La vida del actor ha cambiado radicalmente gracias a ‘La casa de papel’, aunque la fama no ha hecho que deje de tener a su familia como prioridad

Álvaro Morte, nacido en Algeciras en 1975, es hoy uno de los actores españoles más reconocidos internacionalmente, gracias a su emblemático papel de Sergio Marquina, “El Profesor”, en la exitosa serie de Netflix *La casa de papel*.
Sin embargo, detrás del personaje que cautivó a millones de espectadores, se encuentra un hombre cuya trayectoria ha estado marcada por la perseverancia, la reinvención constante y un compromiso inquebrantable con su familia.
Antes de alcanzar la fama que transformaría su vida, Morte tuvo que luchar durante años por consolidar su carrera. Inicialmente, se inclinó por los estudios de Telecomunicaciones, carrera que abandonó para dedicarse de lleno al arte dramático.
Este cambio radical no fue bien recibido por su familia: “Mi padre me preguntó de qué pensaba comer si me dedicaba a la interpretación”, recuerda el actor.
A pesar de la incredulidad inicial, Morte se inscribió en la Escuela Superior de Arte Dramático de Córdoba, donde comenzó a construir una carrera que, aunque lenta, se consolidaría con los años.

Sus primeros pasos en la televisión española incluyeron pequeños papeles en series emblemáticas como *Hospital Central*, *Policías, en el corazón de la calle*, *Aída* o *Cuéntame cómo pasó*.
Para sostenerse económicamente, Álvaro compaginaba la actuación con otros trabajos, desde camarero hasta guía turístico, e incluso probó suerte como bailaor de flamenco en Irlanda, donde llegó a recibir atención de los medios locales:
“Hasta quisieron publicar una entrevista conmigo en el dominical más importante de Irlanda. Luego, me surgió una gira de teatro con Concha Velasco y me volví corriendo a España antes de la sesión de fotos. Al periodista le dije que me había salido mucho trabajo como bailaor en mi país y que debía volver”, relata.
El primer papel de relevancia llegó en 2014 con Gabriel Areta en *Amar es para siempre*, seguido de Lucas Moliner en *El secreto de Puente Viejo*, personaje que interpretó durante más de 500 capítulos hasta 2017.
Fue, sin embargo, su interpretación de “El Profesor” lo que catapultó su carrera al reconocimiento mundial.
La serie no solo se convirtió en un fenómeno de audiencia, acumulando más de 6.700 millones de horas vistas a lo largo de cinco temporadas, sino que también abrió la puerta a trabajos internacionales como *Immaculate* y *The Head*.
Morte se muestra reflexivo frente al éxito: “Yo intento vivirlo con la mayor tranquilidad y con absoluta sensatez. No quiero que mi vida cambie, porque estoy muy contento con ella”, asegura.
A pesar de la fama y los proyectos internacionales, su vida familiar sigue siendo su prioridad. Morte está casado con Blanca Clemente, estilista y apasionada del teatro, con quien comparte dos hijos mellizos, León y Julieta, nacidos en 2014.
La pareja mantiene un perfil discreto, protegiendo la privacidad de sus hijos, aunque de vez en cuando se dejan ver en la cuenta de Instagram del actor:
“Procuro sacar todo el tiempo que puedo para estar con mis enanos. Quiero disfrutar de ellos todo lo que pueda”, comenta en una entrevista reciente.

Blanca y Álvaro también han emprendido juntos en el mundo teatral. En 2012 crearon la productora 300 Pistolas, con el objetivo de revitalizar los clásicos de una manera innovadora y accesible:
“¿Por qué el teatro clásico debe ser aburrido?”, se preguntan en la web de la empresa. Además, imparten cursos dirigidos a alumnos y profesores de colegios, consolidando su compromiso con la educación artística.
La vida del actor, sin embargo, no ha estado exenta de desafíos personales. A los 30 años, Morte enfrentó un diagnóstico de cáncer: un liposarcoma en el muslo izquierdo.
La gravedad de la situación era tal que los médicos le advirtieron sobre la posibilidad de amputación: “Me dijeron que me cortaban la pierna, que no sabían cuánto me quedaba”, recuerda.
Enfrentarse a la noticia no fue sencillo, pero el actor decidió asumir la situación con determinación: “Un día, a las tres de la tarde exactamente, el médico me dio la noticia.
Te quedas descolocado al principio, ¡cómo que cáncer! Y esa misma noche, que no había asimilado todo, me di cuenta que podía entrar en un estado en el que podía tener miedo y me dije ‘sabes qué Álvaro, el tener miedo creo que no te va a ayudar.
Creo que hay que intentar gestionar esto desde el mirar para adelante y ya está’”, narró en una entrevista.
Morte destaca la importancia de la actitud frente a la adversidad: “Cuando te dan una noticia de este tipo, te lo puedes tomar de muchas formas. Eres completamente libre de tomártelo como quieras.
Tienes todo el derecho de sufrir”, explica. Sin embargo, él eligió afrontar su enfermedad con optimismo y humor cuando era posible: “No quiero decir que me lo tomara a cachondeo, ni muchísimo menos, pero sí que intenté que no me tirara abajo el ánimo”.
Esta filosofía ha marcado tanto su vida personal como profesional, demostrando que la resiliencia y la perspectiva positiva pueden ser determinantes en la recuperación y el bienestar.
Tras superar esa etapa, la carrera de Morte no dejó de ascender. Entre sus proyectos recientes destacan la miniserie *Anatomía de un instante*, donde interpreta a Adolfo Suárez, y producciones internacionales como *The Wheel of Time* y *Historias para no dormir*.
Su versatilidad actoral y su capacidad de adaptarse a distintos géneros y formatos lo consolidan como uno de los intérpretes más completos de España.
A pesar de su agenda intensa y de la exposición pública, Álvaro Morte mantiene un equilibrio entre la fama y la vida familiar.
Para él, la carrera profesional es importante, pero la verdadera riqueza se encuentra en los momentos compartidos con su esposa e hijos: “Intento disfrutar de cada instante con mi familia, porque sé que esto es lo que realmente importa en la vida”, afirma.
Su historia es un testimonio de perseverancia, pasión por el arte y dedicación familiar, que inspira a quienes buscan construir un camino propio, incluso en medio de desafíos personales y profesionales.
Álvaro Morte ha demostrado que es posible alcanzar la fama internacional sin perder la esencia ni descuidar lo que más importa. Actor, padre, esposo y superviviente, su vida es un reflejo de compromiso, resiliencia y amor, tanto dentro como fuera de los escenarios.
Su ejemplo sigue resonando en el mundo del entretenimiento, recordándonos que el éxito no solo se mide en cifras o premios, sino también en la capacidad de mantener la humanidad y la integridad frente a cualquier adversidad.