Albert Rivera acusa a Pedro Sánchez de ejecutar un “Plan Sánchez” destinado a perpetuarse en el poder mediante alianzas con nacionalistas y populistas, perjudicando a las familias y a la clase media española.

Durante un discurso cargado de crítica y firmeza en el Congreso de los Diputados, Albert Rivera, portavoz de Ciudadanos, acusó al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de mantener un “plan” que, según él, busca perpetuarse en el poder mediante alianzas con partidos nacionalistas y populistas.
Rivera calificó el discurso del presidente como “impostado, de cartón piedra, a veces de cemento, un discurso que ni usted se cree, señor Sánchez”, y acusó al jefe del Ejecutivo de utilizarlo como “cortina de humo” mientras se ejecutan acuerdos políticos en otras áreas del gobierno.
Rivera presentó su argumentación como un análisis estructurado del denominado “Plan Sánchez”, que, en su opinión, beneficia principalmente al propio presidente y a sus aliados políticos, mientras perjudica a la mayoría de los ciudadanos.
“El plan Sánchez es un plan por el cual el señor Sánchez se quiere perpetuar en el poder, controlando la televisión pública, las encuestas, criminalizando a los constitucionalistas y lavando la imagen a sus socios”, afirmó.
Añadió que este plan favorece a los “enchufados del PSOE, Tezanos, Óscar López, Rosa María Mateo y a los militantes del partido, pero es un mal plan para las familias españolas”.
El portavoz de Ciudadanos centró gran parte de su intervención en la oposición a lo que considera un sistema de “criminalización” de quienes discrepan del gobierno.
“Se trata de estigmatizar a todos los constitucionalistas que hemos defendido la libertad, la igualdad y la Constitución durante muchos años, y de lavarle la imagen a Otegui en la televisión pública”,
señaló, en referencia a los acuerdos con partidos independentistas en regiones como Navarra y Cataluña.
Según Rivera, Sánchez “prefiere dividir y vencer, tratar a los votantes de Ciudadanos o del Partido Popular como fascistas y pactar con quienes no apoyan la aplicación del 155 en Cataluña”.
Rivera insistió en que la oposición no se limita al rechazo al Gobierno, sino a un modelo de país que considera sectario y polarizado. “No quiero una España donde se criminalice a quien piensa distinto.
No quiero una España con socios de una banda que quieren liquidar mi país y criminalizando a los que defienden la unidad y la igualdad entre españoles”, afirmó.
Según su análisis, el plan de Sánchez ha estado en marcha desde su llegada al poder con la moción de censura, extendiéndose a diferentes comunidades autónomas y fomentando acuerdos con nacionalistas en País Vasco, Cataluña, Baleares y la Comunidad Valenciana.

El discurso de Rivera también abordó la cuestión económica y social, criticando el aumento de impuestos y la desigualdad generada por las políticas del gobierno.
“El señor Sánchez ya envió un documento que iba a subir 26.000 millones los impuestos. La mitad de los autónomos no se pueden ir de vacaciones y ustedes quieren subirles el IRPF y machacarles todavía más”, denunció.
Asimismo, se refirió a la desigualdad en la educación y los salarios, señalando que en España se invierte el doble en educación en el País Vasco que en otras comunidades y que policías y guardias civiles cobran entre un 20 y un 30 % menos que sus homólogos en regiones con mayor autonomía fiscal.
Rivera dedicó también un apartado a la defensa de la diversidad familiar y los derechos de las personas LGTBI, criticando la política de gestación subrogada y la legislación de custodia compartida promovida por el PSOE.
“En Ciudadanos creemos que todos los modelos de familia son familias”, subrayó, y añadió que el gobierno bloquea derechos fundamentales bajo criterios partidistas.
Otro eje central del discurso fue Cataluña. Rivera condenó cualquier intento de que el gobierno regional nombre jueces, calificando la propuesta del Ejecutivo de permitir que Torra influya en el Consejo de Justicia como un ataque al Estado de Derecho.
“Me opongo rotundamente a que unos golpistas nombren a jueces en mi país. Quiero que lo hagan los jueces elegidos por todos con transparencia y garantías”, indicó.
Señaló que la sedición, la prevaricación y la malversación son delitos, no meras decisiones políticas, y criticó la actitud del gobierno por tratar estos actos como cuestiones negociables.
A lo largo de su intervención, Rivera pidió medidas concretas de control y transparencia, cuestionando cuándo se tomarán decisiones sobre la televisión pública, el CIS, los impuestos, la sanidad y la educación, así como la posible concesión de indultos a condenados por sedición.
“Se trata de oponerse, controlar, vigilar y desmontar el plan Sánchez. Eso es lo correcto, aunque sea difícil”, afirmó.
Rivera cerró su discurso con un llamamiento a defender la libertad y la igualdad, criticando la polarización política y el sectarismo,
y subrayando que Ciudadanos seguirá promoviendo pactos de Estado en áreas estratégicas como la despoblación, la ciencia, el terrorismo y el cambio climático.
“Oponerse al plan Sánchez no es ser de izquierdas o de derechas, es ser sensato”,
concluyó, apelando a la responsabilidad de los parlamentarios y a la vigilancia ciudadana frente a lo que considera una estrategia política que favorece a unos pocos y deja de lado a las familias y ciudadanos españoles.
El discurso de Rivera refleja la confrontación política actual en España, marcada por la tensión entre el Gobierno y la oposición,
la gestión de la descentralización territorial y la percepción de desigualdad y favoritismo en la administración pública, evidenciando el debate sobre la dirección futura del país y la defensa de los derechos ciudadanos frente a intereses partidistas.