😱 Del escándalo al caos: Angie Jibaja rompe su silencio y apunta con nombre y apellido… Romina responde sin piedad 🚨🗯️

La farándula peruana no ha tenido descanso.

Y cuando se trata de conflictos familiares en el ojo público, pocos casos han sido tan intensos, dolorosos y prolongados como el triángulo explosivo formado por Angie Jibaja, Jean Paul Santa María y Romina Gachoy.

Pero ahora, el enfrentamiento ha cruzado todos los límites.

En una transmisión en vivo, Angie apareció visiblemente alterada, mirando fijamente a la cámara, con una mezcla de dolor y furia imposible de ignorar.

“Si algo le pasa a mis hijos, ya saben a quién culpar”, sentenció con una voz quebrada, pero cargada de rabia.

El mensaje no dejaba espacio para interpretaciones.

Estaba dirigido directamente a Jean Paul, el padre de sus hijos, y a Romina, su pareja actual.

Sin mencionar nombres, los acusó de manipulación, de ocultar información, de distorsionar la verdad frente a los menores.

“Estoy cansada de las mentiras, de las caretas.

Quieren mostrar una vida perfecta, pero yo sé lo que pasa detrás de esas puertas.

Las redes sociales estallaron.

La audiencia, dividida como pocas veces, comenzó a viralizar fragmentos del video.

Algunos apoyaban a Angie, argumentando que una madre desesperada no grita por capricho.

Otros, en cambio, la acusaban de sembrar paranoia, de jugar con el miedo, de dramatizar un conflicto que debería resolverse en privado.

Pero la bomba mediática ya había explotado.

Romina Gachoy no tardó en responder.

Y lo hizo con una frialdad quirúrgica que contrastó completamente con la emoción cruda de Angie.

En declaraciones a un medio local, dijo: “No vamos a caer en provocaciones emocionales.

Esto no se trata de redes sociales, se trata de hechos.

Y los hechos se prueban en tribunales, no en Instagram Live.

” Luego, añadió una frase que dejó a todos en silencio: “El daño psicológico no siempre viene de quien está presente, sino de quien aparece solo para gritar.

La tensión se volvió insoportable.

Las acusaciones cruzadas comenzaron a inundar los medios.

Mientras Angie sostenía que sus hijos estaban siendo alejados emocionalmente de ella, Romina y Jean Paul aseguraban que todo se estaba haciendo “en beneficio de los menores”.

Pero el público ya no estaba dispuesto a comprar discursos limpios.

Querían saber la verdad detrás del telón: ¿qué tan fracturada está realmente esta familia?

Fuentes cercanas aseguran que el conflicto ha escalado a tal punto que existen ya nuevas denuncias en curso, pedidos de revisión psicológica y hasta vigilancia legal sobre las interacciones entre los adultos y los menores.

“Esto ya no es un pleito entre famosos.

Esto es una crisis familiar judicializada con todas las letras”, comentó una abogada de familia que sigue el caso desde hace años.

Angie, por su parte, ha continuado con publicaciones donde insinúa que hay cosas “que aún no ha contado”, y que “tarde o temprano todo saldrá a la luz”.

Incluso mencionó que tiene conversaciones grabadas que “cambiarían la percepción pública” de muchas personas si llegaran a hacerse públicas.

“Yo he cometido errores, pero jamás he dejado de amar a mis hijos.

Y eso, ellos lo saben”, afirmó entre lágrimas en una segunda aparición.

La pregunta que ahora flota en el aire es: ¿hasta dónde puede llegar este enfrentamiento? Con menores involucrados, con audiencias masivas pendientes de cada palabra y con egos heridos a flor de piel, el desenlace no parece estar cerca.

Lo que sí es evidente es que lo que alguna vez fue una disputa doméstica hoy es un caso que se libra tanto en los juzgados como en los titulares más explosivos.

Jean Paul, por ahora, ha optado por el silencio público, pero su entorno asegura que está “evaluando tomar acciones legales para proteger a su familia de futuras difamaciones”.

En tanto, Romina insiste en que “la estabilidad emocional de los menores debe ser la prioridad”.

Pero el daño ya está hecho.

El escándalo ha alcanzado niveles que muchos consideran irreversibles.

Hoy, más que nunca, el país entero observa con morbo, con dolor, con juicio.

Y mientras tanto, los protagonistas de este drama siguen lanzándose palabras como cuchillos.

Porque cuando el amor se transforma en guerra… no hay tregua posible.

Y menos aún, cuando los hijos son las piezas del tablero.