Antonio e Isma protagonizan una cita en First Dates marcada por la sinceridad, los contrastes de personalidad y la química difícil de alcanzar.

En la última entrega del popular programa *First Dates*, Antonio, un hombre de 56 años con negocio propio de joyería, se sentó frente a Isma, una mujer gallega que buscaba compañía y diversión, en una cita que rápidamente se convirtió en un reflejo de sinceridad brutal y contrastes de personalidad.
Antonio inició la conversación explicando su mentalidad: “Me siento como una persona que sé que tengo 56 años, pero es que mi cabeza me lleva mucho más joven”, una declaración que buscaba mostrar su energía y disposición a disfrutar de la vida a pesar de su edad.
Sin embargo, esta autopercepción también suscitó la pregunta implícita sobre si buscaba a alguien más joven, dado que señaló que los de su edad no le seguían el ritmo.
A lo largo de la cita, Antonio se mostró abierto y directo, relatando su vida sentimental y profesional:
“En relaciones no ha funcionado porque no estuve a la altura, ni supe valorar, sobre todo en una ocasión, ni supe comprender a la persona que realmente tenía conmigo y la culpa 100% mía”, admitiendo así responsabilidades sobre su pasado afectivo.
Isma, por su parte, expresó claramente qué buscaba: “Yo ahora quiero un novio. No quiero una pareja que viva conmigo, quiero un novio.
Porque se portan mucho mejor que los maridos”, subrayando su preferencia por la conquista, la diversión y la atención diaria, en contraste con la rutina de una relación establecida.

La cita mostró también diferencias marcadas en intereses y hábitos. Antonio reveló que tiene fobia a los aviones y que solo viaja en coche, mientras que Isma disfruta de viajar y experimentar culturas.
Esta disparidad planteó un posible obstáculo: “Pues vaya inconveniente, ¿no? Porque si te está vendiendo ya que no se sube ni vamos ni muerto a un avión, pues esta señora que le encanta viajar, pues es un problema”.
Sin embargo, Antonio indicó que estaba dispuesto a enfrentarse a sus miedos si la relación lo merecía, destacando que la seguridad que percibía en su compañera podría motivarle a intentarlo.
El intercambio se tornó más íntimo y atrevido cuando Isma cuestionó a Antonio sobre sus zonas erógenas, a lo que él respondió con humor y naturalidad, mencionando el clítoris, lo que sorprendió y complació a la mujer:
“Me encanta todo lo relacionado con eso”, afirmó Antonio, dejando entrever su disposición a la sinceridad sin tabúes.
Este momento reflejó la apertura y confianza que ambos mostraron durante la cita, aunque no suficiente para generar una conexión romántica duradera.

La dinámica entre los dos estuvo marcada por la autocrítica y la inseguridad de Antonio, quien en varias ocasiones se rebajó frente a Isma: “Lo veo así, por eso empecé perdiendo el partido claramente”, comparando la cita con un juego que debía remontar.
La presentadora del programa y el comentario del narrador destacaron la falta de autoestima del hombre y la importancia de proyectarse con confianza: “Antonio, tienes que creértelo un poquito más.
No te puedes poner por debajo de ninguna persona”, enfatizando que, aunque divertido y positivo, la falta de seguridad limitaba su atractivo.
Durante la cita, surgieron coincidencias y desacuerdos. Ambos disfrutan del deporte, pero discrepan en otros gustos, como la apreciación por las puestas de sol. Antonio confiesa: “No soy de puestas de sol”, mientras que Isma lo considera un detalle normal y apreciable.
Estas diferencias, aunque menores, reflejan que la compatibilidad no siempre se basa en coincidencias totales, sino en la percepción de interés y química entre los participantes.
La conversación también abordó el historial sentimental de ambos. Antonio nunca se ha casado ni ha tenido hijos, mientras que Isma está divorciada y ha tenido experiencias previas de pareja:
“Me casé con el padre de mi hija y me separé, me casé con una segunda persona y llevo desde 2010 sola”, explicó, lo que evidenció la disparidad en experiencias de vida y expectativas.
La cita mostró cómo estas diferencias de pasado y aspiraciones personales influyen en la percepción mutua y en la posibilidad de continuidad en la relación.
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El cierre de la cita estuvo marcado por la falta de química física y la decisión de Isma de no continuar con un segundo encuentro.
Aunque Antonio intentó acercarse y generar intimidad, incluso proponiendo un beso: “Bésame como si hoy fuese el fin del mundo”, la mujer se mostró prudente y respondió con un simple pico, evitando avanzar más allá.
Este gesto simbolizó la decisión de no comprometerse más allá de la interacción presente, reflejando la importancia de la atracción física y la percepción personal en las primeras citas.
Finalmente, la cita concluyó con un reconocimiento a la honestidad y la diversión del encuentro, aunque sin posibilidad de romance futuro. Antonio se mostró respetuoso y comprensivo con la decisión de Isma:
“Que te vaya muy bien la vida, seguro que te lo mereces”, aceptando que no todas las conexiones pueden convertirse en relaciones duraderas.
Este episodio de *First Dates* subrayó que, más allá de la sinceridad, el carisma y el sentido del humor, la química y la compatibilidad siguen siendo factores determinantes para que un encuentro evolucione hacia una relación.
En resumen, la cita entre Antonio e Isma fue una experiencia marcada por la honestidad, los contrastes de personalidad y la falta de conexión física suficiente para un segundo encuentro.
Ambos mostraron apertura, diversión y diálogo sincero, pero la diferencia en intereses, experiencias y percepción estética determinó que la cita finalizara de manera amistosa, reflejando las complejidades y desafíos de buscar pareja en un contexto mediático y televisivo donde la sinceridad y la química deben coexistir para que surja una relación efectiva.