El ministro de Seguridad Nacional de Israel, Itamar Ben Gvir, ha rechazado las denuncias de tortura realizadas por Ada Colau y Hanan Alcalde, conocida como “Barbie Gaza”, tras su detención durante la flotilla Global Sumud.

El regreso de Ada Colau y Hanan Alcalde, conocida como Barbie Gaza, a España tras su participación en la Global Sumud Flotilla ha desatado una tormenta mediática.
Las acusaciones de maltratos y torturas que han lanzado al mundo han encontrado una respuesta contundente desde Jerusalén.
El ministro de Seguridad Nacional de Israel, Itamar Ben Gvir, no ha dudado en arremeter contra las denuncias, descalificando las quejas de las activistas y defendiendo la postura de su gobierno con una firmeza que ha dejado a muchos atónitos.
“Veo esta mañana las afirmaciones en los medios internacionales sobre las condiciones en las que fueron encarceladas Greta Thunberg y los ‘activistas de la flotilla’, y quiero dejar algo muy claro: estuve allí, en sus barcos.
No vi ayuda humanitaria ni buenas intenciones”, declaró Ben Gvir, dejando claro que su visión de los acontecimientos es radicalmente diferente a la de las denunciantes.
Para él, lo que encontró en esos barcos no era más que un “gran desorden de personas disfrazadas de activistas de derechos humanos, pero que en realidad vinieron a apoyar el terrorismo y a celebrarlo a nuestra costa”.

Las palabras del ministro han resonado en las redes sociales, donde las quejas de Colau y Barbie Gaza han sido objeto de burla y desdén.
La idea de que un vaso de agua del grifo o el frío del aire acondicionado puedan ser considerados torturas ha sido ridiculizada, y la respuesta de Ben Gvir parece haber avivado aún más la llama de la controversia.
“Visité la prisión y me sentí orgulloso de que tratemos a los ‘activistas de la flotilla’ como lo que son: simpatizantes del terrorismo”, afirmó con determinación.
La defensa del trato que Israel ha proporcionado a Colau y sus compañeros de viaje es inquebrantable. Ben Gvir no se detuvo en su ataque verbal, afirmando que “quien apoya al terrorismo es un terrorista, y merece las condiciones de un terrorista”.
Con esta declaración, ha dejado claro que no habrá concesiones para aquellos que intentan utilizar causas humanitarias como una fachada para atacar al Estado judío.
Es un mensaje directo y sin ambigüedades: Israel no cederá ni un milímetro ante quienes buscan deslegitimar su existencia.
El tono de Ben Gvir es claro y contundente.
“Si alguno de ellos pensó que llegaría aquí y recibiría una alfombra roja y trompetas, se equivocó”, sentenció, dejando entrever que el gobierno israelí está dispuesto a mantener una postura firme frente a lo que considera provocaciones.
Con esta afirmación, el ministro ha puesto en evidencia lo que él considera el ridículo de quienes se presentan como mártires de una tortura que, según él, no ha existido.
El eco de estas declaraciones ha llegado a los principales líderes políticos en España, quienes han reaccionado de diversas maneras. Desde Isabel Díaz Ayuso hasta Pedro Sánchez, todos han expresado sus opiniones sobre este enfrentamiento diplomático.
La polarización del debate se intensifica, y las palabras de Ben Gvir han añadido leña al fuego de un conflicto que parece no tener fin.
La política española se encuentra en un momento tenso, donde las posturas sobre Israel y Palestina son un tema candente que divide a la opinión pública.
El ministro de Seguridad Nacional no se ha limitado a defender su postura, sino que también ha lanzado un aviso directo a Colau, Barbie Gaza y a todos aquellos que se planteen nuevas provocaciones contra Israel:
“Es importante que sientan bien las condiciones en la prisión y que lo piensen dos veces antes de acercarse nuevamente a Israel. Así es como funciona”.
Este mensaje ha sido interpretado como una advertencia clara de que Israel está preparado para responder de manera contundente a cualquier intento de socavar su legitimidad.

Las redes sociales han estallado en reacciones, con usuarios que apoyan a Ben Gvir y otros que defienden a las activistas. El debate se ha vuelto viral, y la controversia parece estar lejos de resolverse.
La figura de Ben Gvir, conocida por su postura dura y su retórica incendiaria, ha cobrado protagonismo en este episodio, convirtiéndose en un símbolo de la resistencia israelí ante lo que consideran ataques infundados.
Mientras tanto, Ada Colau y Barbie Gaza continúan su lucha por visibilizar lo que ellas llaman injusticias y violaciones de derechos humanos. Sin embargo, la respuesta de Ben Gvir ha desafiado su narrativa, y la percepción pública sobre su situación parece estar cambiando.
La pregunta que queda en el aire es: ¿quién tiene razón en este debate polarizado? Las opiniones están divididas, y la verdad parece ser un terreno pantanoso en medio de un conflicto que ha durado décadas.
En conclusión, el enfrentamiento entre el ministro de Seguridad Nacional de Israel y las activistas españolas ha destapado un conflicto más amplio que va más allá de las acusaciones de tortura.
Se trata de una lucha por la narrativa, donde cada parte intenta imponer su visión de la realidad.
A medida que el debate continúa, es evidente que las tensiones entre Israel y sus críticos no solo persisten, sino que se intensifican. La historia está lejos de concluir, y el eco de estas palabras resonará en el ámbito internacional por mucho tiempo.
