¡SE LE CAE LA MÁSCARA! Carlos Morales expone a Jessica Newton con denuncias que estremecen el mundo del espectáculo
En una declaración que ya recorre todos los rincones del espectáculo peruano como una tormenta imparable, Carlos Morales, excolaborador del Miss Perú y figura conocida en el medio de la moda, ha lanzado acusaciones directas y contundentes contra Jessica Newton, directora del certamen.
Y lo que ha revelado ha puesto a tambalear la estructura mediática que la exreina de belleza ha manejado con mano de hierro durante años.
Carlos no se guardó nada.
En una transmisión en vivo, con tono firme y sin titubeos, afirmó que dentro del Miss Perú existe un sistema de favoritismos, manipulación y censura sistemática hacia quienes no siguen la línea impuesta por Newton.
“No es un certamen limpio.
Es un espectáculo dirigido, donde todo está pactado desde antes del primer desfile”, sentenció.
Las redes explotaron.
Lo que muchos intuían o sospechaban, ahora salía de boca de alguien que estuvo adentro.
Según Morales, muchas decisiones importantes —incluyendo la elección de la ganadora— no se basan realmente en mérito, preparación o desempeño en las galas, sino en intereses económicos, convenios con auspiciadores y preferencias personales.
“No es casualidad que ciertas candidatas con vínculos estratégicos lleguen tan lejos, mientras otras mejor preparadas desaparecen sin explicación”, lanzó con tono ácido.
Pero eso no fue todo.
También acusó a Jessica Newton de utilizar su poder mediático para silenciar críticas, vetar a quienes la contradicen y “crear una burbuja de perfección que solo existe frente a las cámaras”.
Carlos aseguró que, detrás del telón, el ambiente es tóxico, hostil y lleno de presión psicológica, especialmente para las candidatas que no se ajustan al perfil que ella considera “deseable”.
La respuesta de los seguidores del Miss Perú no se hizo esperar.
En redes sociales, los comentarios se dividieron entre quienes exigen una investigación inmediata y quienes defienden con uñas y dientes a Newton, acusando a Morales de querer “colgarse de la fama ajena”.
Sin embargo, lo que ha elevado la tensión es que otras personas del entorno —incluyendo exconcursantes y maquilladores— ya han comenzado a respaldar indirectamente algunas de las afirmaciones de Carlos, compartiendo experiencias personales que pintan un panorama muy distinto al que el certamen intenta mostrar.
Uno de los momentos más polémicos del testimonio fue cuando Carlos reveló que algunas candidatas habrían sido presionadas a modificar sus cuerpos con intervenciones estéticas para poder “competir realmente”.
Según él, estos cambios no eran sugerencias, sino condiciones implícitas impuestas por la dirección del certamen.
“No todas las chicas llegan con bisturí, pero si no te alineas, no pasas”, dijo tajantemente.
Jessica Newton, por su parte, se ha mantenido en silencio.
Hasta el momento no ha emitido ningún comunicado ni declaración oficial, algo que ha alimentado aún más la polémica.
Algunos interpretan su silencio como una estrategia para no dar más visibilidad a las acusaciones, mientras otros consideran que está preparando una defensa legal contundente.
Lo cierto es que el escándalo ya está fuera de control.
Los medios de comunicación han comenzado a presionar para obtener declaraciones, mientras varios programas de espectáculos ya anunciaron “entrevistas exclusivas” con figuras que prometen destapar más verdades del universo Miss Perú.
Si esto continúa, podríamos estar al borde de un terremoto institucional en el certamen más emblemático del país.
Carlos Morales cerró su testimonio con una frase que retumba como un eco implacable: “El glamour no puede seguir tapando la podredumbre que hay debajo”.
Con esas palabras, no solo arremetió contra Jessica Newton, sino que encendió una mecha que amenaza con prender fuego a toda una industria.
¿Estamos frente al principio del fin del reinado de Jessica Newton? ¿O será ella quien salga victoriosa de esta tormenta con su corona intacta? Mientras tanto, el público solo puede hacer una cosa: mirar, escuchar… y prepararse para el próximo capítulo de este escándalo que recién comienza.