En un episodio especial de First Dates, una mujer de 72 años sorprende al público con su actitud desinhibida y su humor al preguntar a su cita si aún “funciona”, desatando risas y reflexiones sobre el amor maduro.
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En un mundo donde las citas a ciegas han evolucionado en un espectáculo televisivo, el programa “First Dates” se ha convertido en un referente de la cultura del amor moderno.
Sin embargo, lo que ocurrió en un episodio reciente dejó a todos boquiabiertos: una mujer de 72 años preguntando a su cita si aún “funciona”.
Este momento, cargado de humor y sinceridad, nos invita a reflexionar sobre la vida, el amor y la sexualidad en la tercera edad.
La escena se desarrolla en un ambiente festivo, con un especial de Halloween que añade un toque de picardía al encuentro. La protagonista, vestida para impresionar, no escatima en detalles al describir su deseo de seducir.
“He venido a seducir a mi cita”, dice con una sonrisa pícara, dejando claro que no está aquí solo para buscar amor, sino también para disfrutar de la vida y sus placeres.
Su cita, un hombre de 67 años, parece un poco intimidado pero a la vez intrigado. “En el pueblo donde vivo hay muy poca gente y solo hay cabras, ovejas y vacas”, confiesa, buscando una compañera que lo saque de la monotonía.
La conversación fluye entre risas y comentarios subidos de tono, mientras ambos exploran sus expectativas sobre el amor y la intimidad.

Lo que destaca en este encuentro es la forma en que ambos abordan la sexualidad. La mujer, con un aplomo sorprendente, habla sin tapujos sobre su deseo de “encaminar” las cosas, haciendo alusión a su experiencia y a su deseo de disfrutar plenamente de cada momento.
“A esta edad hay que saber encaminar”, afirma, dejando claro que no tiene miedo de hablar de sus necesidades y deseos. Este enfoque directo y honesto desarma a su cita, quien, aunque un poco nervioso, se muestra receptivo a la conversación.
A medida que avanza la cita, la química entre ellos se hace evidente. La mujer no solo busca un compañero, sino también una conexión auténtica. “Doy masaje para encaminar”, dice, insinuando que su deseo va más allá de lo físico.
Sin embargo, no se puede negar que la atracción física juega un papel importante en su búsqueda. “Hay cosas más allá del mandangón”, añade, haciendo hincapié en que la intimidad no se trata solo de sexo, sino de una conexión más profunda.
El diálogo se torna más atrevido cuando la mujer pregunta directamente a su cita si “funciona”. Este momento, inesperado y cómico, refleja la realidad de muchas personas mayores que, a pesar de su edad, siguen buscando el placer y la conexión.
La respuesta de su cita es cautelosa, pero la tensión entre ellos es palpable. Ambos parecen disfrutar de la provocación y el juego de palabras, lo que añade un aire de ligereza a la conversación.

A lo largo de la cita, el programa muestra cómo la edad no limita el deseo ni la capacidad de amar. La mujer, con su actitud desinhibida, desafía los estereotipos sobre la sexualidad en la tercera edad.
“Yo soy una mujer fogosa”, declara con orgullo, rompiendo con la idea de que la pasión se apaga con los años. Su cita, aunque un poco más reservado, no puede evitar dejarse llevar por la energía de la conversación.
El episodio culmina con una invitación a una segunda cita, lo que marca un momento significativo en la narrativa. La mujer, entusiasmada, expresa su deseo de seguir explorando esta nueva conexión.
“Vamos a intentar a ver si le funciona”, dice, dejando claro que está dispuesta a arriesgarse en busca de una relación más profunda.
Este episodio de “First Dates” nos recuerda que el amor y la intimidad no tienen fecha de caducidad. La valentía de esta mujer de 72 años al abordar temas tabúes y su deseo de vivir plenamente son un testimonio de que la vida puede ser rica y emocionante en cualquier etapa.
En un mundo donde a menudo se ignora la sexualidad de los mayores, su historia es un llamado a la aceptación y a la celebración de la vida, el amor y el deseo.
Así, “First Dates” no solo entretiene, sino que también educa y desafía nuestras percepciones sobre el amor en la tercera edad.
La historia de esta soltera nos invita a todos a reflexionar sobre nuestras propias expectativas y deseos, recordándonos que nunca es tarde para buscar la felicidad y la conexión con los demás.