Cancelan a Lis Padilla por operar a su hija
Lis Padilla, influencer y figura pública conocida por su presencia constante en redes sociales, ha sido el centro de una intensa polémica en los últimos días tras revelarse que habría autorizado una cirugía estética para su hija menor de edad.
La noticia, que comenzó a circular a través de un video filtrado y varios comentarios en redes sociales, ha causado una fuerte reacción entre seguidores, figuras del medio y especialistas, generando una ola de cancelación que ha puesto en jaque su imagen pública y sus proyectos profesionales.
La controversia estalló cuando se viralizó una historia de Instagram en la que se veía a la joven, aparentemente saliendo de una clínica estética, con vendajes visibles y en compañía de su madre.
Aunque en un principio muchos pensaron que se trataba de una cirugía médica o reconstructiva, fue la misma Lis quien, horas después, confirmó que su hija se había sometido a una “intervención estética leve”, alegando que lo hizo “por autoestima” y que fue “una decisión familiar”.
Las reacciones no se hicieron esperar.
Numerosos usuarios en redes sociales comenzaron a criticar duramente a la influencer por exponer a su hija a un procedimiento quirúrgico a tan corta edad, cuestionando tanto la necesidad como la ética detrás de la decisión.
“¿Qué mensaje le estás dando a una niña sobre su cuerpo?”, “Ser madre no es permitir todo lo que el hijo quiera, es guiar, proteger y enseñar a aceptarse”, fueron algunos de los comentarios que se multiplicaron en sus publicaciones.
Ante la avalancha de críticas, Lis intentó justificarse en un en vivo donde, lejos de calmar las aguas, terminó por avivar aún más la indignación.
“Allá ustedes si quieren ver a sus hijas inseguras, yo le di a la mía lo que me pidió porque la vi triste.
Fue algo pequeño, no fue nada exagerado, y además fue con un cirujano de confianza”, explicó entre lágrimas.
Sin embargo, la respuesta fue duramente rechazada por gran parte del público, que interpretó sus palabras como una validación de los estándares de belleza impuestos desde la infancia.
A raíz de esta situación, diversas marcas con las que Lis tenía contratos de publicidad y colaboraciones comenzaron a distanciarse.
Al menos tres empresas de cosméticos y una cadena de ropa juvenil confirmaron que han “pausado” sus campañas con ella, alegando que su mensaje “ya no representa los valores de inclusión y autoestima” que promueven.
Esto ha sido interpretado por muchos como una cancelación progresiva que podría afectar seriamente sus ingresos y visibilidad en el mundo digital.
Además, psicólogos infantiles y expertos en desarrollo adolescente han salido a hablar del tema en distintos medios.
Muchos han coincidido en que permitir una cirugía estética a una edad temprana puede generar consecuencias emocionales profundas, además de transmitir el mensaje erróneo de que la apariencia física define el valor personal.
“Modificar el cuerpo en plena formación, cuando la identidad y la autoestima aún se están construyendo, puede dejar huellas muy complejas de manejar a futuro”, declaró una especialista en salud mental infantil.
Mientras tanto, la hija de Lis —cuyo nombre no ha sido revelado públicamente por respeto a su privacidad— ha sido mantenida fuera de las cámaras tras la polémica.
Lis aseguró que ha recibido amenazas y mensajes agresivos, lo que la llevó a suspender temporalmente su actividad en redes sociales.
“Estoy protegiendo a mi hija de todo esto.
No me imaginé que la gente fuera tan cruel.
Yo solo quiero que ella se sienta feliz”, afirmó antes de cerrar su cuenta de Instagram por tiempo indefinido.
Sin embargo, para muchos, la decisión de operar a una menor por razones estéticas no es una cuestión de “felicidad”, sino de responsabilidad adulta.
Numerosos comentarios de madres, psicólogas, activistas por la imagen corporal y hasta celebridades se han pronunciado para señalar que no se trata de juzgar a una madre por amor, sino por permitir que las inseguridades se resuelvan en un quirófano antes que en el corazón.
El debate también ha encendido una discusión más amplia sobre el impacto de las redes sociales en la percepción del cuerpo, especialmente entre niños y adolescentes.
Muchos señalan que el culto a la perfección física, alimentado por filtros, cirugías y estándares inalcanzables, está llevando a una generación entera a odiar sus cuerpos desde edades tempranas.
“Cuando la madre es influencer, y vive de su imagen, ¿qué valores está absorbiendo su hija?”, se preguntó un comentarista en una columna viral.
Por otro lado, también hay quienes han salido en defensa de Lis, alegando que cada familia tiene derecho a tomar decisiones privadas sin ser lapidados públicamente.
Algunos señalan que si el procedimiento fue autorizado legalmente y realizado con todas las medidas médicas necesarias, no debería ser motivo de condena pública.
Otros apuntan al doble estándar que existe en la crítica hacia mujeres públicas, especialmente madres, a quienes se juzga con mayor dureza por cada acción que realizan.
La polémica ha puesto en evidencia las tensiones actuales entre maternidad, fama, salud mental y estética.
Lis Padilla, acostumbrada a compartir cada detalle de su vida frente a miles de seguidores, ha aprendido por la vía más dolorosa que no todo puede ni debe ser contenido viral.
Y que, en el mundo de las redes, el mismo público que te encumbra… puede cancelarte en cuestión de segundos.
Por ahora, queda por ver si la influencer retomará sus plataformas, si ofrecerá una disculpa pública más reflexiva o si este será un punto de inflexión en su carrera.
Lo cierto es que, con esta polémica, se ha abierto una conversación necesaria sobre hasta dónde puede llegar la obsesión por la perfección física… incluso cuando el cuerpo aún está creciendo.