Santiago Abascal cargó duramente contra Pedro Sánchez en un mitin en Extremadura, acusándolo de liderar una “deriva mafiosa” y de abandonar a regiones como Extremadura bajo décadas de bipartidismo.

En un multitudinario acto celebrado en Badajoz, el presidente de Vox, Santiago Abascal, elevó al máximo el tono contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y contra el bipartidismo que, según afirmó, “ha abandonado durante décadas a las tierras más leales de España”.

Durante un discurso extenso, cargado de ironías, denuncias políticas y referencias a la actualidad, Abascal centró gran parte de su intervención en lo que considera una “deriva mafiosa del Gobierno” y en su apuesta por convertir a Extremadura en uno de los focos principales de la campaña electoral.

Abascal inició su discurso respondiendo a críticas internas y externas por su presencia constante en la región: “Es verdad, no soy el candidato, pero me estoy enamorando de Extremadura”.

Enumeró una larga lista de localidades que asegura haber visitado en los últimos días y subrayó el recibimiento “cálido y respetuoso” por parte de los vecinos.

Para reforzar esa afirmación, añadió con tono jocoso: “En todos estos días no ha habido un solo extremeño que me haya insultado. Solo cuatro personas, y ni siquiera eran de aquí”.

El líder de Vox centró después su intervención en un análisis severo del bipartidismo, al que responsabilizó de la situación del campo, de la desindustrialización y de los problemas de acceso a la vivienda.

“El bipartidismo ha castigado a las tierras leales entregando poder e infraestructuras al separatismo”, afirmó.

Según Abascal, las decisiones tomadas en Bruselas, apoyadas por PSOE y PP, habrían “burocratizado el trabajo de agricultores y ganaderos” y elevado la carga fiscal sobre autónomos, jóvenes y familias.

En materia energética, defendió la necesidad de “recuperar la independencia” mediante un modelo mixto que incluya renovables, hidráulicas y energía nuclear. “España no es pobre. Tiene sol, viento, agua, desniveles… Lo que no tiene es gobernantes sensatos”, sostuvo.

Comparó los costes energéticos actuales con los de décadas anteriores y atribuyó el encarecimiento a “políticas ideológicas” aplicadas tanto por gobiernos del PSOE como del PP.

Uno de los momentos más comentados del mitin llegó cuando Abascal volvió a aludir al conocido episodio del “Peugeot” que, según él, transportaba a figuras relevantes del PSOE en sus años de primarias internas.

Con tono humorístico, afirmó que los implicados pagaban la gasolina “con dinero del suegro” y provocó risas entre los asistentes.

Utilizó esta anécdota para reforzar su denuncia de una supuesta trama de corrupción, insistiendo en que “horas y horas en el mismo coche no dejan a nadie de ser un desconocido”.

Aun así, matizó que sus afirmaciones reproducían públicamente sus propias valoraciones políticas sobre el comportamiento del Gobierno.

A lo largo del discurso, Abascal repitió que, a su juicio, “no se puede normalizar la situación actual” y que España vive “una crisis institucional profunda”.

Acusó al Gobierno de “controlar” instituciones esenciales y criticó la entrevista televisiva reciente al presidente del Ejecutivo, sosteniendo que “cada día que pasa con Sánchez en el poder está más lejos la posibilidad de unas elecciones limpias”.

Utilizó comparaciones con gobiernos de otros países europeos para enfatizar que, en su opinión, “cualquier dirigente decente habría dimitido” ante situaciones similares.

El líder de Vox extendió también sus críticas al Partido Popular, al que acusó de “compartir la herencia del bipartidismo, las políticas verdes, las decisiones fiscales y los errores migratorios”.

Señaló que “PP y PSOE firman juntos en Bruselas lo que luego discuten aquí para engañar a la gente” y reprochó a Alberto Núñez Feijóo no presentar una moción de censura a pesar de que —según su lectura parlamentaria— “podría hacerla viable si quisiera negociar con otros sectores críticos del PSOE”.

En el ámbito social, Abascal reclamó mayor seguridad en las calles, acceso real a la vivienda para jóvenes y un refuerzo de los servicios públicos.

“Pedimos cosas sencillas: que las mujeres puedan caminar tranquilas, que los mayores estén seguros, que los jóvenes puedan vivir en su tierra sin tener que marcharse al extranjero”, dijo.

También denunció la “criminalización del campo” y pidió medidas urgentes ante el riesgo de expansión de la peste porcina africana.

Sobre educación, reiteró su rechazo a lo que considera “adoctrinamiento ideológico”, defendiendo el papel de las familias y reclamando que las escuelas se centren en instruir y no en “convertirse en trincheras de discursos políticos”.

“Queremos libertad en las aulas y respeto a la historia sin culpabilizar a los jóvenes”, afirmó.

El cierre del acto estuvo marcado por un llamamiento directo a los ciudadanos de Extremadura, a quienes pidió “sentido común” frente a “la mafia y la estafa”, expresiones que utilizó repetidamente para referirse al Gobierno y al bipartidismo en su conjunto.

“España es una tierra rica, trabajadora y digna. Lo que queremos es que las leyes estén al servicio de la gente y no contra la gente”, concluyó, antes de terminar con un rotundo “Viva España” aclamado por los asistentes.