😱 “Entre sombras y hechizos: Katalina Posada rompe el silencio y revela su temor”
Katalina Posada no dejó espacio para interpretaciones: confesó que experimenta un miedo creciente por lo que ella cree son actos de brujería en su contra.

La empresaria, quien mantuvo una relación de más de 17 años con Luis Alberto Posada y es madre de varios hijos del cantante, explicó que, ante la falta de un diagnóstico médico claro para sus males persistentes, empezó a considerar la posibilidad de que fuerzas ocultas estén detrás de su situación.
Según sus propias palabras, ha consultado doctores —generalistas, dermatólogos, toxicólogos— sin hallar respuestas satisfactorias para una alergia persistente or una herida que no cicatriza.
En ese vacío médico comenzó a escuchar consejos de allegados: “puede que sea brujería”, le dijeron.
Esa idea, que para muchos suena extrema, para ella se convirtió en una hipótesis para explicar lo inexplicable.

En medio del relato público que ofreció al medio Pulzo, Katalina también aclaró que un joven visto acompañándola recientemente es su hijo, no otra pareja ni alguien del entorno del cantante, como se había especulado.
Su presencia, dijo, es un apoyo en momentos difíciles.
Además del temor por lo que ella describe como prácticas esotéricas, la exesposa reveló otro episodio profundamente doloroso: no fue invitada —o se le prohibió— asistir a la fiesta de 15 años de su hija.
Señaló que la decisión habría sido tomada por el padre y su nueva pareja, dejándola fuera de algo que consideraba su derecho como madre.
Esta exclusión, explicó, la dejó “partida en mil pedazos” y es uno de los episodios más injustos que ha vivido públicamente.
La dimensión médica también se profundizó: Katalina confesó que el año anterior estuvo “al borde de la muerte” debido a complicaciones relacionadas con biopolímeros y una infección severa que originó una herida abierta difícil de sanar.

Contó que los puntos quirúrgicos resultaron rechazados, lo que prolongó su agonía, y que —de manera sorpresiva— la madre de Posada fue quien la cuidó en ese momento crítico.
Estas revelaciones combinan el terreno visible del conflicto familiar con lo invisible de lo espiritual: un cruce peligroso entre acusaciones concretas y creencias profundas.
Para Katalina, ya no es suficiente con buscar tratamiento: su lucha es también contra aquello que no se ve.
Luis Alberto Posada, por su parte, aún no ha emitido una declaración pública que responda directamente a las acusaciones de brujería.
Ante los medios, ha mantenido un perfil bajo, dejando que los rumores se multipliquen y las preguntas sin responder sigan rotando.
Mientras tanto, el público y los medios han reaccionado con mezcla de escepticismo, apoyo y curiosidad.

Algunos consideran que estas expresiones denuncian un estado emocional frágil, otros creen que son parte de una estrategia de defensa en un conflicto más amplio, y no pocos simpatizan con la vulnerabilidad que se muestra ante algo que se alza como imposible de demostrar.
Sea cual sea la interpretación, lo único claro es que esta revelación marca un punto de quiebre.
Katalina no habla ya solo de traiciones o exclusiones: habla del miedo más ancestral, del temor de alguien a ser atacado desde lo invisible.
Y al hacerlo, desafía no solo a su exesposo, sino también a quienes creen que el poder no puede ir más allá de lo tangible.
En los próximos días, es probable que surjan nuevas pruebas, testimonios o declaraciones que aporten luz.
La atención mediática está firmemente puesta en esta historia.
Veremos, entonces, si la brujería queda como relato o si el proceso revelará algo más profundo.