su estancia en Honduras.
“Nos recibes siempre con una sonrisa enorme y no puedo estar más agradecido”, le dijo con una sinceridad que conmovió incluso a la presentadora.
Antes de abandonar la Palapa, el cocinero tuvo un último gesto que podría influir en el futuro de la competición. En su poder tenía el “beso de la traición”, un punto extra en la nominación que puede ser decisivo en la recta final del concurso.
Sin dudarlo demasiado, decidió entregárselo a Tony, provocando reacciones encontradas entre los compañeros. Una jugada estratégica que demuestra que, incluso en sus últimos momentos, Carlos no perdió el instinto competitivo.

Con su salida, Supervivientes All Stars 2 entra en su fase más intensa. Los pocos concursantes que quedan se enfrentarán ahora a la última votación antes de la semifinal, en la que solo los más fuertes lograrán asegurarse un puesto en la gran final.
La emoción está servida, y el público tiene la última palabra.
Carlos Alba se despide con la cabeza alta, consciente de que ha dejado huella. “Agradecido al público, a mis compañeros y a mi familia, que sé que me han estado apoyando desde casa”, declaró antes de subir a la barca que lo alejaba de la isla.
Su salida marca el final de una etapa y el comienzo del desenlace más esperado por los fans del reality.
Torres, mientras tanto, sigue en la carrera. Su rapado, su calma y su determinación se han convertido en su sello personal, y su paso a la semifinal lo consolida como uno de los grandes favoritos para hacerse con la victoria
En una edición donde la estrategia y la emoción van de la mano, todo puede pasar.
La noche dejó lágrimas, abrazos y una sensación generalizada de respeto entre compañeros. El espíritu de Supervivientes sigue intacto: resistir, luchar y, sobre todo, vivir intensamente cada momento.
La próxima gala promete emociones aún mayores, y los espectadores ya cuentan los días para descubrir quién logrará imponerse en la gran final de Supervivientes All Stars 2.
