La cantante y el portero forman una de las parejas más consolidadas del fútbol y han sabido sobreponerse a la distancia durante casi una década

La historia de Edurne y David de Gea sigue sumando capítulos tan románticos como inesperados.

La cantante, convertida en una de las artistas más queridas de España desde que deslumbró al público en Operación Triunfo, y el portero, uno de los futbolistas más reconocidos de su generación, forman desde hace más de quince años una pareja sólida, discreta y, aun así, capaz de generar fascinación allá donde van.

Hoy su vida transcurre entre España e Italia, entre giras musicales y entrenamientos, entre cámaras y estadios, y sobre todo entre las risas de su hija Yanay, que se ha convertido en el corazón de esta historia de amor que todavía tiene muchos capítulos por escribirse.

Edurne saltó a la fama siendo casi una adolescente, con esa energía luminosa que la convirtió rápidamente en una de las favoritas del público.

Ocho discos después, programas de televisión, giras, espectáculos y un camino que la ha llevado desde Telecinco hasta consolidarse en Antena 3 como jueza de La Voz Kids, su carrera no ha dejado de evolucionar.

Su salida de Got Talent generó controversia, pero la artista se apresuró a aclarar que no se trataba de un movimiento estratégico, sino del cierre natural de una etapa.

Mientras tanto, en el terreno musical, continúa cumpliendo sueños: su primer disco navideño, Navidad junto a ti, acaba de ver la luz, un proyecto que define como uno de los más especiales de su carrera.

Pero no solo su faceta profesional ha acaparado titulares. Desde hace casi quince años, su relación con David de Gea ha sido objeto de atención constante, aunque ambos han sabido mantener un equilibrio entre privacidad y cercanía con sus seguidores.

La chispa entre ellos surgió en 2010, cuando coincidieron en un estudio de grabación para participar en un proyecto solidario.

Lo que empezó como una colaboración casual terminó convirtiéndose en una conexión inmediata que, según admiten quienes estaban allí, fue imposible pasar por alto.

Meses después, De Gea se trasladó a Inglaterra tras fichar por el Manchester United, dando comienzo a una década de amor a distancia que no hizo más que reforzar su vínculo.

Años después, con la relación más asentada que nunca, Edurne decidió dar el gran paso y trasladarse a Manchester.

Lo hizo con humor y determinación: “Si él no puede estar en España, pues me voy yo”, llegó a decir entre risas. Ese movimiento marcó un antes y un después, pues la pareja pudo, al fin, consolidar una vida cotidiana lejos de la pantalla y del ruido mediático.

En 2021 llegó al mundo la pequeña Yanay, una niña risueña que parece haber heredado el talento musical de su madre. Edurne ha contado en varias ocasiones que la maternidad la cambió profundamente, aunque reconoce que no siempre es sencilla.

“Es dura”, admite, pero también ha confesado que sueña con ampliar la familia. Quiere que su hija tenga un hermano o una hermana, aunque también es consciente de que su agenda profesional, más apretada que nunca, ha retrasado ese deseo.

“Nunca parece el momento, pero llegará”, dice con una sonrisa que deja más que claro que la idea sigue muy presente.

El 2023 trajo consigo otra sorpresa: la boda secreta de la pareja en Menorca tras doce años juntos.

En una ceremonia íntima celebrada en un enclave espectacular —una cantera al aire libre transformada en un escenario de roca, luz y naturaleza—, la pareja se dio el “sí, quiero” rodeada únicamente de los suyos.

La cantante lució un vestido impresionante diseñado por Elie Saab, mientras De Gea apostó por un elegante traje verde bosque. Fue un día mágico que ambos consiguieron mantener lejos de los focos hasta que decidieron compartirlo con sus seguidores.

La vida les volvió a cambiar meses después con el fichaje de De Gea por la Fiorentina. Después de un tiempo sin equipo, el portero volvió al primer plano futbolístico con su llegada al club italiano, un movimiento que Edurne celebró abiertamente.

Italia siempre ha sido un país muy especial para ella, y ahora forma parte de su rutina: vuelos constantes, trabajo en España, escapadas a Florencia y una relación que, una vez más, encuentra su equilibrio a pesar de la distancia.

“Nos vemos muchísimo”, asegura. “Son dos horas de avión, las agendas cuadran y todo funciona”.

La pareja vive esta etapa con la madurez de quienes han superado prácticamente todas las pruebas que una relación puede enfrentar.

Edurne continúa volcándose en su carrera y en su pasión por la música, al mismo tiempo que disfruta cada momento con su hija y apoya a su marido en su aventura italiana.

De Gea, por su parte, se muestra más familiar y sereno que nunca, algo que dejó claro en su último cumpleaños, cuando Edurne le dedicó un mensaje lleno de ternura: “Gracias por ser mi compañero de vida, de sueños y de aventuras con nuestra peque. Solo tú entiendes mis locuras”.

Entre viajes, escenarios, estadios y proyectos, Edurne y De Gea siguen escribiendo una historia que combina amor, admiración mutua y una sorprendente capacidad para adaptarse y crecer juntos.

Con Italia como nuevo telón de fondo, con Yanay como motor de sus sonrisas y con futuros planes de ampliar la familia flotando en el aire, todo apunta a que aún queda mucha historia por contar. Y, como siempre, la contarán a su manera: juntos, discretos y más fuertes que nunca.