Santiago Abascal arremetió con dureza contra el Gobierno y el PSOE, acusándolos de corrupción, opacidad y abandono de regiones como Extremadura.

En un clima de tensión política y escándalos, Santiago Abascal, líder de Vox, ha lanzado duras críticas hacia el gobierno español y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en medio de la campaña electoral en Extremadura.
Durante una reciente comparecencia ante los medios, Abascal no escatimó en palabras al calificar al actual gobierno como una “mafia corrupta” que ha debilitado a España y ha dejado a comunidades como Extremadura en la ruina.
“España está gobernada por una mafia corrupta, pero también debilitada y sometida.
Esta debilidad es aprovechada por separatistas y oportunistas”, afirmó Abascal, quien no dudó en señalar la falta de transparencia en las acciones del gobierno, citando una reunión secreta entre el Gobierno de España y Marruecos que ha suscitado inquietudes.
“No es de sentido común que Extremadura no tenga presupuestos y que su riqueza, basada en la agricultura y ganadería, esté en peligro por la burocracia y políticas impuestas desde Bruselas”, añadió.
El líder de Vox también lamentó la situación de la sanidad y los servicios sociales en la región, destacando que “las mujeres no están protegidas” y que “los jóvenes se ven obligados a emigrar”.
Con un tono optimista, prometió un cambio radical para los extremeños si su partido llega al poder, enfatizando la necesidad de una política que realmente defienda los intereses de la comunidad.
Sin embargo, la atención se desvió rápidamente hacia un nuevo escándalo que involucra al PSOE, específicamente el caso de Paco Salazar, quien está bajo investigación por cobros irregulares.
Abascal no escatimó en críticas hacia el partido gobernante, sugiriendo que su comportamiento es típico de una organización que actúa como una mafia.
“El PSOE se disfraza de feminista, pero su legado es un aumento en las violaciones y la inseguridad en las calles”, declaró, refiriéndose a las políticas del gobierno que, según él, han permitido que delincuentes salgan a la calle.

Las declaraciones de Abascal provocaron una rápida reacción de la portavoz del PSOE, quien lo acusó de machista tras sus comentarios sobre la incapacidad de la presidenta de la Junta de Extremadura, María Guardiola, para negociar.
“Es sorprendente que acusen de machismo a quien critica su ineptitud. Este es un recurso de quienes no pueden debatir de forma constructiva”, respondió Abascal, defendiendo su postura y asegurando que su crítica no tiene nada que ver con el género.
Sobre las acusaciones de que abandonará Extremadura después de las elecciones, Abascal reafirmó su compromiso con la región, enfatizando que su mensaje es consistente en toda España.
“Lo que digo aquí es lo mismo que diré en Madrid. No me voy a olvidar de Extremadura”, aseguró, desafiando a sus oponentes a hacer lo mismo.
En el ámbito nacional, Abascal no se detuvo en su crítica al PSOE, señalando que el partido ha desviado la atención de los problemas reales del país al generar polémicas como la salida de España del Festival de Eurovisión.
“Esto es solo un intento de ocultar la corrupción y los fracasos del gobierno. La gente está más preocupada por la inseguridad y la economía que por estas distracciones”, argumentó.

Además, se refirió a la estrategia del PSOE de demonizar a Vox como un recurso habitual en sus campañas.
“El PSOE siempre ha basado su campaña en la demonización de la derecha. Lo que vemos en Extremadura es un reflejo de eso, con el Partido Popular siguiendo el mismo camino”, afirmó, sugiriendo que ambos partidos son prácticamente indistinguibles en sus políticas.
Abascal también criticó la falta de acción del Partido Popular, señalando que han unificado su voto con el PSOE en varias ocasiones. “El PP no puede hablar de unificación de votos cuando se han aliado con el PSOE en Bruselas y en el reparto de instituciones.
Necesitan ser más claros”, expresó, sugiriendo que la verdadera oposición debería venir de un frente unido que incluya a Vox.
El clima político se intensifica a medida que la campaña avanza, y con cada declaración de Abascal, se hace evidente que las elecciones en Extremadura no solo son cruciales para la región, sino que también reflejan una lucha más amplia por el futuro de España.
Con el trasfondo de escándalos, acusaciones y promesas de cambio, la atención de los votantes está más que nunca centrada en las palabras y acciones de los líderes políticos.
La pregunta que queda es: ¿será suficiente el mensaje de Abascal para captar la atención de los extremeños y cambiar el rumbo de su comunidad?
