A casi diez años de la muerte del icónico escritor colombiano Gabriel García Márquez, una controversia rodea la publicación de su novela póstuma En agosto nos vemos.
La obra, que fue descubierta entre los papeles del autor, ha sido publicada a pesar de su clara petición de destruir el manuscrito.
Durante los últimos años de su vida, García Márquez sufrió problemas de memoria que le hicieron perder confianza en sus habilidades literarias.
Esto lo llevó a considerar En agosto nos vemos como una obra inacabada y carente de valor, indicando a sus hijos que debería ser destruida.
Sin embargo, sus hijos, Rodrigo y Gonzalo García Barcha, tomaron la decisión de compartir la novela con el mundo literario.
Rodrigo García Barcha defendió la publicación diciendo: “Sabemos que nuestro padre pidió destruir la obra, pero creemos que los lectores merecen descubrir esta parte de su legado”.
Añadió que la obra, aunque no está pulida como los grandes éxitos del autor, aún contiene destellos de su genio.
La novela relata la historia de Ana Magdalena Bach, quien, durante sus visitas anuales a la tumba de su madre en una isla tropical, busca encuentros amorosos con desconocidos, a pesar de estar casada.
Aunque esta trama difiere de las obras más conocidas de Márquez, como Cien años de soledad, los expertos reconocen el estilo inconfundible del autor en la narrativa.
La reacción ante la publicación ha sido mixta. Algunos críticos literarios aplauden la decisión de los hijos de García Márquez, considerándola una forma de honrar su legado y mantener vivo su espíritu creativo.
Otros, sin embargo, argumentan que se debería haber respetado la última voluntad del escritor.
La editorial Penguin Random House ha lanzado la obra en varios idiomas, generando un gran interés internacional.
Muchos fans y críticos esperan que la novela añada una nueva dimensión al vasto legado literario de García Márquez, mientras que otros consideran que el hecho de desafiar sus deseos podría empañar su memoria.
Lo que está claro es que En agosto nos vemos ofrece a los lectores una oportunidad única para acercarse una vez más a la magia del realismo de Márquez, y al mismo tiempo, abre el debate sobre hasta qué punto debemos seguir las indicaciones de un autor después de su muerte.