Ambos se dejaron ver compartiendo una cena y un espectáculo de flamenco en Madrid. La revista ‘Lecturas’ narró el encuentro y dio más detalles de lo que ocurrió

El final del año podría traer una sorpresa sentimental que nadie esperaba: Blanca Romero y Quique Sánchez Flores han sido vistos disfrutando de una velada íntima en Madrid que ha desatado una oleada de rumores.
La modelo y actriz, de 49 años, y el exfutbolista y entrenador, de 60, fueron fotografiados compartiendo una noche que comenzó con una cena en pleno centro de la capital y terminó con un espectáculo de flamenco, envueltos en complicidad, risas y conversaciones que parecían no tener prisa en terminar.
Un encuentro que, según quienes estuvieron presentes, tuvo todos los ingredientes de una cita romántica.
La pareja fue vista primero en el restaurante Chez Madrid, uno de los puntos gastronómicos más populares del centro de la ciudad. Allí cenaron relajadamente, sentados frente a frente, conversando con gestos de cercanía que no pasaron desapercibidos.
Tras la cena, decidieron caminar juntos hacia su siguiente destino, como si el frío de diciembre no fuera excusa suficiente para tomar un coche.
Iban riendo, charlando de manera distendida y sin intención alguna de ocultarse. Ese paseo, sencillo y natural, despertó todavía más curiosidad entre quienes los reconocieron.

El destino final fue un tablao flamenco, donde se acomodaron para disfrutar del espectáculo. Según quienes coincidieron con ellos, se les vio completamente entregados al ambiente, disfrutando del arte, comentando entre susurros y demostrando una química evidente.
Para añadir más interés a la noche, coincidieron allí con Canales Rivera, primo de Cayetano Rivera, quien fue marido de Blanca Romero durante años.
El encuentro no pareció incomodar a ninguno, y la velada se desarrolló con normalidad, aunque dejando un rastro de interrogantes difícil de ignorar.
Días antes, la actriz había sido preguntada si estaba ilusionada con la posibilidad de volver a enamorarse, a lo que respondió con humor: “No lo sé, lo pediré para Navidad, a ver si hay suerte”.
Una frase que ahora muchos interpretan como una pista anticipada de que quizás ya había alguien especial rondando su vida.
Además, Blanca había comentado que se preparaba para volver a Asturias por Navidad, afirmando con emoción que iba a despedirse de Madrid “a lo grande, con una noche flamenca”. Y vaya si lo hizo.

Blanca Romero vive un momento profesional intenso con su participación en Bailando con las estrellas, lo que la ha devuelto al foco mediático con fuerza.
Aunque siempre se ha mostrado reservada en lo que respecta a su vida personal, también ha dejado caer reflexiones sobre el tipo de relación que le gustaría tener en esta etapa de su vida.
Hace poco compartió una frase que ahora ha cobrado un significado completamente distinto tras conocerse su encuentro con Quique Sánchez Flores: “La vida cambia cuando la compartes con alguien que te impulsa hacia tus valores, no hacia tus inseguridades”.
Esa reflexión, que resonó en redes, despertó la pregunta inevitable: ¿se refería a él? Ninguno de los dos ha confirmado nada, pero la casualidad —o no tan casualidad— ha hecho que esa publicación ahora se relacione directamente con el entrenador, hijo de Carmen Flores y parte del conocido clan de los Flores, familia siempre ligada al arte, a la música y a la intensidad emocional.
En una entrevista anterior, Blanca confesó que hasta ahora no había encontrado “a la persona a mi medida” y que realmente no tenía prisa por enamorarse, especialmente porque aún está centrada en su hijo pequeño, Martín.
Reconoció que se considera “alma libre” y que suele funcionar mejor sola. Sin embargo, también admitió que lo único imprescindible para conquistarla es algo muy simple: “Que me haga reír. Con eso me vale”.
Y si algo caracteriza a Quique Sánchez Flores es su sentido del humor, a menudo irónico y muy afilado, algo que quienes lo conocen bien destacan como una de sus señas más distintivas.
En cuanto al entrenador, actualmente se encuentra soltero y sin compromisos públicos, lo que no ha hecho más que alimentar la idea de que podría estar abriendo un nuevo capítulo personal.
A sus 60 años, mantiene un perfil reservado, pero siempre ha sido conocido por su presencia elegante, su carisma natural y su capacidad para conectar con la gente de manera sincera.
Un conjunto que, unido a la cercanía mostrada con Blanca en esta salida nocturna, ha hecho que muchos den por hecho que entre ellos podría estar surgiendo algo más que una amistad.
Mientras tanto, ambos continúan con sus respectivas agendas. Blanca se prepara para volver a su tierra y disfrutar de las fiestas, mientras Quique sigue centrado en su trayectoria profesional.
Pero lo cierto es que todas las miradas ahora están puestas en lo que pueda venir después de esta velada tan reveladora. ¿Fue solo una cena entre amigos? ¿O estamos ante el comienzo de una historia inesperada?
Por ahora, lo único claro es que la noche madrileña fue mucho más que un simple plan espontáneo. Fue una cita que ha dejado tras de sí una estela de complicidad, gestos, sonrisas y rumores que hoy mantienen a la prensa y a los seguidores de ambos al borde de la curiosidad.
Y como siempre ocurre en estos casos, el tiempo será el encargado de revelarlo. Pero si algo parece evidente es que la química entre ellos existe… y que la Navidad podría traer algo más que luces y villancicos.