¡LA NOCHE QUE PUDO MORIR! Rubby Pérez quedó atrapado bajo los escombros tras el colapso de la discoteca Jet Set
El día que colapsó la discoteca Jet Set en la República Dominicana quedó grabado en la memoria colectiva como uno de los episodios más trágicos del espectáculo caribeño.
Pero más allá del caos, los heridos y la incertidumbre, hubo una figura cuya historia personal ese día también cambió para siempre: Rubby Pérez, el reconocido merenguero dominicano, quien estuvo presente en el lugar y vivió en carne propia los segundos más angustiosos de su vida.
Todo ocurrió una noche aparentemente normal, cuando la emblemática discoteca Jet Set, ubicada en Santo Domingo, estaba abarrotada de público.
Como de costumbre, la música retumbaba en las paredes, las luces de colores llenaban el ambiente y la energía de los asistentes estaba en su punto máximo.
En el escenario, Rubby Pérez, uno de los artistas más esperados de la velada, ofrecía una presentación que prometía ser inolvidable.
Minutos antes del desastre, Rubby interpretaba uno de sus temas más populares.
El público coreaba, bailaba y se entregaba al espectáculo, sin imaginar lo que estaba a punto de suceder.
De repente, un crujido extraño comenzó a escucharse.
En cuestión de segundos, una parte de la estructura del techo comenzó a venirse abajo.
El pánico se apoderó del lugar.
Gritos, carreras, empujones.
El lugar, que momentos antes era escenario de alegría, se convirtió en una trampa de concreto, hierro y escombros.
La estructura colapsó parcialmente, provocando una estampida entre los asistentes que intentaban desesperadamente encontrar una salida.
En medio del caos, Rubby Pérez fue alcanzado por fragmentos de la estructura, resultando herido y atrapado brevemente entre los restos del escenario.
Los testimonios de quienes estuvieron allí describen un momento de horror absoluto.
Algunos lograron escapar por las salidas de emergencia, mientras otros quedaron atrapados bajo partes del techo.
La música se detuvo abruptamente, las luces se apagaron y el humo del polvo cubría todo.
Rubby, herido, intentó moverse, pero tenía dificultades para respirar.
Su pierna había quedado parcialmente aprisionada por un objeto metálico.
A pesar del dolor, el cantante conservó la calma.
Con esfuerzo y ayudado por dos miembros de su equipo de trabajo, logró liberarse y salir por un costado del escenario.
Fue trasladado rápidamente a un hospital cercano, donde fue atendido por lesiones moderadas y crisis nerviosa.
Afortunadamente, sus heridas no pusieron en riesgo su vida, pero el impacto psicológico fue devastador.
En los días siguientes, la noticia del colapso de la discoteca Jet Set se convirtió en titular de todos los medios nacionales.
Las autoridades iniciaron una investigación para determinar las causas del derrumbe.
Se habló de negligencia en el mantenimiento, sobrecarga en la estructura y posibles irregularidades en la construcción del recinto.
Los propietarios del lugar fueron citados por la fiscalía, y varios ingenieros fueron interrogados.
Por su parte, Rubby Pérez permaneció varios días en reposo.
Aunque físicamente se recuperó con rapidez, emocionalmente tardó mucho más.
En entrevistas posteriores, confesó que pensó que moriría ese día, y que su vida pasó ante sus ojos en cuestión de segundos.
Admitió que la experiencia lo marcó profundamente y que, durante semanas, sufrió de insomnio y ataques de ansiedad.
Dijo que no podía dejar de pensar en el ruido del colapso, en los gritos de la gente y en el miedo paralizante que sintió al estar atrapado.
El cantante también aprovechó la experiencia para enviar un mensaje contundente sobre la seguridad en los espacios públicos.
Pidió a las autoridades que se tomen en serio las inspecciones de infraestructura, y exigió responsabilidades para evitar que otra tragedia como esta vuelva a ocurrir.
“Esa noche no solo se cayó una estructura.
Se rompieron vidas, se quebraron sueños”, expresó en una emotiva entrevista en televisión.
A raíz del accidente, Rubby se ausentó temporalmente de los escenarios.
Canceló presentaciones, se mantuvo alejado de los reflectores y se dedicó a su familia y a su recuperación emocional.
Muchos de sus fans le enviaron mensajes de apoyo, recordándole cuánto lo admiraban y lo esperaban de regreso.
Esa muestra de cariño fue vital para que el artista pudiera retomar poco a poco su carrera.
Con el paso del tiempo, Rubby Pérez logró transformar el dolor en fuerza.
Regresó a la música con más convicción, más pasión y un nuevo sentido de propósito.
A menudo menciona que aquel día en Jet Set fue un punto de inflexión.
Una llamada de atención que lo hizo reevaluar sus prioridades, su estilo de vida y su conexión con la vida misma.
Hoy, el recuerdo del colapso de la discoteca sigue vivo en la memoria de quienes lo vivieron.
Para Rubby, no fue solo un accidente.
Fue una lección, una segunda oportunidad y una prueba de que incluso en medio de los escombros, la vida puede abrirse camino.
Y aunque los muros se caigan, hay corazones —como el suyo— que siguen de pie, cantando con más fuerza que nunca.