🔥 Romina Gachoy Rompe el Silencio: La Dura Aclaración Que Les Hizo a los Hijos de Jean Paul y Angie Jibaja
La tensión volvió a sacudir el mundo mediático peruano después de que Romina Gachoy, siempre serena pero jamás indiferente, sorprendiera al revelar que tuvo que hacer una dura aclaración a los hijos de Jean Paul Santa María y Angie Jibaja.
Su confesión, franca, directa y cargada de emociones, abrió una nueva capa de una historia familiar que parece avanzar entre silencios incómodos, heridas abiertas y decisiones difíciles que se toman lejos de cámaras… pero que tarde o temprano salen a la luz.
Romina no habló desde la molestia, ni desde el escándalo fácil.
Lo hizo desde un lugar más profundo: el de una mujer que se ha visto obligada a asumir un rol complejo, intenso y muchas veces incomprendido.
Ser pareja de Jean Paul, y a la vez figura maternal para los niños, la convirtió en el epicentro de conflictos que ella jamás buscó.
Sin embargo, esta vez decidió que era momento de hablar, no para generar polémica, sino para aclarar verdades que los propios menores ya necesitaban escuchar.
Su declaración cayó como una bomba.

La modelo uruguaya relató que hubo un instante —uno de esos que definen el rumbo de una familia— en el que tuvo que sentarse frente a los hijos de Jean Paul y decirles algo que, según sus palabras, era inevitable.
Un mensaje duro, pero necesario.
Un mensaje que marcó un antes y un después en la dinámica familiar.
Romina aseguró que aquella conversación no fue improvisada.
Venía arrastrando la necesidad de decirlo desde hacía tiempo.
Sentía que había confusión, que había ideas equivocadas, que los niños estaban cargando con emociones que no les correspondían.
Según su versión, había comentarios que se repetían, actitudes que la inquietaban y silencios que dolían más que cualquier palabra.
Y aunque siempre intentó mantener el equilibrio, hubo un punto en el que entendió que callar ya no era una opción.
Ella misma admitió que lo hizo temblando.
Que sus manos sudaban y que su voz necesitó varios intentos antes de salir firme.
No era un reclamo, ni un reproche, ni una agresión; era una aclaración.
Una línea que necesitaba ser puesta para que ellos entiendan cuál es su lugar en la historia, cuál es el suyo, y qué rol cumple cada uno en esta familia tan particular.
Romina no detalló palabra por palabra lo que les dijo —quizá por respeto, quizá por prudencia—, pero sí reveló que su mensaje tenía que ver con la verdad.
Con lo que realmente ocurre dentro del hogar y con lo que a veces se dice fuera de él.
Contó que los niños habían llegado con dudas, con ideas confusas, con frases que claramente no habían nacido de ellos.
Ahí entendió que era momento de intervenir, no desde la autoridad, sino desde la honestidad.
Algunos seguidores interpretaron que se trataba de una aclaración sobre su rol como figura materna; otros, que fue una explicación relacionada con la tensión que existe con Angie Jibaja.
Varios comentarios en redes apuntaron a que la conversación posiblemente abordó rumores, versiones contradictorias o situaciones emocionales complejas que los menores no sabían procesar.
Romina, sin entrar en detalles, solo dijo que les habló “con el corazón y con la verdad, aunque doliera”.
El impacto fue inmediato.
Los niños escucharon.
Algunos lloraron.
Otros preguntaron.
Y Romina, según su propio testimonio, se mantuvo firme, acompañándolos, sin permitir que el momento se convirtiera en una escena de confrontación, sino en una oportunidad de sanar.
Pero la revelación no quedó ahí.
Gachoy confesó que aquel episodio fue uno de los más intensos de su vida familiar, y que después de esa conversación hubo cambios.
Cambios en la conducta, en las expresiones, en la forma en que los niños se relacionaban con ella y con Jean Paul.
Lo describió como un “alivio”, como si hubiese destapado un nudo que llevaba meses apretando las relaciones entre ellos.
No obstante, la polémica no tardó en encenderse.
En redes sociales, muchos comenzaron a especular que su aclaración estaba dirigida indirectamente a Angie Jibaja, quien ha tenido un historial de altibajos públicos y turbulencias que afectaron a los menores.
Algunos usuarios señalaron que Romina habría intentado protegerlos de conflictos que no deberían tocar sus vidas.
Otros, por el contrario, apuntaron que la modelo no debió involucrarse de esa manera, acusándola de sobrepasar límites que solo competen a los padres biológicos.
Lo cierto es que, más allá de opiniones divididas, la situación dejó al descubierto algo que siempre estuvo latente: Romina lleva años sosteniendo una familia que no construyó desde cero, pero que asumió con un compromiso que muchos no se atreverían siquiera a enfrentar.
Su rol ha sido de madre, guía, apoyo emocional, contención, disciplinaria y a veces escudo contra tormentas ajenas.
La propia Romina explicó que su intención no fue reemplazar a nadie, sino dar claridad donde había confusión.
Aseguró que ama a los hijos de Jean Paul como si fueran suyos, pero que eso no significa que deba permitir que crezcan con ideas erróneas o tensiones que los dañen emocionalmente.
Su mensaje, fuerte pero amoroso, fue —según ella— un acto de responsabilidad.
Jean Paul, según trascendidos cercanos, apoyó plenamente la decisión de Romina.
La consideró necesaria y valoró su valentía.
Sin embargo, su silencio público solo alimentó aún más la especulación.
Muchos querían saber qué pensaba Angie, pero la modelo uruguaya evitó mencionar su nombre, quizás para no reabrir heridas que todavía no cicatrizan.
Lo que queda claro tras esta revelación es que la familia Santa María–Gachoy está atravesando un proceso complejo, lleno de emociones reprimidas, decisiones difíciles y verdades que ya no pueden ocultarse bajo la alfombra.
Lo que Romina dijo podría haber cambiado el rumbo de esa familia de una forma que solo ellos conocen.
Para ella, aquella “dura aclaración” no fue un acto de confrontación, sino de amor.
Y aunque sabe que sus palabras han desatado debate, también sabe que los niños la miran con otros ojos desde ese día.
Quizá con más comprensión.
Quizá con más paz.
Porque, al final, las conversaciones más difíciles son las que siempre terminan liberando las verdades que más pesan.