Yaco Eskenazi y Gino Assereto regresan a Esto es Guerra y encienden el set con su competencia histórica
El regreso de Yaco Eskenazi y Gino Assereto a Esto es Guerra se convirtió en uno de los momentos más esperados del programa, y no decepcionó a los televidentes ni a los participantes.

Desde el instante en que ambos entraron al set, la emoción se palpaba en el aire: cámaras, luces y gritos del público reflejaban la anticipación por ver a estas dos figuras históricas de regreso en la competencia.
La adrenalina se elevó al máximo cuando Katia Palma anunció que, debido a la presencia de estos veteranos, los puntajes de los equipos podrían duplicarse, aumentando aún más la intensidad de la jornada.
El momento de bienvenida fue memorable.
Patricio Parodi, reconociendo la trayectoria y el respeto que ambos merecen, sorprendió a todos al entregar su banda de capitán a Yaco Eskenazi, un gesto cargado de admiración y respeto.
El público reaccionó con una ovación en vivo, mostrando la conexión especial que los participantes históricos tienen con la audiencia y la importancia de su regreso para revivir la esencia del programa.

La entrega de la banda no solo fue un símbolo de liderazgo, sino también de reconocimiento a la historia que Yaco ha construido dentro del programa.
La tensión competitiva se hizo evidente cuando Yaco y Gino se enfrentaron en un duelo que prometía ser épico.
Ambos participantes demostraron por qué son considerados figuras legendarias en Esto es Guerra.
Cada movimiento, cada estrategia y cada decisión fueron seguidos de cerca por el público y los comentaristas, quienes celebraban y analizaban cada detalle de la competencia.
La energía del set se volvió electrizante, con los espectadores al borde de sus asientos, esperando cada instante del enfrentamiento.
Sin embargo, la competencia tuvo un giro inesperado.

Yaco Eskenazi, en un descuido durante el duelo, perdió valiosos segundos que terminaron siendo decisivos.
Gino Assereto aprovechó la oportunidad, demostrando rapidez, concentración y estrategia para llevarse la victoria final.
El triunfo de Gino no solo generó celebración entre sus compañeros, sino que también aumentó la expectativa sobre cómo se desarrollaría el resto de la jornada.
Mientras Gino festejaba su victoria, Yaco se mostró visiblemente afectado por el error, consciente de que esos segundos perdidos habían marcado la diferencia en un duelo tan intenso.
La emoción del momento fue seguida de la celebración de los equipos, quienes compartieron la alegría de la competencia y destacaron la importancia de los veteranos en el desarrollo del programa.
La camaradería y el espíritu de equipo se hicieron visibles, recordando al público por qué Esto es Guerra sigue siendo uno de los realities más populares del país.
Los gestos de apoyo, las palabras de aliento y los abrazos entre participantes reflejaron la mezcla de competencia y respeto que caracteriza al programa.
No obstante, no todo fue celebración.
Pancho Rodríguez, siempre atento a los detalles y la estrategia de los competidores, destacó un aspecto polémico del regreso de Yaco.
Rodríguez señaló que Yaco había evitado participar en uno de los eventos más exigentes, delegando la responsabilidad en Valentino, uno de los competidores más jóvenes del equipo.
Este comentario generó un momento de tensión en el set, ya que evidenció la presión que incluso los veteranos enfrentan al regresar a la competencia, y abrió un debate entre los participantes sobre la estrategia, la valentía y la preparación física necesaria para enfrentar los desafíos del programa.
La reacción del público ante la observación de Pancho Rodríguez fue inmediata: muchos defendieron a Yaco, recordando su trayectoria y sus múltiples logros, mientras que otros coincidieron con Rodríguez, sugiriendo que incluso los veteranos deben cumplir con los retos en igualdad de condiciones.
Esta dualidad en la percepción del público agregó una capa adicional de dramatismo al episodio, subrayando que en Esto es Guerra, la competencia va mucho más allá de los puntajes y refleja la personalidad y la estrategia de cada participante.
El regreso de Yaco Eskenazi y Gino Assereto también revitalizó la narrativa del programa, recordando a los espectadores la historia y la esencia de Esto es Guerra.
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La química entre los veteranos y los nuevos competidores permitió un balance perfecto entre nostalgia y novedad, haciendo que el episodio fuera memorable.
Los enfrentamientos, los gestos de camaradería y las estrategias en vivo mostraron por qué estos nombres siguen siendo símbolos dentro del reality, y cómo su presencia puede transformar el dinamismo de cada competencia.
A lo largo del episodio, la audiencia pudo apreciar no solo las habilidades físicas y estratégicas de los veteranos, sino también la interacción emocional con sus compañeros y la forma en que su experiencia influye en la dinámica del equipo.
La combinación de competencia intensa, emociones auténticas y momentos de tensión mantuvo al público totalmente enganchado, reafirmando el poder de Esto es Guerra como uno de los realities más emocionantes y seguidos de la televisión peruana.
Al final del día, la jornada dejó lecciones claras sobre liderazgo, estrategia y resiliencia.
La entrega de la banda de capitán a Yaco, la victoria de Gino y la observación crítica de Pancho Rodríguez reflejaron cómo incluso los competidores históricos deben adaptarse a nuevas circunstancias, tomar decisiones rápidas y asumir riesgos.
Estos elementos no solo hicieron del episodio un espectáculo emocionante, sino también un recordatorio de que la experiencia y la juventud se complementan en la búsqueda de la victoria.
El regreso de Yaco Eskenazi y Gino Assereto marcó un hito en Esto es Guerra, demostrando que los veteranos siguen siendo piezas clave para generar emoción, tensión y espectáculo.
Su presencia, combinada con la energía de los nuevos competidores, garantiza que la competencia siga siendo impredecible y apasionante, manteniendo al público pendiente de cada movimiento.
Este episodio será recordado como uno de los más intensos y emocionantes, donde historia, estrategia y emoción se entrelazaron de manera inolvidable.