😡🎭 “El guerrero que cruzó la línea”: El estallido de Said frente a cámaras que dejó a todos en shock
El aire estaba cargado de tensión desde el inicio de la competencia, pero nadie imaginaba que se acercaba uno de los momentos más caóticos de la temporada.

Durante una prueba de contacto físico, Said Palao no solo logró derrotar nuevamente a Leandro, su principal rival en el equipo contrario, sino que al tocar la campana, lanzó su casco con fuerza al suelo, en un gesto claramente desafiante y cargado de burla.
La producción intentó restarle importancia, pero el ambiente ya estaba en llamas.
Todo había comenzado con una queja de Leandro, quien acusó a Said de haberle quitado el casco de manera violenta en la competencia anterior.
Pero en vez de calmar los ánimos, Said respondió con más fuego: “Si no estás preparado para competir duro, ¿para qué vienes?”.
Su frase encendió los ánimos del set, pero no fue hasta que Katia Palma, jurado del programa, aplaudió su comportamiento en vivo, que la situación escaló a niveles imprevistos.

Rosángela Espinoza, siempre dispuesta a enfrentar la injusticia —o lo que ella considera como tal—, tomó la palabra con una contundencia que sorprendió a todos.
“No se puede aplaudir la violencia ni la arrogancia”, dijo con voz firme, acusando a Said de ser irresponsable justo cuando el equipo atraviesa una etapa crítica de eliminación.
Pero lo que vino después fue dinamita pura.
Said, lejos de retroceder, se lanzó con todo: “Tú hablas mucho, Rosángela.
Pero si vamos a hablar de logros, yo he conseguido más en este programa que tú en todas tus temporadas”.
Su tono era de desprecio y, mientras hablaba, miraba de reojo a la producción, como si supiera que estaba cruzando una línea pero no le importara.

Lo más fuerte llegó cuando insinuó que las actitudes de la ‘Chica Selfie’ se deben a celos no superados.
“Te duele que Patricio esté saliendo con otras chicas, y todos lo sabemos”, soltó sin filtro.
El estudio se quedó en silencio, como si todos estuvieran conteniendo la respiración.
Las cámaras captaron a Patricio Parodi riéndose discretamente mientras Rosángela y Said discutían.
Esa imagen bastó para dinamitar cualquier posibilidad de reconciliación.
Rosángela, visiblemente afectada, le lanzó una mirada helada a Patricio, mientras él, sin decir palabra, continuaba con una sonrisa en los labios.
La traición, para muchos, fue evidente.
La producción, acorralada por el caos en vivo, decidió intervenir sancionando al equipo de los Guerreros con más puntos en contra.
Esto desató la furia del capitán Parodi, quien, en un momento de máxima tensión, se acercó a la cámara y dijo sin rodeos: “Si alguien tiene que salir primero de este programa, esa persona es Rosángela.
Y ojalá sea esta misma semana”.
La situación ya había dejado de ser una competencia deportiva para convertirse en un campo de batalla emocional.
Las redes sociales estallaron, con miles de usuarios tomando partido entre #TeamRosángela y #TeamSaid.
Algunos criticaron duramente a la producción por permitir ese nivel de agresividad en vivo, mientras otros aplaudieron la actitud “real y sin filtro” de Palao, considerándolo un “guerrero de verdad”.
Pero detrás del espectáculo hay señales claras de fracturas internas que podrían afectar el futuro del reality.
La falta de liderazgo, las alianzas rotas y los resentimientos acumulados han generado un clima insostenible.
Said ya no solo compite contra sus rivales, sino también contra las reglas, sus propios compañeros y, en especial, contra el fantasma del favoritismo que tanto se comenta tras cámaras.
Rosángela, por su parte, ha prometido que no se quedará callada y que lo que se vio en cámaras es solo “una pequeña parte de lo que realmente pasa”.
En las próximas emisiones, se espera que revele información delicada sobre ciertos “privilegios ocultos” dentro del programa.
La guerra está declarada.
Lo que ocurrió esa noche fue mucho más que un estallido de ego.
Fue el reflejo de una tensión acumulada que ahora amenaza con desbordarse.
El casco que Said lanzó al suelo no fue solo un gesto de burla… fue el símbolo de una rebelión que podría costarle caro.
Porque en Esto es Guerra, los enemigos no siempre están en el equipo contrario.
A veces, están sentados justo al lado.