Mariano Rajoy, expresidente del Gobierno de España, protagonizó uno de los enfrentamientos más tensos y polémicos en el Congreso de los Diputados.

Durante una comisión parlamentaria que algunos ya califican como “la comisión de los siete votos”, Rajoy no solo defendió su gestión, sino que arremetió contra el actual Gobierno de Pedro Sánchez y sus aliados.
El exmandatario dejó frases contundentes que resonaron en todo el hemiciclo, generando una ola de reacciones en las redes sociales.
Desde el inicio de su intervención, Rajoy adoptó un tono firme y directo.
Enfrentándose a las acusaciones del PSOE sobre su supuesta implicación en escándalos como el caso Villarejo o la llamada “policía patriótica”, Rajoy no dudó en calificar las preguntas como “insultantes” y “calumniosas”.
“Ustedes tienen una obsesión con el señor Villarejo”, afirmó, dejando claro que no estaba dispuesto a aceptar las acusaciones sin pruebas concretas.
El momento más álgido llegó cuando se le preguntó si había tenido contacto con el comisario Villarejo o si existían grabaciones que pudieran comprometerle.
Con su habitual ironía gallega, Rajoy negó tajantemente cualquier relación con el polémico comisario y lanzó una frase que rápidamente se volvió viral: “Salvo que la inteligencia artificial siga mejorando sus prestaciones, le digo que eso es imposible”.
Sin embargo, el enfrentamiento no terminó ahí.
El portavoz socialista insistió en que existían documentos y audios que vinculaban al Gobierno de Rajoy con operaciones ilegales.
Incluso, se le presentó una nota secreta de 2012 que, supuestamente, había sido elaborada para él y que detallaba información sensible procedente de Cataluña.
Rajoy, visiblemente molesto, negó haber leído esa nota y aseguró desconocer su existencia.
La tensión aumentó cuando se mencionaron nombres clave de su administración, como Jorge Fernández Díaz, Dolores de Cospedal y Rafael Catalá.
El expresidente rechazó cualquier implicación en las acusaciones y, en un giro inesperado, cuestionó la integridad del actual Gobierno.
“Explique usted qué está pasando hoy con Ábalos, con Coldo o con los pactos que están alcanzando con un mediador salvadoreño”, espetó Rajoy, desviando el foco hacia los escándalos que rodean al PSOE.

Uno de los momentos más comentados fue cuando el portavoz socialista le preguntó directamente si “M. Rajoy”, mencionado en los papeles de Bárcenas, era él.
Rajoy, fiel a su estilo, evitó responder de manera directa y criticó el tono y las formas de la comisión.
“Lo que yo he visto esta mañana no lo he visto jamás en el Congreso de los Diputados: malas formas, malas palabras, muchos insultos y ningún argumento”, lamentó.
El expresidente también aprovechó para criticar la aprobación de la ley de amnistía y los pactos del Gobierno con partidos independentistas.
“Por siete votos se ha humillado al Gobierno de España”, afirmó, subrayando su preocupación por la dirección que está tomando la política en el país.
El enfrentamiento no solo captó la atención de los presentes en el Congreso, sino que también generó un intenso debate en las redes sociales.
Mientras unos aplaudían la contundencia de Rajoy, otros criticaban su falta de autocrítica y su negativa a asumir responsabilidades.
Este episodio deja claro que, a pesar de haber dejado la presidencia hace años, Mariano Rajoy sigue siendo una figura que genera controversia y polariza opiniones.
Su intervención en esta comisión no solo reavivó viejos debates, sino que también puso sobre la mesa las tensiones actuales entre el PP y el PSOE.

La pregunta que queda en el aire es: ¿habrá nuevas revelaciones que puedan cambiar el rumbo de esta historia?
El tiempo lo dirá, pero lo que es seguro es que este enfrentamiento pasará a la historia como uno de los más tensos y polémicos del Congreso de los Diputados.