En un episodio de First Dates, José María criticó abiertamente el físico de su cita María Eugenia, generando incomodidad y destacando un choque entre expectativas superficiales y sinceridad emocional.

En un nuevo episodio del popular programa de citas First Dates, una confrontación entre José María, un hombre divorciado y en busca de compañía, y su cita María Eugenia, una mujer viuda con tres hijos, ha generado un intenso debate sobre la conducta y las expectativas en el contexto de las citas televisadas.
El encuentro, que pretendía mostrar un acercamiento entre dos personas con intereses románticos, se vio marcado por críticas abiertas al físico de la mujer por parte del hombre, lo que provocó tanto incomodidad como reflexión entre los espectadores.
José María, taxista de Madrid, se presentó en el programa con un perfil de hombre que, según él, había vivido relaciones esporádicas tras 17 años de divorcio.
Durante la conversación inicial, expresó su deseo de encontrar mujeres “con patatas”, aclarando que prefería latinas y españolas, aunque mostraba una inclinación hacia aquellas que encajaran con estereotipos de atractivo físico y cariño.
“Me gustan mujeres de té morena, latinas que son muy cariñosas”, afirmó, dejando entrever que su principal interés radicaba en el aspecto físico y la apariencia externa de su acompañante, más que en la compatibilidad emocional o la construcción de una relación estable.
La cita se tornó particularmente incómoda cuando José María realizó un truco de números, aparentemente para entretener, pero que fue percibido por algunos como un intento de desviar la atención de la falta de conexión emocional.
Durante el truco, que involucraba la suma de varias cifras proporcionadas por María Eugenia, los resultados no fueron claros y generaron más confusión que admiración.
Esta situación resaltó la naturaleza contradictoria de la cita: mientras José María buscaba impresionar con habilidades y entretenimiento, su comportamiento hacia la persona con la que estaba saliendo reflejaba desinterés y críticas directas.
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María Eugenia, por su parte, mostró una actitud abierta y sincera. Viuda desde hace varios años, se trasladó de Bolivia a España con sus tres hijos pequeños tras la muerte prematura de su esposo.
“Quedé con los tres niños, pero los saqué adelante a todos. Me vine con la pequeña con 3 años y la otra con 16”, relató, demostrando fortaleza y determinación.
Además, expresó su deseo de encontrar una relación seria y estable, buscando no solo compañía sino también un vínculo afectivo profundo.
“A mí no me importa el físico de las personas, solamente veo su semblante y su alma y cómo se expresa”, señaló, reflejando una perspectiva que prioriza la conexión emocional por encima de la apariencia.
A pesar de la transparencia y la empatía de María Eugenia, José María no ocultó sus juicios sobre su aspecto físico.
Comentó que la mujer “no es muy agraciada, no es lo que esperaba, no me gusta nada”, mientras que el moderador del programa y analistas del episodio destacaron que la conducta del hombre era irrespetuosa y generaba una percepción de desigualdad en las expectativas de belleza.
El contraste entre los perfiles de ambos participantes quedó en evidencia: mientras la mujer ofrecía apertura y buena disposición para la interacción, el hombre centraba su atención en la estética, descartando aspectos emocionales fundamentales para una relación sólida.

La conversación incluyó además reflexiones sobre la diferencia de edad y la estabilidad económica.
María Eugenia compartió experiencias previas, como su matrimonio con un general de brigadas del aire, 22 años mayor que ella, mostrando que para ella la compatibilidad y la estabilidad emocional eran más importantes que la edad o la apariencia física.
Por otro lado, José María manifestó que prefería mujeres considerablemente más jóvenes, enfatizando nuevamente su foco en la atracción física y dejando claro que no buscaba un compromiso serio.
“Me pone una muñequita, si puede ser 20 años menor que yo y para mí perfecto”, afirmó, evidenciando la desconexión entre sus expectativas y la realidad emocional de su cita.
El episodio también abordó la dinámica de la interacción en la televisión, donde las expresiones de atracción y rechazo se amplifican por la presencia de cámaras y audiencia.
A pesar de que José María continuó realizando comentarios superficiales y piropos no correspondidos, María Eugenia mantuvo la compostura, reflejando respeto hacia él y hacia sí misma.
Al finalizar la cita, ambos participantes ofrecieron conclusiones claras: María Eugenia expresó su interés en continuar conociendo a José María, mientras que él rechazó la idea de una segunda cita, afirmando que “no eres la mujer que realmente esperaba”.

El desenlace de la cita evidencia una problemática recurrente en los programas de televisión centrados en el romance: la tensión entre la búsqueda genuina de conexión afectiva y las expectativas superficiales sobre la apariencia.
Los expertos en comportamiento y comunicación han señalado que episodios como este reflejan un patrón en el que los hombres pueden priorizar la atracción física sobre la compatibilidad emocional, mientras que las mujeres tienden a valorar la empatía, la estabilidad y la disposición a construir relaciones sólidas.
En conclusión, la cita de First Dates entre José María y María Eugenia se convirtió en un ejemplo de conflicto entre expectativas y realidad en las interacciones románticas.
La actitud de José María, centrada en el físico y la juventud, contrastó con la sinceridad, resiliencia y deseo de compromiso de María Eugenia, generando un episodio que no solo entretuvo, sino que también provocó reflexiones sobre respeto, igualdad y la importancia de mirar más allá de la apariencia en la búsqueda de pareja.
La experiencia deja claro que, aun en un entorno televisivo, la autenticidad y el respeto siguen siendo valores fundamentales para construir relaciones duraderas y significativas.
Palabras finales del moderador destacaron la necesidad de valorar la esencia y el carácter de las personas: “Lo principal es que te entre dentro del corazón”, concluyó, subrayando la importancia de la conexión emocional sobre cualquier otro criterio superficial.