🔥 “El precio del escándalo”: despiden a Maju Mantilla y se desata una tormenta en el mundo del espectáculo 💔
Maju Mantilla siempre fue la imagen del éxito y la disciplina.
Su paso por la televisión la consolidó como una de las figuras más queridas del Perú, con contratos publicitarios, presencia constante en programas de entretenimiento y una reputación impecable.
Sin embargo, todo se vino abajo cuando estalló el escándalo de infidelidad con su productor y un conocido actor.
Lo que parecía una simple crisis personal se transformó en un escándalo empresarial que puso en jaque la marca que representaba.
Fuentes internas revelaron que la decisión de separarla fue tomada luego de una reunión de emergencia.
“No podían sostener su imagen como embajadora de la marca después de todo lo que salió a la luz”, aseguró un vocero.
Aunque no se ha revelado el nombre exacto de la empresa, se sabe que Maju era rostro principal de una importante firma de belleza que apostaba por su imagen como símbolo de valores, familia y confianza.
Los directivos, según trascendió, consideraron que mantenerla en sus filas tras el escándalo podía generar una “crisis reputacional”.
El comunicado oficial fue breve, casi frío: “Por motivos ajenos a la compañía, informamos que Maju Mantilla no continuará formando parte de nuestras campañas publicitarias.
Le deseamos lo mejor en sus proyectos personales”.
Pero detrás de esa frase corporativa se esconde una decisión cargada de tensión.
Según versiones del entorno, la marca recibió una avalancha de comentarios en redes sociales criticando su silencio tras el escándalo.
“Las consumidoras se sintieron traicionadas por la imagen que representaba”, explicó una fuente.
“Era imposible sostener su figura sin arriesgar la credibilidad de la empresa”.
El golpe fue devastador para Maju, quien hasta hace pocos días era considerada intocable en el mundo del espectáculo.
Su salida no solo significa la pérdida de un contrato millonario, sino también el inicio de una caída libre mediática.
Los productores de televisión, temerosos del impacto negativo, habrían pausado las negociaciones de nuevos proyectos, y su nombre, que antes abría puertas, hoy genera cautela.
“Nadie quiere asociarse con un escándalo tan fresco”, comentó un periodista especializado en farándula.
Las redes sociales se han convertido en un campo de batalla.
Algunos la defienden asegurando que su vida privada no debería afectar su carrera, mientras otros la acusan de haber construido una imagen falsa.
“Predicaba valores familiares mientras traicionaba a su esposo”, escribió una usuaria.
“Las marcas no pueden darse el lujo de promover la hipocresía”, añadió otra.
A pesar del silencio de Maju, el daño está hecho.
Personas cercanas aseguran que está devastada y que no esperaba una reacción tan dura por parte de la empresa.
“Ella creía que todo pasaría rápido, que el escándalo se olvidaría, pero no fue así.
Cuando recibió la llamada de despido, se quebró.
No pudo contener las lágrimas”, reveló una fuente cercana.
Desde entonces, se ha mantenido alejada del ojo público, cancelando apariciones y evitando toda exposición mediática.
El entorno empresarial, sin embargo, es tajante: la reputación lo es todo.
Y en tiempos de redes sociales, donde la imagen se construye y destruye en segundos, una figura pública no puede permitirse un error sin pagar las consecuencias.
“Las marcas ya no compran belleza, compran coherencia”, explicó un experto en marketing.
“Si tu discurso público no coincide con tu vida privada, la gente lo percibe y las empresas reaccionan para protegerse”.
Mientras tanto, Gustavo Salcedo —su aún esposo— permanece en silencio.
Aunque no ha dado declaraciones, se sabe que su entorno está indignado por la exposición del caso.
“Él no quería que esto llegara tan lejos.
Le duele verla así, pero también siente que cada acción tiene una consecuencia”, comentó un allegado.
El mismo círculo confirmó que la pareja no ha retomado la convivencia y que el futuro de su relación sigue en duda.
La caída de Maju ha abierto un debate nacional sobre la delgada línea entre la vida privada y la profesional.
Muchos se preguntan si realmente una infidelidad debería costarle su carrera a una figura pública, mientras otros aseguran que quien vive de su imagen debe ser coherente con los valores que promueve.
Pero, más allá de las opiniones, el hecho es innegable: Maju Mantilla fue apartada de la empresa que ayudó a fortalecer su marca personal durante años, y su salida marca el fin de una era dorada.
Al cierre de esta nota, no se ha confirmado si emprenderá acciones legales o si planea una conferencia de prensa para contar su versión.
Algunos rumores apuntan a que estaría preparando un comunicado personal donde pedirá respeto y explicará “la verdad detrás de los titulares”.
Sin embargo, sus asesores estarían evaluando el momento oportuno, conscientes de que cualquier palabra podría encender nuevamente la polémica.
Lo que sí está claro es que Maju Mantilla vive el capítulo más difícil de su carrera.
De reina de belleza a protagonista de uno de los escándalos más comentados del año, su historia se ha convertido en un recordatorio brutal de cómo la fama puede derrumbarse en cuestión de horas.
El brillo, la admiración y los contratos desaparecieron, dejando solo una pregunta flotando en el aire: ¿podrá Maju reinventarse después de esta caída… o este es el final de su reinado?
