José Ismael, el periodista brutalmente agredido en Pamplona por un grupo abertzale mientras cubría una manifestación, ha regresado al programa semanas después del ataque.
En un contexto mediático cada vez más tenso, el periodista José Ismael ha hecho su regreso al programa “Horizonte” tras haber sido brutalmente agredido en Pamplona.
Su presencia en el plató no solo ha marcado un hito en su recuperación física, sino que ha desatado una nueva ola de controversia alrededor de sus vivencias y el entorno político que lo rodea.
Ismael, visiblemente afectado pero decidido a hablar, ha compartido su experiencia y sus preocupaciones sobre el mensaje que ha lanzado
Pablo Iglesias, exvicepresidente del Gobierno, quien, según el periodista, ha llevado a cabo un “señalamiento público” que podría tener graves repercusiones.
“Me estoy recuperando de mis heridas, pero no dejo de salir de mi asombro”, ha afirmado Ismael, quien ha explicado que lo que más le inquieta no es solo el ataque físico que sufrió, sino las insinuaciones de Iglesias que, a su juicio, buscan deslegitimar su labor como periodista.
En un momento de la entrevista, Ismael no dudó en calificar las palabras de Iglesias como una “justificación velada” de la agresión que sufrió, afirmando que “prácticamente justifica la agresión”.
La controversia comenzó cuando el periodista, tras realizar un reportaje sobre un curso promovido por Iglesias, fue acusado por este de “infiltración” y de representar lo “podrido” del periodismo. “Lo que he vivido no es un hecho aislado.
Es parte de una estrategia que Iglesias ha utilizado durante años para silenciar voces críticas”, ha señalado Ismael, recordando que semanas después de esa acusación, sufrió la agresión en Pamplona.
Jorge Calabrés, subdirector de “El Español” y compañero de Ismael, ha expresado su preocupación por la gravedad de las afirmaciones de
Iglesias, subrayando el impacto que puede tener un mensaje de tal naturaleza proveniente de alguien que ha ocupado el cargo de vicepresidente del Gobierno.
“Estamos estudiando acciones legales. Lo que ha dicho es gravísimo”, ha declarado Calabrés, quien también ha criticado el silencio de ciertos medios afines al Gobierno que no condenaron la agresión, lo que considera un hecho inquietante para la libertad de prensa en España.
El contexto político actual, en el que se encuentran figuras como Isabel Díaz Ayuso, Santiago Abascal y Pedro Sánchez, entre otros, añade una capa de complejidad a la situación.
El clima de polarización y la creciente hostilidad hacia los periodistas críticos son evidentes. Ismael ha indicado que el señalamiento de Iglesias no solo afecta a su persona, sino que contribuye a crear un ambiente donde la violencia contra los periodistas se normaliza.
“Es alarmante que alguien con tanta influencia no solo no condene la agresión, sino que la justifique”, ha reiterado Ismael, enfatizando la necesidad de que los líderes políticos asuman su responsabilidad en el discurso público.
La preocupación por el bienestar de la prensa y la libertad de expresión se han vuelto temas centrales en el debate político español, especialmente en un momento en que la violencia contra periodistas se ha incrementado.
El periodista ha hecho un llamado a la reflexión, instando a la sociedad y a los responsables políticos a considerar las consecuencias de sus palabras. “La agresión que sufrí no es un hecho aislado.
Es un síntoma de un problema más grande que afecta a todos los que intentamos hacer nuestro trabajo con integridad”, ha afirmado Ismael. Su testimonio resuena con la inquietud de muchos en el sector, que ven cómo el clima de hostilidad se intensifica.
A medida que el programa avanzaba, Calabrés también destacó la importancia de la solidaridad en el ámbito periodístico.
“La prensa debe unirse para defender la libertad de expresión y condenar cualquier forma de violencia”, subrayó, haciendo eco de las voces que claman por un cambio en la narrativa política que rodea a los medios de comunicación.
El impacto de la violencia contra los periodistas no solo se siente en el ámbito individual, sino que afecta a la sociedad en su conjunto.
La deslegitimación del trabajo periodístico, como ha señalado Ismael, crea un precedente peligroso que puede llevar a un ciclo de violencia y miedo. “Si no se condena la violencia, se está dando luz verde a quienes creen que pueden silenciar a los que piensan diferente”, concluyó.
Con esta declaración, Ismael no solo busca visibilizar su propia experiencia, sino también abrir un debate sobre la responsabilidad de los líderes políticos en la creación de un entorno seguro para la prensa.
En un momento en que la libertad de expresión enfrenta desafíos sin precedentes, su testimonio se convierte en un llamado a la acción para proteger el derecho a informar y a ser informado.
El eco de sus palabras resuena en la comunidad periodística y más allá, recordándonos que la lucha por la libertad de prensa es una batalla
que todos debemos asumir, para garantizar que las voces críticas no sean silenciadas y que la verdad continúe siendo un pilar fundamental de nuestra sociedad.
