🕵️♂️ El doble juego de Christian Cueva: ¿ídolo deportivo o fantasma fiestero? La verdad detrás del ampay que lo deja sin salida 🚨🥴
Ciudad Celeste, uno de los sectores más exclusivos de Guayaquil, fue testigo de una noche que comenzó como celebración y terminó en escándalo.

Tras la victoria de Emelec, el equipo que ahora acoge al talentoso pero polémico Christian Cueva, una residencia privada se convirtió en el epicentro de una fiesta de 18 horas que no dejó a nadie indiferente.
Vecinos denunciaron música a volúmenes inhumanos, autos de lujo entrando y saliendo constantemente, y un desfile incesante de mujeres entrando al domicilio.
Sin embargo, lo que más llamó la atención fue una figura en particular: un hombre con el perfil, la complexión y el estilo de vestir de Cueva, captado por cámaras de seguridad entrando pasadas las 10 de la noche y saliendo, tambaleándose, al amanecer.
Pese a las imágenes y los testimonios, Christian Cueva no tardó en salir a desmentirlo todo.
En un comunicado breve y frío, afirmó categóricamente que no asistió a ninguna celebración y que esa noche estaba “descansando en casa con su familia”.
Pero la duda ya estaba sembrada.

Los fans se dividieron: unos, fieles al “Aladino” del fútbol peruano, lo defendían con uñas y dientes; otros, cansados de sus reiteradas polémicas, exigían consecuencias inmediatas.
Lo que nadie esperaba era que uno de los asistentes, aparentemente cercano al entorno del jugador, decidiera filtrar parte del video donde se ve claramente a alguien idéntico a Cueva brindando con un vaso rojo, bailando con una mujer de cabello rubio y hablando con una voz sorprendentemente similar.
Aunque no se escucha su nombre, la atmósfera, el lenguaje corporal y los gestos son prácticamente inconfundibles.
Para muchos, no se trata de una casualidad.
La situación se volvió aún más tensa cuando se reveló que la fiesta no solo infringía normas del vecindario, sino también los códigos internos del club, que prohíben este tipo de celebraciones no autorizadas durante la temporada activa.

Directivos de Emelec, visiblemente incómodos, anunciaron que “evaluarán internamente la situación” y que, de comprobarse la participación de Cueva, se tomarán “medidas disciplinarias ejemplares”.
No es la primera vez que el nombre de Christian Cueva se ve envuelto en controversias fuera del campo.
Desde enfrentamientos con entrenadores hasta apariciones cuestionables en medios, su historial parece jugarle en contra.
Esta vez, sin embargo, la historia tiene un tono más oscuro, no solo por la negación pública que contradice la evidencia, sino por el desgaste de su imagen ante los ojos del público.
Las redes sociales explotaron.
Hashtags como #CuevaAmpay, #AladinoSinLámpara y #OtraVezCueva se convirtieron en tendencia, mientras que miles de usuarios compartían teorías, memes y hasta peticiones para que el club lo sancione.

Algunos exjugadores incluso se sumaron al debate, asegurando que “la disciplina fuera del campo es tan importante como el rendimiento dentro de él”.
Pero quizás lo más inquietante de todo fue el silencio.
Un silencio que se apoderó del entorno de Cueva después del comunicado.
Ninguna entrevista, ningún video aclaratorio, ninguna aparición pública.
Solo un mutismo extraño, como si las cámaras hubieran captado algo más de lo que se atreven a admitir.
Como si el jugador, por primera vez, no supiera cómo salir del laberinto que él mismo construyó.
Mientras tanto, los días pasan y la presión crece.
¿Se pronunciará Emelec con firmeza? ¿Aparecerá un nuevo video que confirme —o desmienta— la identidad del protagonista? ¿O quedará este episodio como una más de las sombras que persiguen a un talento brillante, pero constantemente manchado por decisiones personales?
Una cosa es segura: la fiesta terminó, pero el escándalo apenas comienza.