😱¡BOMBAZO EN LA TV PERUANA! “Arriba mi Gente” desaparecería… ¿por presión del alcalde Franco Vidal?
La mañana televisiva del Perú nunca volverá a ser la misma.
En medio de especulaciones y mensajes crípticos en redes sociales, “Arriba mi Gente”, uno de los matinales más populares de los últimos tiempos, ha desaparecido del aire sin previo aviso.
Lo más escandaloso del asunto no es la cancelación en sí, sino el rumor que ha encendido las alarmas: habría sido el propio alcalde Franco Vidal quien solicitó, de manera directa o indirecta, el fin del programa.
Los televidentes más fieles comenzaron a notar algo extraño cuando, durante las últimas emisiones, los conductores hacían comentarios ambiguos sobre “cambios que se venían” o “nuevas sorpresas”.
Sin embargo, nada preparó al público para lo que vendría después: la programación del canal cambió sin explicación oficial, y las redes del programa dejaron de publicar contenido repentinamente.
Inmediatamente comenzaron las preguntas: ¿qué pasó con “Arriba mi Gente”?
El escándalo explotó cuando una fuente interna del canal —que pidió mantenerse en el anonimato— reveló que el alcalde Franco Vidal habría estado molesto con ciertas coberturas realizadas por el matinal.
Según esta fuente, el equipo de producción recibió advertencias “sutiles pero firmes” sobre el tono con el que abordaban temas relacionados con la gestión municipal.
Al parecer, una entrevista en la que se cuestionó directamente al alcalde por decisiones presupuestarias habría sido la gota que colmó el vaso.
De acuerdo con esta versión, pocos días después de esa emisión, se produjo una reunión a puertas cerradas entre ejecutivos del canal y personas del entorno de Vidal.
Aunque no se ha confirmado oficialmente, varias figuras del medio han sugerido que hubo “presiones políticas directas” para silenciar el espacio, disfrazadas de un reordenamiento de la parrilla televisiva.
La noticia generó una ola de indignación.
Conductores como Mathías Brivio y Karina Borrero —íconos del programa— publicaron mensajes crípticos en sus redes sociales, agradeciendo al público por su apoyo y dejando entrever que la salida del aire no fue una decisión voluntaria.
“Nosotros seguimos de pie, con la verdad siempre como bandera”, escribió uno de ellos, encendiendo aún más la controversia.
Por su parte, el entorno del alcalde Franco Vidal se ha limitado a negar rotundamente cualquier intervención.
En un breve comunicado, señalaron que “el alcalde respeta la libertad de prensa y jamás ha intervenido en decisiones editoriales de ningún medio de comunicación”.
Pero las dudas no han desaparecido.
Usuarios en redes sociales han recopilado fragmentos de emisiones pasadas donde se evidencian las críticas al gobierno local y cómo, tras ellas, la actitud del canal comenzó a cambiar.
Mientras tanto, medios digitales han empezado a investigar los vínculos empresariales entre la municipalidad de Vidal y ciertos anunciantes que pautaban en “Arriba mi Gente”.
Según algunos reportes preliminares, varios contratos habrían sido retirados justo antes de que se tomara la decisión de levantar el programa, lo que alimenta la teoría de una presión indirecta pero efectiva para silenciarlo.
Periodistas de renombre también se han pronunciado.
Rosa María Palacios y César Hildebrandt han condenado la posibilidad de una censura disfrazada, advirtiendo que este tipo de maniobras representa un serio peligro para la libertad de expresión en el país.
“Si un alcalde logra callar a un programa con solo una llamada o una amenaza comercial, estamos en problemas”, dijo Hildebrandt en su podcast semanal.
El futuro de los conductores y del equipo de producción aún es incierto.
Algunos rumores apuntan a que podrían reaparecer en otro espacio bajo otro nombre, mientras que otros afirman que están considerando acciones legales por lo que consideran un despido arbitrario motivado por intereses políticos.
Lo cierto es que el público los extraña y exige respuestas claras.
Hasta el momento, el canal no ha emitido una explicación oficial convincente sobre la abrupta salida del aire.
Cada día que pasa sin un pronunciamiento directo alimenta más la teoría de que, en efecto, se trató de una decisión forzada por factores externos al contenido televisivo.
¿Fue una víctima más de la censura moderna? ¿Estamos frente a un caso flagrante de abuso de poder desde una municipalidad? ¿O hay algo aún más oscuro detrás del silenciamiento de “Arriba mi Gente”? Por ahora, las respuestas siguen sin llegar, pero la polémica está lejos de apagarse.
Lo único cierto es que, en esta historia, el final está muy lejos de haber sido escrito.
