😱 “¡Basta de hipocresías!”: Kurt encara a Ethel Pozo en medio de la tensión por el regreso de Melissa Paredes
El set de América Hoy se convirtió en un verdadero campo de batalla mediática tras el sorpresivo reencuentro de Melissa Paredes con sus antiguas compañeras.

Lo que debía ser un momento televisivo de reconciliación y espectáculo terminó transformándose en un escenario de tensiones, miradas incómodas y frases cargadas de veneno.
Pero la bomba más fuerte no la protagonizaron ni Melissa ni Ethel, sino Kurt Villavicencio, quien en plena transmisión decidió alzar la voz y soltar, sin filtros, lo que muchos sospechaban pero nadie se atrevía a decir: “¡Ya basta de sonrisas fingidas, Ethel, el público no es tonto!”.
La escena se produjo cuando el programa intentaba mostrar una fachada de armonía tras la polémica reincorporación de Melissa.
Ethel Pozo, con una sonrisa rígida, trataba de conducir la situación con frases de bienvenida y gestos de cordialidad.
Melissa, por su parte, insistía en que estaba feliz de estar de regreso, hablando de perdón y segundas oportunidades.

Pero Kurt, observando la tensión que se respiraba en el ambiente, no aguantó más.
Con voz firme y un gesto serio, interrumpió el discurso para encarar directamente a Ethel.
El público quedó paralizado.
Nadie esperaba que el siempre irreverente “Metiche” se atreviera a exponer en vivo lo que muchos ya comentaban en redes: que la actitud de Pozo era todo menos sincera.
“El país entero está viendo lo que pasa aquí.
Melissa trata de ser cordial, pero tu incomodidad se nota a kilómetros.
¿Por qué no lo dices claro, Ethel? ¿Por qué fingir un abrazo que no sientes?”, lanzó Kurt, dejando helados a los presentes.
La tensión en el set se multiplicó.

Ethel intentó reaccionar con una sonrisa aún más forzada, pero su incomodidad era evidente.
El silencio duró unos segundos eternos hasta que respondió con una voz temblorosa: “No es fingido, Kurt, yo siempre he sido transparente”.
Pero la réplica no convenció ni a sus compañeros ni mucho menos a los televidentes, que explotaron en comentarios a través de Twitter y Facebook.
“¡Qué momento épico!”, escribió un usuario.
“Kurt dijo lo que todos pensamos”, agregó otro.
En minutos, el clip del enfrentamiento se volvió viral.
Mientras tanto, Melissa observaba la escena en silencio, con una sonrisa tensa que parecía esconder alivio.
Por primera vez en el programa, alguien externo validaba la incomodidad que ella misma había sentido desde que puso un pie en el set.

Janet Barboza, por su parte, miraba atónita, incapaz de intervenir, consciente de que cada palabra podía convertirse en gasolina para un incendio que ya era imposible de apagar.
El enfrentamiento siguió escalando.
Kurt, envalentonado por la reacción del público, prosiguió con su descargo: “El televidente no quiere ver un show armado, quiere ver la verdad.
Y la verdad es que aquí nadie olvida cómo se fue Melissa, ni cómo reaccionaron ustedes.
Entonces, ¿qué sentido tiene sonreír y abrazarse como si nada hubiera pasado? Eso no es televisión real, eso es teatro barato”.
Sus palabras retumbaron en el estudio y provocaron un murmullo entre los técnicos y asistentes de producción.
Ethel, acorralada, intentó defenderse argumentando que como conductora debía mantener la cordialidad y cuidar la imagen del programa.
Sin embargo, su tono dejó ver la vulnerabilidad de alguien que había sido expuesta frente a millones de televidentes.
“Yo hago mi trabajo, Kurt, y si tengo que ser cordial, lo seré.
No estoy fingiendo, estoy cumpliendo con lo que me toca”, respondió, aunque la firmeza que intentaba proyectar se desmoronaba con cada palabra.
En redes sociales, el debate se tornó aún más intenso.
Algunos aplaudieron a Kurt por “decir las cosas como son” y ponerle voz a la indignación del público que percibía hipocresía.
Otros lo criticaron por “exponer en vivo” a una compañera y convertir el programa en un ring de boxeo.
Lo cierto es que el rating se disparó y América Hoy volvió a convertirse en el centro de atención nacional, algo que parecía imposible en medio de la competencia feroz de la televisión matutina.
El momento fue analizado hasta el cansancio en los programas de espectáculos.
Panelistas, periodistas y figuras del medio debatieron sobre la conveniencia o no de la intervención de Kurt.

Para algunos, fue un acto de valentía; para otros, una falta de respeto hacia Ethel y hacia el formato del programa.
Sin embargo, nadie pudo negar que lo ocurrido reflejó de manera descarnada lo que realmente se vive detrás de cámaras: heridas abiertas, resentimientos latentes y una convivencia laboral que pende de un hilo.
La figura de Kurt salió fortalecida del episodio.
Muchos lo llamaron “la voz del pueblo”, el único capaz de enfrentar a Ethel Pozo, quien suele proyectar una imagen de control y liderazgo en el set.
Esta vez, sin embargo, quedó expuesta ante las cámaras, incapaz de mantener la máscara de cordialidad que el programa buscaba vender.
El desenlace del enfrentamiento dejó al público con una sensación clara: el reencuentro con Melissa Paredes no trajo paz ni reconciliación, sino una tormenta aún mayor.
Lo que debía ser un regreso triunfal terminó convirtiéndose en un episodio cargado de tensión, gestos incómodos y palabras que marcarán un antes y un después en la historia del programa.
Al finalizar la transmisión, las cámaras captaron a Ethel saliendo del set con el rostro desencajado, mientras Kurt, todavía molesto, hablaba con miembros de la producción.
Melissa, en cambio, salió sonriente, consciente de que el caos generado en el programa le había devuelto el protagonismo que tanto buscaba.
Lo cierto es que la televisión peruana encontró en este episodio la combinación perfecta de drama, polémica y espectáculo.
El público quedó enganchado, los productores celebraron el rating, y las redes sociales ardieron durante horas.
Pero detrás de la euforia mediática, queda una pregunta inquietante: ¿qué pasará en los próximos programas? ¿Se logrará recomponer la relación entre Ethel, Melissa, Janet y Kurt, o estamos frente a una guerra interna que apenas comienza?
El choque entre Kurt y Ethel dejó claro que las tensiones no pueden esconderse detrás de sonrisas forzadas ni discursos de unidad.
El público ya percibió la grieta, y ahora solo espera ver cómo esta se ensancha o, por el contrario, si los protagonistas logran reconstruir un vínculo que parece, por ahora, irremediablemente roto.