“Del escenario al caos: Anuel cancelado en su propia isla mientras Ali y Molu le tiran con todo”

La noche en El Choli estaba cargada de expectativa.

Anuel AA, el autoproclamado “Dios del trap”, regresaba a su tierra con un show prometido como el más explosivo de su carrera.

Pero lo que nadie imaginó fue que la explosión sería literal.

Minutos después del evento, se reportaron disparos en las afueras del coliseo.

El sonido de las balas rompió la euforia y sembró el pánico entre los asistentes.

Videos grabados por el público muestran a personas corriendo desesperadas, buscando refugio, mientras sirenas policiales iluminaban la noche.

Las imágenes se viralizaron en cuestión de segundos, y con ellas, la controversia.

Aunque Anuel no estuvo directamente involucrado en el tiroteo, las redes no tardaron en responsabilizarlo indirectamente por el caos, acusándolo de fomentar un ambiente de violencia y descontrol.

El hashtag #AnuelCancelado comenzó a escalar posiciones en X (antes Twitter), acompañado de frases como “No lo quiere nadie aquí” y “El Choli no se respeta así”.

Pero el golpe más fuerte llegó desde los micrófonos de La Mega.

Ali Warrington y El Molusco, reconocidos por no tener pelos en la lengua, dedicaron un segmento entero a destruir la imagen del artista.

“Esto no es música, esto es desorden”, dijo Molusco con tono de indignación.

“Anuel no representa a Puerto Rico.

Aquí nadie lo quiere ya”, añadió Ali, provocando una ola de aplausos y comentarios de apoyo en redes.

Sus palabras se convirtieron en el eco de un sentir colectivo: la decepción de ver cómo un ídolo boricua se hunde en su propia sombra.

La relación de Anuel con su público ha venido deteriorándose desde hace meses.

Entre conflictos personales, peleas mediáticas con Karol G, comentarios polémicos y un sinfín de escándalos, su figura pasó de ser un símbolo de éxito a una fuente constante de controversia.

Pero este nuevo episodio parece haber sido el punto de quiebre.

Lo que más indignó a los fanáticos fue la actitud del cantante tras el tiroteo.

En lugar de ofrecer un mensaje de calma o solidaridad, Anuel publicó en sus historias un mensaje ambiguo, con emojis de fuego y frases como “Ustedes saben que conmigo no hay miedo”.

Para muchos, fue la gota que derramó el vaso.

“No es momento de jugar al gángster”, escribió un usuario en X.

“Es momento de ser humano y pedir respeto por tu gente”.

La crítica se extendió como pólvora.

Figuras del entretenimiento, periodistas y hasta colegas del género se pronunciaron en contra.

Algunos lo acusaron de “vivir en una burbuja de ego”, mientras otros lamentaron que su carrera, una vez prometedora, se haya convertido en una sucesión de escándalos.

El programa de Ali y Molu fue especialmente contundente.

“Anuel está perdido”, sentenció Ali.

“Se rodea de gente que le aplaude los errores.

Ya no queda nada del chamaco humilde que decía representar a su isla.

Ahora solo queda ruido”.

Las palabras calaron hondo.

Incluso algunos fanáticos de antaño comenzaron a expresar públicamente su desencanto.

En foros y grupos de fanáticos, se multiplican los mensajes de decepción.

“Antes me emocionaba verlo en vivo, ahora me da pena”, escribió una seguidora.

“Todo lo que toca se convierte en polémica”, dijo otro.

Mientras tanto, el equipo de seguridad del Coliseo emitió un comunicado confirmando que el tiroteo no dejó víctimas mortales, pero sí generó varios heridos leves y un pánico generalizado.

La policía de Puerto Rico abrió una investigación, aunque las primeras hipótesis apuntan a una pelea entre asistentes ajenos al equipo de Anuel.

Sin embargo, la opinión pública ya dictó su sentencia.

“No importa si disparó o no”, dijo un comentarista en televisión.

“Él atrae ese tipo de energía.

Es la imagen que vende”.

En medio del escándalo, Anuel no ha ofrecido una disculpa formal ni una declaración que aclare su postura.

Su silencio solo ha alimentado el fuego.

Los portales de farándula lo retratan como un artista aislado, cada vez más alejado de su público y más atrapado en su propio personaje.

“La gente ya no quiere al Anuel de las pistolas ni de los problemas”, comentó una periodista local.

“Quieren al hombre que alguna vez inspiró orgullo boricua.

Pero ese ya no existe”.

Las repercusiones no se hicieron esperar.

Varios patrocinadores locales habrían pausado sus contratos con el cantante, y algunos promotores estarían reconsiderando futuros eventos en la isla.

La palabra “boicot” comenzó a circular en medios, mientras el hashtag #FueraAnuelDelCholi sigue ganando fuerza.

Lo que debía ser su regreso triunfal a Puerto Rico terminó convirtiéndose en una pesadilla.

Y aunque Anuel siempre ha sabido levantarse del escándalo, esta vez el golpe parece distinto.

Porque no se trata solo de un tiroteo o de un malentendido: se trata del rechazo de su propia tierra.

“No lo quiere nadie aquí”, repitieron Ali y Molu al cerrar su programa.

Y esa frase, brutal y definitiva, quedó resonando como una sentencia.

El rey del trap, por primera vez, parece haberse quedado solo en su trono.