Durante la última etapa de ‘Hasta el fin del mundo’, Cristina Cifuentes se ha remontado al momento en el que estuvo a punto de morir hasta en tres ocasiones

Durante la última etapa del programa de La 1, *Hasta el fin del mundo*, Cristina Cifuentes sorprendió al público y a sus compañeros al relatar una experiencia vital que marcó profundamente su vida.
La ex presidenta de la Comunidad de Madrid se remontó a los momentos en los que estuvo a punto de morir, compartiendo su perspectiva sobre la vida, la muerte y la superación de adversidades extremas.
Su relato se produjo en un contexto de tensión durante un accidente en carretera junto a Alba Carrillo, quien sufrió un ataque de nervios tras un volantazo del conductor para evitar un choque mayor.
Cifuentes, con la serenidad que la caracteriza, calmó a su compañera y ofreció un testimonio conmovedor sobre la fragilidad de la existencia:
“Yo ya no tengo miedo a ese tipo de cosas… cuando estuve enferma y pensé que me moría, yo pensaba ‘bueno, mis hijos ya están cada uno en su sitio y ya no les hago falta’”.
Alba Carrillo destacó la tranquilidad de Cifuentes en el momento del susto y comentó: “Qué susto, pensé que íbamos a volcar o algo.
Tú estás tan entera después del susto…”. La ex dirigente política continuó explicando que su experiencia con la muerte le otorgó una perspectiva diferente: “Yo estuve tan mal que yo ya estaba lista para morir, me dejé morir”.
Estas palabras evidenciaron no solo la aceptación de su destino en momentos críticos, sino también la resiliencia que la ha acompañado desde entonces.
Carrillo reconoció su propia vulnerabilidad ante el riesgo y la incertidumbre: “A mí me da muchísimo miedo que me pase algo, no quiero perderme nada de mi hijo… Lo paso muy mal”.
El origen de estas experiencias se remonta a un grave accidente de moto ocurrido en Madrid en 2013, cuando un coche arrolló a Cifuentes. Tras el impacto, fue trasladada al hospital, donde permaneció en coma durante tres semanas.
Durante ese periodo, la gravedad de su estado se reflejó en la advertencia médica de un posible fallo multiorgánico, que llevó a su familia a temer por su vida: “La primera fue en la ambulancia del SAMUR tras el accidente, la segunda en urgencias y la tercera en la UCI.
A mi familia le dijeron que a lo mejor no pasaba de esa noche porque tenía un fallo multiorgánico”, relató Cifuentes en entrevistas anteriores.
El accidente y su recuperación le proporcionaron a Cifuentes lecciones profundas sobre la importancia de las cosas esenciales en la vida y la necesidad de valorar cada momento.
En *MasterChef Celebrity*, ya había comentado: “Estuve a punto de morirme, tres veces… Eso me cambió la vida, porque aprendí que cosas importantes hay muy pocas”.
Su determinación durante la recuperación fue clave para acelerar el proceso, a pesar de las secuelas físicas: “Mi objetivo era poderme levantar para poder ver la plaza.
Yo dije, mira, aquí no me voy a morir, yo no me muero sola ni en la UCI. Si me muero, me muero en mi casa o en una habitación con mi familia. Esa determinación me ayudó muchísimo a salir de la UCI muchos días antes de lo que los médicos creían”.
En el contexto de *Hasta el fin del mundo*, Cifuentes ha mostrado cómo ha aprendido a convivir con sus limitaciones físicas.
Por prescripción médica, no puede cargar peso excesivo, por lo que durante la etapa del programa Alba Carrillo lleva la mochila con las pertenencias de ambas.
Este detalle, aunque menor en apariencia, refleja cómo la vida cotidiana de Cifuentes sigue marcada por las secuelas del accidente, a pesar de su recuperación exitosa.
La experiencia de enfrentarse a la muerte y superarla ha forjado un enfoque sereno ante situaciones de riesgo y adversidad.
La participación de Cifuentes en el programa no solo permite al público conocer su lado más humano, sino que también ofrece un ejemplo de resiliencia y fortaleza emocional.
La tranquilidad con la que enfrentó el accidente en carretera demuestra cómo su perspectiva ha cambiado: la muerte, antes temida, ahora se percibe como una etapa natural de la vida que no merma su capacidad de disfrutar el presente.
Además de la fortaleza emocional, Cifuentes ha mostrado su capacidad de apoyo y empatía hacia otros participantes.
En el momento del accidente, su intervención para calmar a Alba Carrillo no fue un gesto aislado, sino la manifestación de una actitud construida a partir de la experiencia de casi perder la vida.
Esto resalta la diferencia entre quienes enfrentan adversidades y quienes aprenden de ellas para actuar con serenidad en situaciones críticas.
El testimonio de Cristina Cifuentes en *Hasta el fin del mundo* trasciende la anécdota televisiva: pone de relieve cómo los episodios traumáticos pueden convertirse en lecciones de vida.
La conjugación entre la aceptación de la mortalidad, la gratitud por la familia y la determinación de vivir plenamente se convierte en un mensaje inspirador para la audiencia, que observa no solo a una figura pública sino a una persona que ha enfrentado los límites de la existencia con valentía y lucidez.
En conclusión, la intervención de Cifuentes en el programa de La 1 constituye un relato estremecedor sobre la vida, la muerte y la superación de la adversidad.
Desde el accidente de moto que la mantuvo en coma hasta su serenidad frente a peligros cotidianos, su experiencia refleja un aprendizaje profundo: valorar lo esencial, cuidar de los seres queridos y afrontar la vida con determinación y resiliencia.
Su participación en *Hasta el fin del mundo* permite a la audiencia conocer no solo a la ex presidenta, sino a una mujer que ha aprendido a vivir con intensidad y a enfrentar el miedo con una perspectiva transformadora.
