La veterana periodista Carmen Sastre ha denunciado públicamente la deriva partidista y la falta de independencia en RTVE, calificando a la cadena como “TeleMoncloa”.

Carmen Sastre, una de las periodistas más respetadas y veteranas de Televisión Española, ha alzado la voz en medio de una tormenta mediática que sacude los cimientos de la cadena pública.
Con casi cinco décadas de trayectoria, su reciente intervención ha puesto de relieve una preocupación que resuena entre muchos profesionales del medio: la deriva partidista y la manipulación informativa en RTVE.
Su mensaje, cargado de indignación y desasosiego, ha captado la atención de la opinión pública y ha generado un debate candente sobre el futuro del servicio público en España.
“Después de casi 50 años trabajando en RTVE y recientemente jubilada, siento bochorno ante lo que se está convirtiendo”, declaró Sastre en un mensaje que ha resonado en las redes sociales.
Estas palabras no son solo un lamento personal; son un grito de alarma que refleja el sentir de muchos que han visto cómo la televisión pública ha pasado de ser un bastión de la información objetiva a convertirse en un altavoz de intereses políticos.
La periodista, conocida por su compromiso con el periodismo riguroso, ha criticado abiertamente la transformación de RTVE en lo que ella misma ha llamado “TeleMoncloa”, un término que encapsula su percepción de que la cadena ha perdido su independencia y neutralidad.

La controversia se desató tras las declaraciones del presentador Javier Ruiz en el programa “Directo al grano”, donde afirmó que su labor “incomoda a los que buscan que la gente desconecte” y que “les molesta la información y los datos”.
Estas afirmaciones fueron interpretadas por muchos como un intento de desviar la atención de la crítica hacia la programación de RTVE, que, según Sastre y otros profesionales, ha dejado de lado el rigor periodístico en favor de la propaganda política.
“Siento una vergüenza profunda al ver en lo que se ha convertido la TV en la que he trabajado casi 50 años”, añadió Sastre, subrayando la gravedad de la situación.
Las palabras de Sastre han resonado en un contexto donde el descontento es palpable. Muchos trabajadores de RTVE han expresado su frustración ante lo que consideran una manipulación ideológica dentro de la corporación.
La plataforma TVE Libre, formada por empleados que denuncian esta situación, ha manifestado su apoyo a Sastre, afirmando que la cadena ha sido tomada por intereses políticos que priorizan la polarización y el conflicto sobre la información veraz.
“La TV de todos al servicio electoral del sanchismo, la polarización y el guerracivilismo”, denunciaron en un mensaje reciente, reflejando el hartazgo de quienes creen que RTVE debería ser un espacio de diálogo y verdad.

La crisis de credibilidad que atraviesa RTVE bajo el gobierno de Pedro Sánchez es evidente. La falta de independencia informativa ha llevado a muchos a cuestionar la integridad de los contenidos que se emiten.
Los informativos y programas de actualidad, que alguna vez fueron un referente de la objetividad, ahora son vistos por muchos como un eco de la agenda política del momento.
Esta transformación no solo afecthttps://youtu.be/ZokrIuARsl8a a la percepción pública de RTVE, sino que también pone en entredicho la esencia misma del servicio público.
El impacto de las declaraciones de Sastre ha sido inmediato. En las redes sociales, su mensaje ha encontrado eco entre aquellos que comparten su preocupación por el futuro del periodismo en España.
La indignación se ha extendido más allá de los muros de RTVE, generando un debate nacional sobre la necesidad de recuperar un periodismo independiente y al servicio de la ciudadanía.
“No entiendo ni el silencio ni el aplauso de quienes hasta ahora habían defendido que éramos un servicio público”, reflexionó Sastre, cuestionando la falta de respuesta de aquellos que deberían estar defendiendo la integridad de RTVE.
En este clima de incertidumbre, la figura de Carmen Sastre se erige como un símbolo de resistencia. Su trayectoria y su valentía al hablar han inspirado a muchos a alzar la voz contra la manipulación informativa.
La necesidad de un periodismo que informe con rigor y transparencia nunca ha sido tan urgente. La crisis de RTVE no es solo una cuestión interna; es un reflejo de la lucha más amplia por la verdad y la integridad en los medios de comunicación.
A medida que la situación se desarrolla, queda claro que la voz de la experiencia de Sastre es más relevante que nunca. Su mensaje ha encendido una chispa de esperanza entre aquellos que creen en un periodismo libre y responsable.
La pregunta ahora es: ¿podrá RTVE recuperar su esencia como servicio público, o seguirá siendo un instrumento al servicio de intereses políticos?
La respuesta dependerá de la capacidad de los profesionales del medio para unirse y defender los principios del periodismo que han sido su razón de ser durante décadas.
La historia de Carmen Sastre es un recordatorio de que la lucha por la verdad y la independencia informativa es un esfuerzo colectivo.
En un momento en que la desinformación y la manipulación son más comunes que nunca, es fundamental que los ciudadanos exijan una prensa que informe con rigor y honestidad.
La voz de Sastre, junto a la de muchos otros, puede ser el catalizador para un cambio necesario en RTVE y en el panorama mediático español en general.