Santiago Abascal arremete contra Pedro Sánchez y el PP durante un mitin en Extremadura, acusándolos de corrupción, incoherencia política y mala gestión.

El presidente de Vox, Santiago Abascal, protagonizó en Extremadura una intervención cargada de acusaciones, reproches cruzados y advertencias políticas de gran calado, en un contexto preelectoral marcado por la convocatoria anticipada en la región y por la crisis interna territorial derivada de la dimisión del presidente valenciano, Carlos Mazón.
En un mitin celebrado entre Plasencia y Cáceres, Abascal afirmó que Extremadura “es el perfecto ejemplo de lo que representa el Gobierno mafioso y corrupto que padecemos los españoles”, utilizando como eje central el señalamiento hacia el hermano del presidente Pedro Sánchez, cuyo supuesto vínculo laboral con la región ha sido objeto de controversia pública.
“Aquí trabajaba supuestamente el hermano de Sánchez mientras tributaba en Portugal y vivía escondido en La Moncloa para eludir impuestos”, declaró el líder de Vox ante los asistentes, insistiendo en que este caso refleja lo que considera un patrón general:
una estructura de poder “beneficiada por la impunidad y sostenida por sus aliados políticos”.
Abascal aprovechó su presencia para cargar directamente contra el Partido Popular, a quien acusó de actuar como “auxiliador” del presidente del Gobierno.
En un mensaje dirigido tanto a María Guardiola, presidenta extremeña, como a Alberto Núñez Feijóo, afirmó: “La señora Guardiola es la responsable de que Pedro Sánchez siguiera en el poder el 23 de julio, porque dedicó su campaña a demonizar a Vox”.
Criticó además su decisión de adelantar las elecciones autonómicas, calificándola de “innecesaria” y motivada, en su opinión, por la “soberbia y el empecinamiento” de la dirigente popular.

Según Abascal, el PP ha actuado de forma incoherente al rechazar —en Extremadura— acuerdos presupuestarios que sí aceptó en Murcia, la Comunidad Valenciana y Baleares.
“Ha forzado unas elecciones por no querer unas políticas que otros barones del PP sí aceptaron”, lamentó. Vox llegó a romper su acuerdo de gobierno regional al acusar a Guardiola de incumplir promesas relativas al reparto de inmigración irregular.
La crisis política valenciana fue otro de los ejes de su discurso. La dimisión de Carlos Mazón, presentada en plena tormenta judicial por la gestión de la DANA, fue interpretada por Abascal como “una maniobra que beneficia exclusivamente a Sánchez”.
“El PP entrega un chivo expiatorio que exonera al presidente del Gobierno de su responsabilidad criminal en la DANA”, afirmó.
Atribuyó al Ejecutivo central la negativa a solicitar ayuda internacional, la falta de infraestructuras hidrológicas y la “racanería” en los medios desplegados.
“Hoy deberíamos hablar de que el fiscal general está procesado y de un crimen brutal en Pamplona que evidencia fallos del sistema migratorio. Pero el PP le regala oxígeno a Sánchez”, remató.
Preguntado por los periodistas sobre si percibe el comienzo de un “tsunami electoral” capaz de llegar hasta La Moncloa, Abascal respondió: “No tengo ninguna duda de que cuando se devuelva la palabra a los españoles, Sánchez será expulsado del poder”.
Sobre la elección del candidato de Vox en Extremadura, evitó adelantar nombres pero aseguró que el partido decidirá “sin prisa y sin pausa” en la próxima semana: “Para nosotros importa más el qué que el quién”.
Respecto a posibles negociaciones con el Partido Popular, fue tajante: “El PP actúa así con Vox: aquí tienes lentejas, si las quieres bien y si no las dejas. Parece que todavía no nos conocen”.
Descartó cualquier contacto reciente entre ambas formaciones y advirtió que su posición siempre girará en torno a tres ejes programáticos:
defensa del campo, reindustrialización y rechazo tanto al “expolio fiscal” como a las políticas migratorias y ambientales que considera dañinas para regiones como Extremadura.

La relación del partido con la Comunidad Valenciana fue abordada con idéntica fórmula: “Somos bastante fáciles de entender. Lo que vale para Extremadura, vale para Valencia”, insistió.
Aunque evitó valorar candidatos concretos, reiteró que Vox condicionará cualquier apoyo a la aplicación de su programa.
Abascal también fue cuestionado sobre la llamada telefónica que recibió de Mazón antes de su dimisión, un gesto que confirmó, aunque sin desvelar detalles políticos: “Solo me comunicó lo que iba a hacer”.
En cuanto a la figura del posible sustituto, declinó valoraciones anticipadas y reclamó que el PP “primero se aclare internamente”.
Sobre el adelanto electoral extremeño, mostró una postura especialmente crítica: “Se debe a la soberbia de María Guardiola, que fue investida gracias a nuestros votos a pesar de haber perdido las elecciones”.
Consideró que la presidenta autonómica “está más cerca del PSOE que de la mayoría que la llevó al poder”.
Finalmente, al ser consultado sobre la posibilidad de negociar un nuevo gobierno tras los comicios, Abascal mantuvo una línea prudente: “No vamos a adelantar acontecimientos. Dentro o fuera del gobierno, nuestra prioridad será un programa claro y coherente”.
Con un mensaje dirigido al electorado extremeño, concluyó que su formación defenderá “la industria, el campo, la central nuclear de Almaraz y una política migratoria responsable”, insistiendo en que Vox “no participará del teatro político que representan PP y PSOE”.