🔥 Este Es el Rostro del Atacante de Miguel Uribe Turbay: La Verdad Que Nadie Quería Mostrar
Colombia despertó con una noticia que paralizó a millones: Miguel Uribe Turbay, senador y exsecretario de gobierno de Bogotá, había sido atacado a tiros mientras participaba en un evento privado en el norte de la capital.

La información inicial era confusa: se hablaba de disparos, de caos, de un operativo relámpago… pero lo que nadie esperaba era que, tan solo horas después, las autoridades revelaran al presunto agresor.
Un joven de apenas 22 años, sin antecedentes penales, sin filiación política clara y con una historia que parece sacada de una serie de suspenso.
Según el informe preliminar de la Policía Metropolitana, el atacante fue capturado minutos después del ataque tras una rápida persecución.
Llevaba consigo el arma utilizada —una pistola calibre 9 mm— y no ofreció resistencia.
Lo que más desconcertó a los investigadores fue su actitud: tranquila, casi fría, como si hubiese ensayado cada paso.
En el interrogatorio inicial, se identificó como David Alejandro Ruiz Moreno, estudiante universitario, residente en la localidad de Suba y —según sus propias palabras— “cansado de la corrupción y de la impunidad”.

Pero lo que parecía una simple expresión de frustración política pronto se tornó más oscuro.
Al revisar sus redes sociales, las autoridades encontraron publicaciones inquietantes: mensajes en contra del sistema político, referencias directas a figuras del uribismo y varios textos donde hablaba de “hacer justicia por mano propia”.
En una historia publicada solo horas antes del ataque, escribió: “Si algo me pasa, ya sabrán por qué lo hice”.
La Fiscalía ha abierto una investigación formal por tentativa de homicidio agravado y porte ilegal de armas.
Pero lo que más inquieta es que, según fuentes cercanas al caso, Ruiz Moreno no actuó solo.
Existen indicios de que pudo haber recibido apoyo logístico y orientación de una célula radicalizada, aunque todavía no se ha confirmado si pertenece a algún grupo armado o colectivo extremista.
Miguel Uribe Turbay, afortunadamente, resultó solo con heridas leves gracias a la intervención rápida de su esquema de seguridad.
Fue trasladado a una clínica privada donde fue atendido de inmediato, y ya se encuentra fuera de peligro.
En sus primeras declaraciones tras el atentado, el senador aseguró que “no se dejará intimidar” y que este tipo de acciones solo fortalecen su compromiso con el país.
“No tengo miedo.
A los violentos no se les responde con más violencia, sino con la verdad y la justicia”, afirmó ante los medios.
Mientras tanto, la opinión pública está dividida.
Algunos sectores lo ven como una señal de alarma sobre el nivel de tensión política que vive Colombia, un país donde la violencia se ha filtrado incluso en las urnas.
Otros, más radicales, han comenzado a glorificar al atacante en redes sociales, lo cual ha sido duramente criticado por líderes de todos los partidos.
El presidente de la República condenó el ataque enérgicamente y pidió a la justicia actuar con total contundencia.

“En una democracia no hay lugar para las armas ni el odio.
Quien atenta contra la vida de un dirigente, atenta contra la estabilidad del país”, dijo desde la Casa de Nariño.
El caso sigue en desarrollo.
Mientras los investigadores intentan establecer si Ruiz Moreno actuó por cuenta propia o fue instigado por terceros, Colombia entera reflexiona sobre una verdad incómoda: la polarización ha dejado de ser solo un discurso para convertirse en una amenaza tangible.
Y lo que ocurrió con Miguel Uribe Turbay es prueba irrefutable de que el país está más dividido —y más expuesto— de lo que imaginamos.
Ahora, la gran pregunta es: ¿cuántos más están pensando como él? ¿Cuántos David Ruiz hay allá afuera, dispuestos a empuñar un arma en nombre de su verdad? La respuesta, por ahora, es tan aterradora como incierta.