El 26 de febrero de 2014, el mundo de la música despidió a uno de sus mayores íconos: Paco de Lucía, legendario guitarrista y compositor español que revolucionó el flamenco.

Con solo 66 años, Paco de Lucía, cuyo nombre real era Francisco Gustavo Sánchez Gomes, falleció repentinamente en Cancún, México, debido a un paro cardíaco mientras disfrutaba de unas vacaciones en familia.
Nacido el 21 de diciembre de 1947 en Algeciras, España, Paco de Lucía creció en un entorno lleno de tradición musical flamenca. Desde muy joven, su talento y dedicación lo llevaron a destacarse en un género que hasta entonces seguía pautas muy estrictas.
Con el tiempo, Paco se convirtió en uno de los artistas más influyentes y respetados del flamenco, gracias a su capacidad para fusionar elementos tradicionales con sonidos modernos y vibrantes, logrando que el flamenco cruzara fronteras y fuera reconocido mundialmente.

El estilo de Paco de Lucía fue único y revolucionario.
Su virtuosismo en la guitarra se destacaba especialmente en técnicas complejas como el picado y el rasgueado, ejecutadas con una precisión y rapidez impresionantes.
Sus habilidades en la mano derecha, con la que lograba una fluidez y fuerza excepcionales, lo hicieron sobresalir de entre sus contemporáneos y admirado por músicos de todos los géneros.
Su técnica y pasión lo llevaron a colaborar con grandes figuras de la música, como los guitarristas Eric Clapton, John McLaughlin, Al Di Meola y el pianista de jazz Chick Corea, con quienes exploró nuevas dimensiones sonoras en sus interpretaciones y composiciones.

En 2004, su carrera y contribución al flamenco fueron reconocidas con el prestigioso Premio Príncipe de Asturias, un honor otorgado a aquellos que marcan un hito en la cultura y el arte.
Paco de Lucía se consolidó así como “el artista de flamenco más reconocido del mundo”, un título que reflejaba su profundo impacto en la música española y global.
Además de su destreza técnica, Paco de Lucía era también un innovador incansable.

Fue pionero en incorporar el cajón peruano y otros instrumentos que hasta entonces no eran habituales en el flamenco, otorgándole una dimensión rítmica más rica.
Su álbum Entre dos aguas es un ejemplo de su habilidad para mezclar estilos y expandir los límites del flamenco sin perder su esencia.
Paco de Lucía deja un legado que trasciende generaciones, una herencia musical que continúa inspirando a guitarristas, músicos y amantes del flamenco en todo el mundo.
Su influencia en la guitarra flamenca es comparable a la de Andrés Segovia en la guitarra clásica, dejando huella en todos aquellos que persiguen la perfección y la innovación en este arte.