Tom Cruise, el célebre actor de la saga Misión Imposible, está en una misión personal muy diferente: intentar recuperar el afecto de su hija Suri.
Según informes de la revista Heatworld, el actor ha decidido pagar la matrícula de universidad de Suri en un esfuerzo por acercarse a ella y restablecer su relación.
Suri, quien recientemente comenzó sus estudios en la prestigiosa Universidad Carnegie Mellon en Pensilvania, tiene un costo anual de matrícula de 65,000 dólares.
Un amigo cercano a Cruise confirmó que él está cubriendo por completo estos gastos, no solo como una responsabilidad paternal, sino como parte de un plan a largo plazo para conectar emocionalmente con su hija.
La relación entre Tom Cruise y Suri ha estado marcada por la distancia.
El actor ha estado ausente en gran parte de la vida de su hija, una situación que se volvió evidente cuando Suri cumplió 18 años en abril y decidió dejar de usar el apellido Cruise.
Muchos especulan que la religión de Tom, la Cienciología, ha jugado un papel importante en esta desconexión.
Durante el proceso de divorcio con Katie Holmes en 2012, surgieron rumores de que Katie temía que su hija se viera influenciada por el culto, lo que llevó a una lucha legal por la custodia.
Ella no se opone necesariamente a que Tom intente reconectar con Suri, pues es consciente de que, a pesar de su ausencia, Suri nunca ha podido desvincularse del estatus de su padre como uno de los actores más grandes del mundo”.
Aunque Cruise era un padre cariñoso y presente en la vida de Suri durante su infancia, la separación con Katie ha cambiado radicalmente esa dinámica.
Fuentes indican que el actor es consciente de que necesita hacer un esfuerzo significativo para reparar su relación.
“Tom cree que todo se basa en el momento adecuado”, afirma un amigo.
“Es muy paciente y no le importa esperar unos años más si eso significa poder reconectar con su hija”.
Suri, la única hija biológica de Tom Cruise, tenía solo seis años cuando sus padres se separaron.
Desde entonces, la última vez que se le vio a Tom visitando a su hija fue en 2013.
Mientras tanto, el actor mantiene una relación cercana con sus dos hijos adoptivos, Connor e Isabella, quienes siguen la religión de su padre y tienen un vínculo distante con su madre adoptiva, Nicole Kidman.