Este viernes, el Teatro Campoamor de Oviedo vivió una ceremonia histórica en los Premios Princesa de Asturias, marcados por la emoción, el arte y un paso de relevo importante en la Casa Real.

Câu chuyện đằng sau bài hát 'Những điều nhỏ nhặt đó' mà Serrat đã cảm động trước Công chúa Asturias

Con la presencia destacada del cantautor Joan Manuel Serrat y la Princesa Leonor, quienes capturaron la atención y los aplausos del público, el evento se destacó por momentos memorables y una clausura sin precedentes, a cargo de la heredera de la Corona.

Al recibir el Premio Princesa de Asturias de las Artes, Serrat emocionó al auditorio con su interpretación de la canción “Aquellas pequeñas cosas” al finalizar su discurso, en el que también agradeció a su esposa por acompañarlo en su vida.

Con este acto, Serrat no solo consiguió una ovación de pie, sino también un gesto de gratitud del Rey Felipe VI, quien, rompiendo el protocolo, se dirigió al cantautor para agradecerle “este regalo”.

Más tarde, la Princesa Leonor, visiblemente conmovida, recitó un verso de la canción “Els veremadors”, recordando así la obra del artista catalán y rindiéndole un emotivo homenaje en catalán.

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Además de Serrat, la ceremonia celebró a otros premiados, como la campeona olímpica Carolina Marín, quien recibió el Premio Princesa de Asturias de los Deportes.

Marín, visiblemente emocionada, agradeció la prolongada ovación del público, entre los que se encontraba su madre, quien no pudo ocultar el orgullo ante el reconocimiento a su hija.

Asimismo, el Premio de Comunicación y Humanidades fue para la artista gráfica Marjane Satrapi, mientras que en Ciencias Sociales se distinguió al politólogo Michael Ignatieff.

Ana Blandiana, galardonada en la categoría de Letras, hizo reflexionar al público con su análisis sobre la sociedad actual y la poesía como un escape a los desequilibrios existenciales.

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Este evento no solo fue importante por los galardones, sino también porque marca el décimo año de Leonor como presidenta de honor de la Fundación Princesa de Asturias, un papel en el que la joven heredera ha dejado ver su compromiso con la cultura y el arte.

En su discurso de cierre, la Princesa pronunció palabras de esperanza y optimismo, recordando a los presentes que “siempre hay una grieta por donde entra la luz”, haciendo un llamado a la perseverancia en tiempos difíciles.

Su intervención se hizo especialmente conmovedora por el hecho de que este año, por primera vez, Leonor ha sido la encargada de clausurar el acto, un rol que hasta ahora desempeñaba el Rey Felipe VI.

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El evento fue también el escenario de momentos memorables protagonizados por los representantes de Magnum Photos, premiados con el galardón de la Concordia, quienes acudieron con cámaras para inmortalizar el evento desde la mesa principal junto a la Familia Real.

Este toque desenfadado provocó risas y aplausos en un ambiente que combinó solemnidad y calidez.

La ceremonia, que comenzó alrededor de las 18:30, contó con la presencia de la Familia Real, que desfiló bajo una ligera lluvia ante un público expectante.

La Princesa Leonor, con un traje de chaqueta negro, estuvo acompañada de la Reina Letizia, quien lució un elegante vestido asimétrico de Carolina Herrera, y la Infanta Sofía, vestida con un conjunto de blazer bronce y pantalón negro.

La Real Banda de Gaitas de Oviedo dio el toque final interpretando el Himno de Asturias, mientras los asistentes despedían con aplausos a los galardonados y a la Familia Real.

Con un teatro repleto y un clima de emoción, esta edición de los Premios Princesa de Asturias dejó una profunda huella, especialmente en la Princesa Leonor, quien posiblemente presidirá el evento en solitario el próximo año, marcando el inicio de una nueva era en la representación de la Casa Real.