“Contacto cero, verdades brutales y un corazón que busca sanar: Karina García habla tras ruptura”
Desde hace días, las redes sociales, los portales de farándula y los seguidores de la pareja vivían sumidos en el desconcierto.

Karina y Altafulla habían construido una relación bastante visible dentro y fuera del reality La Casa de los Famosos Colombia.
Se les vio juntos, apasionados, unidos en retos y conciertos, pero también aparecieron gestos distantes, silencios incómodos, declaraciones ambiguas.
Muchos creyeron aún que era parte del juego mediático… hasta hoy.
Karina García utilizó un comunicado en sus redes para aclarar lo que ya no podía seguir ocultándose: “La verdad no es así.
No sé cuál sea la intención de dar a entender que aún estamos juntos cuando estoy tratando de soltar, de olvidar, de seguir con mi vida y eso me duele y me hace mucho daño… reitero y quiero ser clara: tenemos contacto cero”.

Estas palabras sintetizan el momento más duro del desenlace: ella manifiesta que no solo hay una separación emocional, sino una ruptura de las líneas de comunicación.
Karina afirma que la relación terminó aproximadamente quince días antes del anuncio público.
“Desde ese momento estoy en proceso de sanar mi corazón y creanme, no han sido días fáciles porque me entregué de verdad”, añadió, al tiempo que aseguraba estar “focus y motivada” para continuar con su vida.
Esa declaración no solo confirmó la separación, sino que reveló el sufrimiento detrás del silencio: ella se siente herida, traicionada e intentándose recomponer.
Mientras Karina hablaba, Altafulla también se vio obligado a responder.

En declaraciones recientes, admitió que atraviesa lo que llamó una “doble tusa”: por un lado la ruptura sentimental con Karina, y por otro la pérdida de contacto y cercanía con las hijas de la modelo, con quienes había cultivado
Sostuvo que esa parte fue especialmente dolorosa: “Aunque no eran mis hijas biológicas, construí un vínculo cercano con ellas”.
El contraste entre ambas versiones refuerza la impresión de un quiebre fuerte.
Karina acusa que Altafulla actuó como si todo siguiera bien, mientras ella ya vivía en la decisión de cerrar ese capítulo.
La influencer Natalie Segura comentó en redes que la actitud del cantante en entrevistas públicas (“todo va bien”) contradice lo que realmente hubo entre ellos: “El que quiere estar contigo, se nota; el que no, se nota más”.
Para muchos seguidores, esta ruptura resulta definitiva.
Las frases de Karina no solo rompen con esperanzas de reconciliación inmediata, sino que trazan una línea clara: ella no acepta migajas, no tolera incertidumbres.
La frase “contacto cero” es simbólica: no quiere llamadas, mensajes intermedios, reproches disfrazados ni segundas interpretaciones.
Y ese tipo de ruptura, cuando se impone tan tajante, suele ser señal de que el final va en serio.
Sin embargo, en el mundo del espectáculo siempre queda espacio para las sorpresas.
Altafulla, en medio de su dolor, ha mostrado disposición para hablar con Karina, al menos para cerrar heridas, aunque también afirmó sentirse sorprendido de que no hubiera diálogo previo.
Quienes los conocen dicen que podría haber espacio para reconciliaciones si ambos lo deciden sinceramente; pero con la postura pública adoptada por Karina, ese retorno luce ahora como algo lejano.
La reacción del público ha sido inmediata y polarizada: unos apoyan la valentía de Karina al expresarse con claridad; otros critican que se tenga que anunciar algo tan íntimo públicamente.
Entre los comentarios se multiplican las frases de solidaridad, pero también de cautela: la fama puede amplificar los dolores.
Con esta confirmación, la relación entre Karina García y Altafulla entra al capítulo de los amores que existieron bajo el ojo público, con escenarios de pasado, presente y posibles epílogos.
Hoy, el capítulo activo parece cerrado.
Mientras ella reconstruye su vida, él enfrenta el duelo mediático y emocional.
¿Fin definitivo? Por la forma en que lo expresan, lo más probable es que sí.
Carina García eligió claridad, firmeza y silencio para lo que sigue.
Altafulla admite dolor, pero también vulnerabilidad.
Queda claro que nadie regresará al mismo punto de partida.
El futuro solo podrá traerse de nuevo si los dos aceptan sanar, dialogar y reconstruir… algo que por ahora parece lejano.