👀 El gesto prohibido que encendió a Katia: ¿Trampa en vivo entre Mario y Karen? El escándalo que ni EEG pudo cortar 🎭
La tensión ya se sentía en el ambiente.

La ronda de trivia avanzaba con aparente normalidad hasta que ocurrió algo imperceptible para algunos, pero escandaloso para Katia Palma.
Durante una pregunta dirigida a Karen Dejo, Mario Irivarren —visiblemente nervioso— hizo un gesto con la mano.
Fue una señal mínima, pero suficiente para que Katia se pusiera de pie, apuntara con el dedo y disparara su acusación sin filtros: “¡Eso fue trampa! ¡Lo vi clarito!”.
El set quedó en silencio durante un segundo que pareció eterno.
Mario reaccionó con furia contenida.Su rostro cambió de color.
“Ya basta, Katia.No es la primera vez que te quejas de todo.

¡No puedes venir a arruinar el juego cada vez que pierdes!”, dijo mientras caminaba hacia el centro del escenario.
Pero Katia no retrocedió ni un milímetro.
“No me vengas con eso, Mario.
Si tú haces trampa y crees que nadie te va a decir nada, te equivocas.
¡Esto se llama hacer justicia en vivo!”
Fue en ese momento que Rosángela Espinoza, que hasta entonces se mantenía al margen, decidió intervenir.
En un tono tajante, le dijo a Mario: “Si no estás haciendo trampa, entonces no te alteres tanto.
Pero si Katia lo vio, merecemos una explicación”.
La frase cayó como un balde de agua helada sobre el equipo de los guerreros.

Mario, sin responder, solo giró y volvió a su puesto con una sonrisa irónica que muchos interpretaron como confirmación silenciosa.
Pero la tormenta no terminó ahí.
Lo que parecía ser un momento aislado se convirtió en una reacción en cadena.
Más tarde, durante una competencia física entre Melissa Loza y Onelia Molina, la tensión estalló por segunda vez.
En plena carrera, Onelia olvidó guardar su mazo de cartas, un detalle crucial que le costó segundos valiosos.
Melissa, al no notar el error de su compañera, se desorientó y casi abandona la competencia, generando confusión en su equipo.
Katia, aún con la adrenalina del incidente anterior, no dudó en arremeter: “¡Esto es una competencia seria! Si no puedes prestar atención, mejor no participes.
¡Una verdadera guerrera no se desconecta así!”.
Su comentario, directo y punzante, cayó sobre Melissa como una sentencia.
El rostro de la veterana competidora se endureció al instante.
Sin decir palabra, simplemente la miró con un desprecio gélido que hablaba más que cualquier discurso.
A partir de ese instante, todo se volvió personal.
Los equipos dejaron de celebrar entre sí, las miradas eran evasivas, las bromas desaparecieron.
Incluso Johanna San Miguel y Renzo Schuller, los conductores, tuvieron que intervenir varias veces para calmar los ánimos.
“Respiremos todos un poco”, dijo Johanna con tono maternal.
Pero ya era tarde.
La herida estaba hecha y sangraba a la vista del país entero.
En redes sociales, los clips del enfrentamiento comenzaron a viralizarse en tiempo récord.

En menos de una hora, los nombres de Katia, Mario, Melissa y Rosángela se posicionaron como tendencia nacional.
Los fans se dividieron: unos defendían a Katia por su valentía al denunciar una supuesta trampa, otros la criticaban por “buscar protagonismo”.
Mientras tanto, los seguidores de EEG exigían una investigación del juego y sanciones si se comprobaba el gesto entre Mario y Karen.
Fuentes internas del programa revelaron que después del programa, la producción tuvo que convocar una reunión de emergencia.
“Nunca habíamos visto algo así.
Lo de hoy fue una bomba emocional, y tememos que afecte la dinámica del resto de la temporada”, dijo uno de los asistentes que prefirió mantenerse en el anonimato.
Lo más llamativo fue el comportamiento posterior de los involucrados.
Katia abandonó el set sin despedirse, algo inusual en ella.
Melissa se quedó conversando en voz baja con Rosángela, visiblemente molestas.
Y Mario… simplemente se fue.
Sin decir nada.Sin mirar a nadie.Un juego, un gesto, una palabra.
Eso fue todo lo que se necesitó para desencadenar uno de los capítulos más incómodos, intensos y reveladores de Esto es Guerra.
Porque más allá de las competencias y las luces, lo que quedó expuesto en ese escenario fue algo más profundo: heridas antiguas, egos en carne viva, y una verdad incómoda que ya no puede ser ignorada.
La guerra, esta vez, no fue por puntos.
Fue por orgullo.Y nadie salió ileso.