🧨 “Perdí todo, incluso a mí mismo”: El desgarrador testimonio de Edison Flores tras su separación de Ana Siucho 🫥📉
Edison Flores ha sido durante años una figura entrañable del fútbol peruano.

Su entrega en la cancha, su humildad fuera de ella y su sonrisa característica lo convirtieron en uno de los jugadores más queridos por la afición.
Pero bajo esa imagen cálida y serena, había un hombre enfrentando una de las batallas más duras de su vida: el colapso de su matrimonio con Ana Siucho, la mujer con la que compartió una historia de amor que parecía inquebrantable… hasta que no lo fue.
En una entrevista que sorprendió a propios y extraños, el “Orejas” decidió hablar.
Y no fue una charla superficial ni con respuestas ensayadas.
Fue una confesión cruda, llena de pausas, silencios incómodos y miradas perdidas.
Porque esta vez, Edison no hablaba como deportista, sino como un hombre roto que apenas comenzaba a recomponerse.

“El día que firmé el divorcio sentí que algo dentro de mí se apagó”, confesó sin rodeos.
La separación, según cuenta, no fue repentina.
Fue un proceso largo, desgastante y lleno de momentos en los que se intentó salvar lo insalvable.
“No hubo traición, pero sí distancia, incomprensión y rutinas que nos alejaron poco a poco”, dijo con la voz quebrada.
Durante meses, intentaron mantener una imagen fuerte, incluso mientras por dentro todo se caía a pedazos.
Lo más perturbador de su relato fue cómo el divorcio afectó directamente su rendimiento profesional.
“Llegaba a entrenar, pero mi cabeza estaba en otro lado.
No dormía bien, comía mal, y cada partido era una tortura emocional”, confesó.

Lo que para muchos eran “bajones” en su juego, para él eran gritos silenciosos de auxilio.
Y lo peor fue la presión mediática.
“Leía titulares que decían ‘Flores ya no es el mismo’, y me dolía porque tenían razón… pero no sabían por qué”, dijo con una sinceridad desarmante.
A eso se sumaron los comentarios en redes sociales, donde la gente especulaba, juzgaba e incluso se burlaba de su situación personal.
“Perdí la confianza en mí mismo.
No sabía si valía como jugador, como esposo, como persona”.
Fue entonces cuando tocó fondo.

Una noche, encerrado en su cuarto de hotel tras una concentración, tuvo un colapso.
“Lloré como nunca antes.
Sentí que no podía más.
Que todo había perdido sentido.
Pensé en dejar el fútbol, en desaparecer por un tiempo, en borrar todo”, reveló.
Esa fue la señal de alarma que lo llevó a buscar ayuda profesional.
Gracias a la terapia psicológica, comenzó un proceso de reconstrucción lenta y dolorosa.
“No es fácil admitir que necesitas ayuda.
Como hombre, como futbolista, nos enseñan a ser fuertes, a no mostrar debilidad.
Pero yo ya no podía fingir más”, afirmó.
Fue en esas sesiones donde empezó a entender que su valor no dependía de un gol, de una relación, o de la aprobación ajena.
El cambio no fue inmediato.
Hubo recaídas, días grises y muchas preguntas sin respuesta.
Pero con el tiempo, Edison comenzó a reencontrarse con sí mismo.
“Volví a mirar al espejo sin miedo.
Volví a entrenar con ganas.
Volví a escuchar música y a reírme de verdad.
Cosas simples que había perdido”, cuenta ahora con una luz distinta en los ojos.
Sobre su relación con Ana, mantiene el respeto absoluto.
“No tengo nada malo que decir de ella.
Fue mi compañera, mi amiga, mi amor.
Pero a veces el amor no basta.
Y está bien decirlo.
No hay villanos, solo dos personas que dejaron de caminar en la misma dirección”.
Hoy, Edison Flores busca paz.
No solo en el fútbol, sino en su vida entera.
Lejos de las cámaras, los focos y las apariencias, quiere recuperar su esencia.
“Quiero ser feliz.
Con o sin balón.
Con o sin pareja.
Quiero estar bien conmigo mismo, y eso ya es una victoria”.
Su testimonio ha tocado a miles.
Porque detrás del futbolista, hay un hombre que se atrevió a romper el silencio, a mostrar sus heridas y a decir lo que tantos callan: que el dolor no distingue fama ni talentos, y que a veces, perderlo todo es el primer paso para volver a encontrarse.