1️⃣ “De las Calles a la Gloria 🎤: La Increíble Transformación del Venezolano Jackson Barreto tras La Voz Kids Colombia”
Nació en el estado Zulia, Venezuela, en una familia humilde que apenas sobrevivía al día a día.

Desde pequeño, Jackson mostraba una voz distinta, poderosa, de esas que no se aprenden sino que nacen del alma.
Cantaba en la calle, en los buses, en los mercados, donde la gente le daba monedas y sonrisas.
“Yo no cantaba por dinero —diría años más tarde—, cantaba para no sentir hambre.
” Cuando la crisis golpeó más fuerte, su familia decidió cruzar la frontera hacia Colombia buscando un futuro que, hasta ese momento, parecía imposible.
En Bogotá, la vida tampoco fue fácil.
Vivían en una habitación prestada, y su madre vendía arepas mientras él ayudaba con lo que podía.
Pero una tarde, todo cambió.
![Así le cambió la VIDA al Venezolano Jackson Barreto de la voz kids Colombia [ Esta es su historia] - YouTube](https://i.ytimg.com/vi/YZpbcU8X4Yc/maxresdefault.jpg)
Una mujer lo escuchó cantar en una plaza y lo grabó con su celular.
Ese video, subido a redes sociales, se volvió viral.
En cuestión de días, su voz ya había llegado a los productores de La Voz Kids Colombia.
Jackson fue invitado a una audición, sin saber que ese sería el primer paso hacia un nuevo comienzo.
La noche de su presentación en televisión fue mágica.
Apenas entonó las primeras notas de “Color Esperanza”, el público se puso de pie.
Los entrenadores giraron sus sillas uno tras otro, asombrados por la fuerza emocional de su interpretación.
“Tienes un don que viene de Dios”, le dijo Andrés Cepeda con lágrimas en los ojos.
Jackson, tímido pero firme, solo respondió: “Canto para mi mamá, para que nunca más llore.
” Esa frase se convirtió en símbolo de esperanza para miles de migrantes venezolanos en Colombia.
A partir de ese momento, su vida dio un giro radical.
Las calles quedaron atrás.
Llegaron las entrevistas, los contratos, los reconocimientos.
Empresas y artistas quisieron conocerlo, apoyarlo, guiarlo.
Pero junto con la fama también llegaron las presiones, las críticas, y el peso de un mundo adulto que no siempre comprende la fragilidad de un niño artista.
“A veces sentía que ya no era yo —confesó en una reciente entrevista—.
Todos querían que siguiera siendo el niño pobre que cantaba bonito, pero yo solo quería vivir tranquilo.

Su madre, María Barreto, se convirtió en su mayor escudo.
En una entrevista para un canal colombiano, contó cómo tuvo que aprender a manejar la fama de su hijo sin dejar que la ambición lo devorara.
“Mucha gente se acercó con promesas.
Algunos querían usarlo, otros de verdad querían ayudar.
Pero al final, entendí que lo más importante era que él siguiera siendo el mismo niño que cantaba por amor.
Hoy, con 17 años, Jackson Barreto ha crecido, y su voz también.
Ya no es solo el pequeño prodigio de La Voz Kids; es un joven que escribe sus propias canciones y que ha recorrido escenarios donde antes solo podía soñar con estar.
Pero lo más impresionante no es su éxito, sino su madurez.
En sus letras habla de migración, de familia, de fe.
“Quiero que mi música cuente lo que vivimos los que tuvimos que dejar nuestra tierra —dice—.
No busco fama, busco verdad.Sin embargo, el camino no ha sido fácil.

En los últimos años, Jackson confesó haber atravesado momentos de soledad y ansiedad.
“Cuando las luces se apagan, te das cuenta de que todo puede desaparecer.
Lo único que te queda es quién eres.
” Por eso, decidió alejarse un tiempo de los reflectores para reencontrarse consigo mismo.
Estudió música, tomó clases de composición y comenzó a escribir canciones inspiradas en su propia historia.
Su regreso fue sorprendente: un sencillo titulado “Sin Fronteras”, que se convirtió en himno para miles de jóvenes migrantes.
Los productores de televisión lo describen como un ejemplo de resiliencia.
“Jackson no se dejó romper —dice uno de ellos—.
Pasó de cantar en la calle a llenar teatros, pero nunca perdió su humildad.
” Incluso, grandes artistas colombianos como Fonseca y Carlos Vives lo han elogiado públicamente por su talento y su mensaje.
Pero quizás lo más conmovedor de su historia ocurrió recientemente, cuando regresó por primera vez a Venezuela.
En un emotivo viaje grabado por un canal internacional, Jackson volvió a su barrio de infancia, donde aún viven sus abuelos.
Al llegar, se arrodilló y besó la tierra.
“Prometí que volvería cantando, no llorando —dijo con la voz quebrada—.
Y aquí estoy.
”
El video de su regreso se viralizó en cuestión de horas.
Las imágenes de aquel niño que un día cantó por sobrevivir, regresando convertido en símbolo de esperanza, recorrieron todo el continente.
“No soy famoso —afirma—, soy agradecido.
”
La historia de Jackson Barreto no es solo la de un cantante que triunfó.
Es la historia de un niño que se negó a rendirse, que convirtió el dolor en música y la pobreza en inspiración.
Hoy, mientras sigue componiendo y soñando, su mensaje resuena más fuerte que nunca: “No importa de dónde vengas.
Si crees, si trabajas y si cantas con el alma, todo puede cambiar.
”
Así le cambió la vida a aquel niño venezolano que un día cruzó una frontera con los bolsillos vacíos… y el corazón lleno de canciones.