🧠 “El Día que Yeferson Cossío Tocó Fondo: La Promesa Entre Lágrimas que Le Hizo a su Familia” 🥀📵
Yeferson Cossío, conocido por millones como el influencer que rompió todos los esquemas de las redes sociales en Latinoamérica, acaba de protagonizar una de las confesiones más inesperadas y valientes de su carrera.

Esta vez, no fue una broma, no fue un reto viral, ni un video de alto impacto.
Fue él, sin filtros, sin edición, con los ojos al borde del llanto y una verdad que llevaba años escondiendo.
En un video que rápidamente se volvió tendencia, Cossío aparece en un entorno íntimo, sentado frente a la cámara, y con una sinceridad que sorprendió incluso a sus más fieles seguidores.
“He tomado muchas decisiones en mi vida de las que no estoy orgulloso… pero esta, esta sí quiero que la escuchen”, comenzó diciendo con voz temblorosa.
Luego, vino la bomba: “Ya no voy a consumir más drogas.
Lo dejé.
Por mí… y por mi familia”.
El silencio tras esa frase fue ensordecedor.
Yeferson, por primera vez en mucho tiempo, no estaba interpretando ningún personaje.
Estaba roto, expuesto, humano.
Relató que durante años usó distintas sustancias para “escapar de la presión, del odio en redes, de la ansiedad y del vacío”.
Lo hacía en secreto, muchas veces escondido incluso de las personas más cercanas.
Su vida parecía perfecta desde fuera, pero por dentro, algo se desmoronaba.
“Una noche terminé tirado en el baño, sin saber ni cómo llegué ahí.
Mi mamá fue quien me encontró… y me miró como nunca me había mirado en la vida”, recordó con la voz quebrada.
Esa mirada, confesó, lo persigue hasta hoy.
Fue el punto de quiebre.
“Yo pensé que podía con todo.
Que era fuerte.
![]()
Pero ver a mi mamá llorando por mí, rogándome que no me matara poco a poco… eso me destruyó”.
Desde entonces, Cossío comenzó un proceso de desintoxicación silencioso, sin cámaras, sin atención mediática.
Con ayuda médica, terapias, y sobre todo, con el apoyo incondicional de su círculo más íntimo, fue alejándose poco a poco de aquello que lo estaba consumiendo.
No fue fácil.
Hubo recaídas.
Hubo días en los que, según sus propias palabras, “me odiaba a mí mismo por no poder parar”.
Pero su motivación fue siempre la misma: su familia.
“Mis hermanas, mis padres… ellos no merecían verme así.
No merecían enterrarme joven.
Yo no quiero que el próximo trending topic sea mi muerte por sobredosis”.
Esta frase estremeció a millones.
En su confesión, también habló del miedo que sentía de ser juzgado.
“En redes todos quieren verte brillar, pero nadie te prepara para cuando te estás apagando por dentro.
Me daba miedo decepcionar a mis fans, pero ahora entiendo que la verdadera decepción es seguir fingiendo que estás bien cuando te estás muriendo por dentro”.
La reacción del público fue inmediata y arrolladora.
Miles de comentarios lo respaldaron, lo felicitaron, le agradecieron por su sinceridad.
Incluso otras figuras del medio, conocidas por su vida de excesos, compartieron el video con mensajes de apoyo.
Porque lo que hizo Yeferson no fue pequeño.
En una cultura que romantiza el descontrol, él alzó la voz para mostrar que también se puede elegir vivir.

Hoy, asegura que lleva varios meses limpio.
Ha cambiado sus rutinas, sus amistades, y hasta su contenido.
Ya no busca simplemente “romper internet”, ahora quiere inspirar, mostrar que es posible levantarse, aunque te hayas hundido mil veces.
Pero también fue honesto: “Esto es una lucha diaria.
No soy un héroe.
Soy solo alguien que quiere vivir, que quiere ser mejor para los que ama”.
Y esas palabras, más que cualquier logro viral, fueron las que conmovieron a todo un continente.
Yeferson Cossío ya no es solo un influencer.
Ahora es también un ejemplo de resiliencia.
Un sobreviviente.
Y aunque muchos aún lo juzguen por su pasado, él ha decidido escribir un nuevo capítulo.
Uno donde las drogas no tienen lugar.
Uno donde, por primera vez, no se trata de likes… sino de vida.