Récord histórico en solicitudes de nacionalidad española: más de un millón de descendientes afectados y saturación consular

La avalancha de solicitudes al concluir el plazo fijado por la Ley de Memoria Democrática atasca la red consular

 

Más de un millón de descendientes de españoles han pedido la nacionalidad y  otros 1,3 millones esperan cita | España | EL PAÍS

 

La concesión de la nacionalidad española a descendientes de españoles se ha convertido en un fenómeno sin precedentes tras la entrada en vigor de la Ley de Memoria Democrática, que abrió un plazo excepcional para que los descendientes de aquellos que sufrieron exilio o persecución durante la Guerra Civil y la dictadura franquista pudieran reclamar la nacionalidad.

Hasta la fecha, más de un millón de personas han presentado la solicitud, mientras que otros 1,3 millones esperan cita para iniciar el trámite, lo que ha generado un atasco sin precedentes en la red consular y largas esperas para quienes buscan regularizar su situación.

Según explican fuentes del Ministerio de Justicia, el volumen de solicitudes supera con creces la capacidad inicial de atención de los consulados y del propio sistema telemático de registro, diseñado para atender flujos mucho más reducidos.

“Hemos recibido un número histórico de solicitudes en muy poco tiempo.

Nunca antes habíamos manejado una cifra de esta magnitud”, asegura un portavoz del ministerio, que subraya que el objetivo es agilizar los procedimientos sin comprometer la veracidad ni la legalidad de los expedientes.

 

Más de un millón de descendientes de españoles han pedido la nacionalidad  por la Ley de Memoria Democrática | El PAÍS Exprés | EL PAÍS

 

La ley, aprobada en 2022, establece un plazo excepcional de dos años para que los descendientes de españoles que vivieron fuera del país puedan optar a la nacionalidad, eliminando algunas de las restricciones tradicionales y simplificando los requisitos documentales.

“Es una oportunidad única para quienes llevan generaciones esperando este reconocimiento”, afirma Isabel Moreno, abogada especializada en derecho de nacionalidad.

“Estamos viendo solicitudes de familias enteras, desde hijos hasta nietos y bisnietos, lo que explica el volumen masivo de casos”.

El colapso consular se ha hecho evidente en varias capitales del mundo donde residen comunidades importantes de descendientes, como Buenos Aires, Ciudad de México, Caracas, Miami o París.

Cientos de solicitantes esperan durante semanas, incluso meses, para obtener una cita presencial, indispensable para formalizar el expediente y presentar la documentación original.

Los consulados han incrementado los turnos y han habilitado plataformas digitales para el registro previo, pero la demanda supera ampliamente la capacidad disponible.

“Intentamos atender a todos, pero la saturación es evidente. Es un desafío logístico enorme”, reconoce un funcionario consular en Madrid.

El impacto social de esta medida también se refleja en la expectativa de regularización para millones de descendientes que han mantenido la ciudadanía española de manera simbólica o que carecían de ella por trámites burocráticos anteriores.

Para muchos, obtener la nacionalidad implica derechos fundamentales, como residir y trabajar legalmente en España y en el resto de la Unión Europea.

“Es más que un documento; es recuperar una identidad que se perdió por motivos históricos”, asegura María López, nieta de exiliados españoles, quien explica que ha seguido durante años los cambios legislativos esperando este momento.

 

Ley de Nietos: más de medio millón de descendientes de españoles han  solicitado la nacionalidad

 

El fenómeno ha generado comparaciones con otros periodos de apertura masiva de nacionalidad, como la ley de 1982 que permitió a numerosos descendientes recuperar la ciudadanía tras la transición democrática.

Sin embargo, los expertos coinciden en que nunca se había registrado una afluencia de solicitudes de tal magnitud.

Según datos preliminares, el 1,3 millones de solicitantes en espera representan casi el doble de los casos tramitados durante todo el año anterior, lo que convierte a este proceso en uno de los mayores retos administrativos del país en décadas.

Ante esta situación, el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación ha implementado medidas extraordinarias, incluyendo la apertura de ventanillas adicionales en consulados y embajadas, la extensión de horarios de atención y la contratación de personal temporal especializado en derecho de nacionalidad.

Además, se ha reforzado la coordinación con la Dirección General de los Registros y del Notariado, responsable de verificar los documentos y certificar la validez de los expedientes.

“La prioridad es garantizar que cada solicitud se procese de manera correcta y sin errores, pero la velocidad también es crucial para no generar frustración entre los solicitantes”, subraya un portavoz del ministerio.

El debate político también ha cobrado relevancia, con partidos que subrayan la importancia histórica y simbólica de la Ley de Memoria Democrática y otros que advierten sobre los retos administrativos y presupuestarios de atender a más de dos millones de potenciales beneficiarios en un corto periodo.

“No podemos subestimar la carga que esto representa para los consulados y el sistema judicial, pero es un paso necesario para reparar la memoria histórica”, afirma un diputado del Congreso especializado en derechos de ciudadanía.

 

500.000 descendientes de emigrados ya tienen reconocida la nacionalidad

 

A nivel individual, la experiencia de los solicitantes varía ampliamente. Algunos destacan la emoción de recuperar un vínculo con sus raíces, mientras otros denuncian la lentitud del sistema y la incertidumbre.

“Llevo años esperando esta oportunidad. Finalmente pude pedir cita, pero todavía no sé cuándo será mi turno para entregar los documentos”, relata Juan Carlos Herrera, descendiente de emigrantes andaluces en México.

Otros jóvenes han viajado expresamente a Madrid o Barcelona para iniciar el trámite presencial, conscientes de que la vía digital no siempre garantiza un proceso rápido.

Analistas legales prevén que el impacto de esta avalancha de solicitudes se prolongará durante meses e incluso años, ya que la tramitación completa requiere verificación documental, evaluación de antecedentes y emisión de certificados oficiales.

La Ley de Memoria Democrática no solo otorga la nacionalidad de manera simplificada, sino que también establece procedimientos de control y revisión estrictos para garantizar que se cumplan los requisitos legales y se evite fraude.

En conclusión, la Ley de Memoria Democrática ha generado un interés sin precedentes entre los descendientes de españoles, con más de un millón de solicitudes presentadas y otros 1,3 millones esperando cita.

La saturación de los consulados refleja tanto la dimensión histórica del reconocimiento de la nacionalidad como los retos administrativos y logísticos que afronta España para gestionar esta avalancha de trámites.

Para muchos solicitantes, se trata de una oportunidad única de reconectar con su historia familiar y acceder a derechos que habían permanecido pendientes durante generaciones, mientras las autoridades trabajan contrarreloj para garantizar un proceso justo y eficiente.

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