😢⚡ El secreto que salió a la luz tras la partida de la madre de Maju Mantilla… y que nadie se atrevía a contar
Fue una mañana gris cuando Maju Mantilla recibió la llamada que ninguna hija quiere contestar.
Su madre, doña Elvia, había empeorado.
Durante semanas, la conductora de televisión había viajado constantemente entre Lima y Trujillo, tratando de mantenerse fuerte frente a las cámaras mientras su corazón se quebraba en silencio.
En cada aparición pública, su mirada delataba la angustia.
Quienes la conocen aseguran que Maju apenas dormía y que pasaba horas rezando por la recuperación de la mujer que fue su inspiración más grande.

Sin embargo, el desenlace llegó antes de lo esperado.
La noticia del fallecimiento de doña Elvia García Linares se difundió rápidamente, provocando una ola de tristeza en redes sociales.
Las muestras de cariño no se hicieron esperar.
Fans, colegas y figuras de la televisión inundaron las redes con mensajes de apoyo, recordando a la madre de Maju como una mujer dulce, discreta y profundamente orgullosa de su hija.
Pero, entre tanto dolor, surgió una pregunta que dejó a todos en suspenso: ¿qué fue exactamente lo que pasó en sus últimos días?
Fuentes cercanas a la familia revelaron que el estado de salud de doña Elvia se había agravado en silencio.
Maju, fiel a su carácter reservado, decidió no hacer pública la verdadera magnitud de la enfermedad de su madre.
“No quería preocupar a nadie, ni convertir su dolor en espectáculo”, dijo una persona de su entorno.
Pero la información que se filtró después cambió por completo la narrativa.
Según trascendió, la familia habría enfrentado una serie de complicaciones médicas que no fueron atendidas a tiempo debido a un diagnóstico inicial equivocado.
Ese error, aseguran, fue lo que aceleró el deterioro de la salud de doña Elvia.
El informe médico, filtrado días después, reveló que las últimas 48 horas fueron críticas.
Maju estuvo presente todo el tiempo, acompañando a su madre, hablándole al oído, tomándole la mano y repitiéndole que la amaba.
“No tengas miedo, mamá.

Descansa”, fueron, según testigos, las últimas palabras que la conductora le dijo antes de que doña Elvia cerrara los ojos para siempre.
Después del fallecimiento, Maju se sumió en un silencio absoluto.
Canceló todas sus presentaciones en televisión y se refugió con su familia.
Pero el hermetismo solo aumentó la curiosidad del público.
¿Por qué no se había dado más información sobre la causa exacta de la muerte? ¿Qué fue lo que realmente pasó en esas semanas previas?
Días después, la verdad comenzó a asomarse.
Un allegado a la familia confirmó que la situación médica había sido más compleja de lo que se creía.
“Maju estaba devastada, pero también frustrada.
Sintió que no se hizo todo lo que se debía hacer.
Su madre fue fuerte, pero el cuerpo ya no resistió”, declaró.
Esa confesión provocó un terremoto mediático.
Algunos medios insinuaron una posible negligencia, mientras otros prefirieron resaltar el lado humano y emocional de la historia.
Maju, por su parte, reapareció en redes sociales con un mensaje breve pero cargado de sentimiento.
“Mi madre fue mi maestra, mi guía y mi ejemplo.
Su amor me dio fuerzas para todo.
Ahora me toca seguir honrando su vida con cada paso que doy.
” En esa publicación, acompañada de una foto en la que ambas sonríen tomadas de la mano, miles de seguidores respondieron con mensajes de amor y apoyo.
“No estás sola, Maju.
Todo el Perú está contigo”, escribió una seguidora.
Pero lo más impactante llegó días después, cuando se difundió un video íntimo grabado semanas antes de la muerte de doña Elvia.
En las imágenes, la madre de Maju, visiblemente frágil, mira a la cámara y le dedica unas palabras a su hija: “Sigue cantando, sigue sonriendo.
No llores por mí, hijita.
Yo estaré contigo en cada amanecer.
” Ese video, compartido por un familiar con autorización de la propia Maju, rompió en lágrimas a miles de personas.
El impacto fue total.
En los programas de televisión, colegas de Maju se quebraron al hablar del tema.
Algunos recordaron cómo ella siempre hablaba de su madre con una mezcla de respeto y ternura infinita.
“Eran inseparables.
Maju vivía por ella”, comentó una compañera de trabajo.
Otros, en cambio, lamentaron que se haya filtrado información privada en un momento tan sensible.
“El dolor de una hija no debería ser tema de espectáculo”, dijo un presentador.
A pesar de todo, el país entero coincidió en algo: Maju Mantilla no solo perdió a su madre, sino también a su pilar, su refugio y su mayor inspiración.
La mujer que la acompañó desde sus primeros pasos en los certámenes de belleza hasta sus días en la televisión se despidió dejando un legado de amor incondicional.
Hoy, Maju intenta recuperar la calma.
Ha vuelto poco a poco a la televisión, con la serenidad de quien aprendió que el dolor puede transformarse en fortaleza.
“Mi mamá me enseñó a sonreír en los peores días”, dijo recientemente.
“Y aunque me duele el alma, seguiré haciéndolo, por ella.
”
Porque, detrás de la noticia y del escándalo mediático, lo que queda es la historia de una madre y una hija unidas por un amor que ni la muerte ha podido romper.