Celos, Dolor y Adicciones: La Confesión Más Íntima de Patricio Suárez Vértiz que Nadie Esperaba
Patricio Suárez Vértiz siempre fue el hermano carismático, el que se mostraba como el apoyo incondicional del mítico Pedro Suárez Vértiz.
Mientras Pedro conquistaba escenarios y dejaba huella con su voz única, Patricio parecía estar siempre en segundo plano, en silencio, con una sonrisa que ocultaba más de lo que mostraba.
Pero la verdad, como él mismo ha confesado recientemente, era mucho más oscura.
En una entrevista íntima y desgarradora, Patricio reveló lo que vivió durante los años de apogeo de su hermano.
“Pedro era un genio.
No había forma de competir con él.
Todo lo que yo hacía se comparaba automáticamente con lo suyo”, confesó con la voz quebrada.
Ese sentimiento de comparación constante lo llevó, según sus palabras, a caer en un espiral de frustración, celos reprimidos y, finalmente, adicciones que marcaron su vida durante más de una década.
“Todos lo admiraban, todos lo amaban.
Yo también.
Pero no te voy a mentir: por dentro me moría.
Sentía que no importaba lo que hiciera, jamás iba a salir de su sombra”, relató.
Patricio confesó que durante muchos años luchó contra una adicción al alcohol que comenzó como una forma de “desconectarse” del dolor de no sentirse suficiente.
Luego llegaron los medicamentos para la ansiedad, y más tarde, una depresión silenciosa que lo obligó a retirarse de los escenarios por completo en varias etapas de su vida.
Pero lo más impactante de su relato fue el momento en que habló de su relación con Pedro.
“Nunca se lo dije directamente, pero a veces lo culpaba por lo que me pasaba.
No era justo, lo sé.
Él no tenía la culpa de ser brillante.
Pero yo necesitaba culpar a alguien… y él era lo más cercano.
” Sin embargo, también confesó que Pedro siempre fue consciente de su lucha interna.
“Me llamaba, me escribía, me animaba… incluso cuando él mismo ya estaba enfermo.
Era como si, a pesar de todo, él siempre fuera el mayor de los dos, el que protegía.
La confesión ha causado un terremoto emocional entre los seguidores de la familia Suárez Vértiz.
Muchos aplauden la valentía de Patricio por hablar, por mostrarse vulnerable, por contar la historia que nadie se atrevía a preguntar.
Porque mientras Pedro luchaba contra su propia batalla con la disartria y el deterioro neuromuscular, Patricio peleaba un infierno silencioso hecho de expectativas, presión, y un vacío existencial que ni la música ni el amor del público pudieron llenar.
Hoy, Patricio dice estar en un proceso de sanación.
Se ha alejado de los excesos, ha retomado la música desde un lugar más íntimo y, lo más importante, ha hecho las paces con su pasado.
“No soy Pedro, y está bien.
Soy Patricio, y eso ya es suficiente.
” Sus palabras, cargadas de honestidad y dolor, resuenan como un mensaje de esperanza para miles de personas que viven a la sombra de otros, que sienten que no tienen derecho a brillar por sí mismos.
También aprovechó para agradecer a su familia y a los fans que nunca lo abandonaron, incluso cuando su camino se volvió oscuro.
Y aunque nunca dejó de amar y admirar a su hermano, hoy entiende que su historia también merece ser contada.
No como una víctima, sino como un sobreviviente.
“Viví en la sombra de una estrella, pero aprendí que incluso en la sombra se puede encontrar luz”, dijo al cerrar la entrevista.
Y con esa frase, Patricio Suárez Vértiz no solo sanó una parte de su alma… también dejó una lección imborrable sobre el precio oculto del éxito y la fuerza que se necesita para mirar al dolor de frente y seguir cantando.