La confrontación se centró en la financiación de las universidades públicas, la inversión en educación, cultura y deporte, y la gestión de recursos y transparencia del gobierno regional.

El jueves 23 de octubre de 2025, la Asamblea de Madrid fue escenario de una de las jornadas más tensas de la legislatura.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, regresó de su viaje oficial a Austin, Texas, coincidiendo con su 47 cumpleaños, y se encontró con un pleno cargado de reproches, acusaciones y broncas parlamentarias.
Lo que parecía un debate rutinario sobre presupuestos y educación se transformó en un auténtico espectáculo político,
donde los insultos y el enfrentamiento directo con Más Madrid llevaron a Ayuso a solicitar la suspensión del pleno ante lo que calificó como “falta de respeto institucional”.
La diputada de Más Madrid, Bergero Tuncal, inició la ofensiva cuestionando la financiación de las universidades públicas madrileñas.
Denunció que los presupuestos regionales ponían en riesgo instituciones históricas como la Complutense y alertó que
“miles de familias madrileñas podrían verse obligadas a recurrir a universidades privadas porque la pública no tiene recursos suficientes para garantizar la educación superior de calidad”.
Según Tuncal, la intención del gobierno regional era transformar la educación pública en un privilegio exclusivo para quienes pueden pagarlo, siguiendo un “manual trumpista de asfixia financiera y represión”.
Ayuso no tardó en replicar con firmeza. Defendió que la inversión en universidades públicas se había incrementado un 17,8% y destacó los nuevos sistemas de financiación que garantizan recursos por objetivos y proyectos específicos:
“Estamos trabajando para multiplicar la financiación de todas las universidades sin reducir recursos, con libertad y autonomía para resolver problemas concretos”.
La presidenta acusó a Más Madrid de difundir cifras falsas y criticó la incapacidad de la oposición para reconocer los avances y la inversión extranjera que Madrid ha recibido, incluyendo el 85% de la inversión extranjera en alta tecnología en España durante el último año.

El debate se extendió más allá de la educación. Diputados del Partido Popular señalaron la falta de apoyo del Gobierno central a la organización de eventos deportivos y culturales en Madrid.
Mientras Cataluña recibió más de 124 millones de euros en subvenciones entre 2016 y 2023, Madrid organizó eventos internacionales como la Fórmula 1, Premier Padel o campeonatos mundiales de atletismo y escalada con un respaldo mínimo del Ministerio, denunció la oposición.
El pleno se convirtió rápidamente en un intercambio acalorado. Ayuso denunció lo que consideró un “doble rasero” y la falta de respeto de la oposición por las instituciones:
“No pueden gobernar Madrid siendo incapaces de reconocer la gestión eficiente y pretendiendo hacer política desde la mentira y la hipocresía”, advirtió, en referencia a la oposición y al gobierno central.
Los diputados de Más Madrid insistieron en que la política educativa de la Comunidad estaba encaminada a una “privatización encubierta”, señalando que las universidades públicas podrían convertirse en meras plataformas para la inversión privada y los intereses comerciales.
Tuncal enfatizó que “la universidad pública es patrimonio de todos los ciudadanos y no puede ser sacrificada por intereses privados ni por estrategias de marketing político”.

La sesión también abordó indirectamente temas sanitarios y de transparencia. Se criticó la supuesta falta de coordinación con el Ministerio de Sanidad y la gestión de fondos, reforzando la narrativa de que la Comunidad de Madrid opera sola ante la falta de apoyo central.
En paralelo, se cuestionaron viajes institucionales y la gestión de recursos públicos, incluyendo la inversión en eventos deportivos internacionales y la atracción de capital extranjero.
Uno de los momentos más tensos se produjo cuando Ayuso recibió un ataque directo de los diputados de Más Madrid por sus viajes y sus decisiones sobre inversión educativa y cultural.
El intercambio verbal escaló hasta el punto de que la presidenta pidió suspender el pleno, ante lo que consideró “insultos y boicot sistemático” por parte de la oposición, generando un episodio insólito que marcó la jornada.
Durante el pleno también se discutieron temas de memoria histórica. La oposición respaldaba la colocación de una placa en la Real Casa de Correos, sede de la Comunidad, como reconocimiento a las víctimas del franquismo.
Ayuso rechazó la propuesta y propuso alternativas irónicas dirigidas a la Moncloa y a Ferraz: “Aquí escondían al hermano de Sánchez” y “Aceptamos pago en metálico”, en referencia a casos judiciales abiertos que involucran al presidente del Gobierno.
Este cruce evidencia cómo los debates en Madrid combinan política, memoria histórica y polémica mediática en un mismo escenario.
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El pleno del 23 de octubre también abordó la gestión de la inversión pública y la transparencia, con alusiones al fiscal general y a la administración de recursos en proyectos estratégicos.
Ayuso defendió la gestión de su gobierno, asegurando que los recursos destinados a educación, cultura y eventos internacionales se han
incrementado de manera sustancial, mientras que la oposición insistió en que las políticas del gobierno regional favorecen intereses privados y buscan desviar la atención de problemas estructurales.
Al cierre de la jornada, quedó patente la polarización política en Madrid: por un lado, Ayuso defendió con firmeza su gestión, atacó lo que considera hipocresía e ineficiencia de la oposición y reafirmó su compromiso con la inversión y el desarrollo regional;
por otro, Más Madrid buscó evidenciar la supuesta asfixia financiera de la educación pública y la falta de apoyo estatal en cultura, deportes y transparencia, planteando un escenario de confrontación constante que mantiene a la Asamblea como un terreno de tensión permanente.
En definitiva, la sesión del 23 de octubre de 2025 en la Asamblea de Madrid será recordada por el cabreo insólito de Ayuso, la solicitud de
suspensión del pleno, la tensión educativa, las críticas por gestión de fondos y viajes internacionales, y la firmeza de una presidenta que no dudó en enfrentar a su oposición.
La jornada evidencia que en Madrid, la política no solo se debate, se vive con intensidad, confrontación y espectáculo constante, donde cada palabra y cada gesto cuentan para definir el rumbo de la Comunidad.