El periodista Antonio Naranjo ha denunciado el acoso del ministro de Transportes, Óscar Puente, quien lo habría atacado y descalificado repetidamente en redes sociales mientras lo mantiene bloqueado.

En el mundo del periodismo, la relación entre los medios y el poder político siempre ha sido delicada, pero en los últimos días, esta tensión ha alcanzado niveles insospechados.
El periodista Antonio Naranjo ha estallado contra el ministro de Transportes, Óscar Puente, tras una serie de ataques y descalificaciones que ha recibido en redes sociales.
La situación ha puesto de relieve no solo el acoso mediático, sino también la manipulación informativa que, según Naranjo, está llevando a cabo el ministro.
¿Hasta dónde puede llegar un político en su intento de desacreditar a un periodista? Esta es la pregunta que resuena en el aire tras las declaraciones del presentador de Telemadrid.
En un mensaje directo y contundente, Naranjo se dirigió a Puente a través de Twitter, expresando su indignación por ser mencionado repetidamente mientras el ministro lo mantiene bloqueado en la plataforma.
“Querido @oscar_puente_, está feo citarme una y otra vez y no poder responder a sus mimos porque me tiene bloqueado”, escribió Naranjo, dejando claro que considera esta actitud como una falta de respeto y una violación de su derecho a réplica.
La ironía no se perdió en sus palabras, al afirmar que “para uno que quiere charlar con ustedes y no es ni juez ni de la UCO”, la situación es aún más absurda.

La relación entre Naranjo y Puente ha estado marcada por la tensión desde que el periodista comenzó a presentar el programa “El Análisis. El Diario de la Noche”.
En este espacio, Naranjo ha criticado abiertamente las acciones del ministro, quien, según él, ha cruzado la línea al atacar su labor como presentador.
“Defender su platito de lentejas”, fue una de las acusaciones que Puente lanzó contra Naranjo, lo que llevó al periodista a reflexionar sobre el papel que deben jugar los ministros en una democracia.
“Un ministro de España no puede comportarse como un tuitero más, lanzando insinuaciones y ataques personales desde una posición de poder”, advirtió.
Desde su programa, Naranjo no ha dudado en responder con dureza a los ataques del ministro.
“Está feo señalar a Telemadrid y dedicarle a servidor tantos mimos, que yo ya tengo en casa los suficientes”, afirmó, cuestionando la ética de un político que utiliza su influencia para acosar a un periodista.
La advertencia fue clara: “¿Qué haría usted con nosotros cuando recuerda otros regímenes tan del agrado de su amigo Zapatero, donde cuando el poder señala ocurren cosas muy feas?”.
Estas palabras resonaron como un eco de advertencia sobre los peligros que conlleva el abuso de poder en el ámbito político.

Además de los ataques personales, Naranjo ha denunciado lo que considera una manipulación informativa por parte de Puente.
El periodista acusó al ministro de difundir imágenes falsas de andenes colapsados en el Metro de Madrid, mientras ignora problemas reales en Cercanías y en el AVE.
“No está bien difundir información falsa, señor Puente, pillín”, le reprochó Naranjo en directo, subrayando que la propaganda ministerial choca con la realidad de los usuarios del transporte público.
Esta crítica no solo pone de manifiesto la falta de transparencia en la gestión pública, sino que también refleja un desdén por la verdad que debería guiar a cualquier funcionario.
La escalada de desprecios ha continuado en redes sociales, donde Naranjo ha resumido el comportamiento del ministro con ironía mordaz.
“Lleva todo el día enviando mensajitos contra mí como un niño pequeño, apretando los puñitos y diciendo ‘caca, culo, pis’”,
expresó, evidenciando la falta de seriedad de un ministro que debería estar más preocupado por resolver los problemas del transporte en España que en atacar a un periodista.
La situación se torna cómica, pero a la vez alarmante, al ver cómo un representante del gobierno se dedica a desprestigiar a un profesional de la comunicación en lugar de abordar los graves desafíos que enfrenta el sector del transporte.

Naranjo ha dejado claro que su intención no es solo defender su honor como periodista, sino también alertar sobre el acoso político-mediático que puede llevar a un clima de miedo y autocensura.
“Eso sí, de que funcione el tren, nada”, concluyó, poniendo de relieve la desconexión entre las prioridades de los políticos y las necesidades de los ciudadanos.
En un momento en que la credibilidad de las instituciones se encuentra en entredicho, es fundamental que los periodistas puedan ejercer su labor sin temor a represalias.
La controversia entre Naranjo y Puente no solo es un episodio más en la lucha entre el periodismo y el poder, sino que también plantea preguntas cruciales sobre la ética en la política y la responsabilidad de los funcionarios públicos.
La libertad de expresión y el derecho a la información son pilares fundamentales de cualquier democracia, y es deber de todos protegerlos frente a cualquier intento de silenciar la crítica.
Mientras la batalla continúa en redes sociales y en los medios, el eco de las palabras de Naranjo resuena con fuerza: “Usted no es ni juez ni de la UCO”.
Esta declaración se convierte en un símbolo de resistencia frente al abuso de poder, recordando a todos que el periodismo es una herramienta vital para la rendición de cuentas y la transparencia en la sociedad.
La lucha por la verdad y la justicia continúa, y los periodistas como Antonio Naranjo son esenciales en esta batalla por un futuro más democrático y justo.