La gala, que se selló con una nueva expulsión, dejó una noria infernal de récord con 20 minutos a máxima potencia en un durísimo duelo.

La noche del jueves en Supervivientes All Stars se convirtió en un auténtico campo de batalla emocional y físico, donde los concursantes se enfrentaron a pruebas extremas que pusieron a prueba su resistencia, su ingenio y su capacidad de convivir bajo presión.
La gala comenzó en la Palapa, con Iván González, Miri Pérez-Cabrero y Adara Molinero pendientes de los votos del público, conscientes de que uno de ellos tendría que abandonar Honduras.
Los porcentajes iniciales, 42,3% para Iván, 40,3% para Miri y 17,4% para Adara, anticipaban una noche tensa y emocionante.
“Va a ser muy difícil”, confesaban los tres, conscientes de que aún tenían fuerzas y ganas de seguir luchando por permanecer en la competición.
El conflicto entre los concursantes estaba lejos de resolverse, y las tensiones personales se dejaron notar de inmediato.
Tony estalló contra Iván por defender a Miri en el Triángulo de Fuego días atrás, mientras que otros enfrentamientos involucraban a Gloria Camila y a Adara Molinero, mostrando que la convivencia en la isla es cada vez más complicada.
Sin embargo, también hubo espacio para momentos de complicidad, como el encuentro entre Adara y Miri, que bajaron las armas por un instante y compartieron un gesto de humor que rápidamente se viralizó en redes sociales.
“Hoy me caes bien, ¿qué pasa?”, dijo Adara mientras ponía su mano en la frente de Miri, generando un respiro en medio de tanta tensión.

El plato fuerte de la gala fue el juego de recompensa individual, El columpio de Fedra, donde los concursantes colgados de un columpio debían responder preguntas de cultura general mientras arriesgaban su equilibrio y resistencia física.
Cada error cortaba una cuerda que los sostenía, y cada acierto permitía cortar una cuerda a un compañero.
La mecánica desató un caos divertido y lleno de momentos surrealistas, con respuestas tan absurdas como que Zeus era el dios egipcio del Sol o que Guttenberg inventó la luz.
Entre risas y gritos, Carlos Alba se llevó la recompensa, disfrutando de un merecido sushi y un masaje, mientras los demás se resignaban a la locura del juego y la presión psicológica que suponía perder cuerdas cada vez que fallaban.
Pero sin duda, el momento más extremo de la noche llegó con la Noria Infernal, donde Miri y Torres se batieron en un duelo épico por el collar de líder.
Los 20 minutos de esfuerzo al límite pusieron a prueba su resistencia física y mental, con Torres llegando a vomitar y Miri llorando de agotamiento.
A pesar del sufrimiento, ambos se animaban mutuamente: “Gracias, me has llevado al límite físico y mental; hacia 7 minutos que no podía, pero verte ahí me daba fuerza”, confesó Torres, evidenciando la mezcla de camaradería y rivalidad que caracteriza a Supervivientes All Stars.
Este duelo extremo no solo marcó la noche, sino que dejó a los espectadores al borde del asiento, ansiosos por ver quién se consagraría como líder de la semana.

En medio de estos desafíos, la expulsión de Noel Bayarri, el sexto eliminado de esta edición, añadió dramatismo a la gala.
Visiblemente afectado por el cansancio y la tensión de la aventura, Noel se despidió entre lágrimas y abrazos, reconociendo que la audiencia había decidido su destino.
“Me da pena que estés aquí, deberías estar allí, de verdad”, le dijo el presentador Jorge Javier Vázquez, mientras Noel agradecía el apoyo de sus compañeros y cerraba un capítulo importante en su trayectoria en la isla.
El ritmo vertiginoso de la gala no dejó respiro: además de la expulsión de Adara, que fue la primera salvada de la noche, Jorge Javier Vázquez anunció una nueva expulsión sorpresa para el domingo, acelerando el final de esta edición y aumentando la presión sobre los supervivientes.
La combinación de tormentas, cansancio extremo y la exigencia de las pruebas ha multiplicado la dificultad de la aventura, haciendo que cada decisión, cada voto y cada juego tenga un impacto decisivo en la supervivencia de los concursantes.

Finalmente, la votación del público determinó que Iván González quedara en la cuerda floja junto a Miri, mientras Adara celebraba su salvación con un grito de alegría.
Los porcentajes definitivos, 66,9% frente a 33,1%, dejaron a Iván como el más vulnerable, mientras Miri respiraba aliviada por continuar en la competición.
Las emociones se mezclaban con el barro, el cansancio y la adrenalina de una gala que será recordada como una de las más intensas de esta edición de Supervivientes All Stars.
En conclusión, la gala de ayer no solo puso a prueba la resistencia física de los concursantes, sino también su capacidad de manejar las tensiones emocionales y sociales que surgen en un entorno tan extremo.
Entre duelos de liderazgo, pruebas de cultura general al borde del colapso y expulsiones dramáticas, Supervivientes All Stars sigue demostrando por qué se mantiene como uno de los reality shows más seguidos y comentados de España.
La lucha por la permanencia en Honduras continúa, y cada paso de los supervivientes se convierte en un espectáculo lleno de emoción, estrategia y drama humano que mantiene a la audiencia pegada a la pantalla.