Arturo Pérez-Reverte ha acusado al Gobierno de Pedro Sánchez de intentar influir en la Real Academia Española (RAE) a través del Instituto Cervantes, denunciando una grave injerencia política en la cultura.

En un giro inesperado que ha sacudido el panorama cultural español, el reconocido escritor y académico de la Real Academia Española, Arturo Pérez-Reverte, ha hecho sonar la alarma sobre las intenciones del Gobierno de Pedro Sánchez de influir en la Real Academia Española (RAE).

Su mensaje, directo y sin tapujos, ha captado la atención de medios y redes sociales, generando un debate candente sobre la independencia cultural en España.

“Quieren meter mano”, ha declarado Pérez-Reverte en su cuenta de X, refiriéndose a lo que considera una injerencia del Ejecutivo en la RAE a través del Instituto Cervantes.

Esta denuncia llega en un momento crítico, tras revelaciones sobre las maniobras del Ministerio de Asuntos Exteriores para ejercer control sobre la política lingüística exterior del país.

El autor de obras emblemáticas como *El club Dumas* no ha escatimado en críticas hacia el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, a quien señala como el principal responsable de una estrategia que busca “apropiarse del único vínculo de prestigio que le queda a España: la lengua”.

La situación se torna aún más grave cuando Pérez-Reverte destaca la “incompetencia” de los sucesivos ministros de Exteriores, poniendo especial énfasis en la gestión actual, que ha llevado a España a perder peso diplomático en América Latina.

“Ahora buscan contaminar también la Academia, como han hecho con todas las instituciones”, advierte el escritor, evidenciando su preocupación por la creciente politización de la cultura en el país.

El director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, también ha sido objeto de críticas feroces por parte de Pérez-Reverte. El autor lo califica de “mediocre y paniaguado”, sugiriendo que actúa como un emisario político del Gobierno dentro del ámbito cultural.

“Se abren paso a codazos para salir en la foto y, si se les permite, acabarán controlando la Academia”, sentencia, dejando claro que la independencia de la RAE está en peligro.

Las palabras de Pérez-Reverte han resonado en el ámbito público, donde muchos coinciden con su diagnóstico sobre la injerencia política en la cultura española.

La tensión entre la RAE y el Instituto Cervantes se ha intensificado, especialmente por los intentos del Ministerio de Exteriores de intervenir en la gestión de la Academia.

Fuentes cercanas al ámbito académico advierten que “pretenden usar la lengua como instrumento de propaganda”, lo que pone de manifiesto una realidad inquietante: la deriva autoritaria del Gobierno también se extiende a la cultura y al idioma.

El impacto de estas declaraciones ha sido inmediato. Las redes sociales se han llenado de reacciones, donde la comunidad académica y cultural ha expresado su apoyo a Pérez-Reverte.

“Es una siniestra mezcla de egos revueltos y mala fe”, ha afirmado el escritor, alertando sobre las consecuencias que podría tener esta situación si no se frena.

Si el Gobierno de Sánchez y Albares continúa con su agenda, la RAE podría dejar de ser una institución de todos para convertirse en una herramienta más del engranaje político del sanchismo.

La preocupación por la cultura y la lengua en España no es un tema nuevo, pero las palabras de Pérez-Reverte han puesto de relieve una problemática que muchos consideran alarmante.

La RAE, tradicionalmente vista como un bastión de la lengua española, se encuentra ahora en el centro de una batalla política que podría redefinir su papel en la sociedad.

La independencia de la Academia es crucial para garantizar que la lengua española se mantenga como un patrimonio cultural y no como un instrumento de poder.

En un contexto donde la política y la cultura parecen entrelazarse de manera peligrosa, la voz de Pérez-Reverte se erige como un llamado de atención. Su denuncia no solo resuena en el ámbito literario, sino que también invita a la reflexión sobre el futuro de la cultura en España.

¿Qué pasará si las instituciones culturales caen bajo el control del poder político? La respuesta a esta pregunta es vital para todos aquellos que valoran la riqueza y la diversidad de la lengua española.

El debate sobre la influencia del Gobierno en la RAE no es solo un asunto de política cultural; es una cuestión que toca el corazón de la identidad nacional.

La lengua es un reflejo de la cultura y la historia de un país, y permitir que se convierta en un instrumento de propaganda sería un grave error.

Pérez-Reverte, con su estilo incisivo y directo, ha logrado poner este tema en la agenda pública, generando un diálogo necesario sobre la autonomía de las instituciones culturales.

En conclusión, la intervención de Pérez-Reverte en este debate es más que un simple reproche; es una defensa apasionada de la cultura española y de la necesidad de preservar la independencia de la RAE.

A medida que el Gobierno de Pedro Sánchez continúa sus esfuerzos por influir en la política cultural, la voz de escritores y académicos se vuelve cada vez más crucial.

La lucha por la autonomía de la lengua y la cultura es una batalla que no solo involucra a la RAE, sino a toda la sociedad española.

¿Estamos dispuestos a dejar que la cultura sea secuestrada por intereses políticos? La respuesta a esta pregunta podría definir el futuro de la lengua y la identidad cultural de España.