El exjefe de inteligencia venezolano Hugo “El Pollo” Carvajal ha declarado ante la justicia estadounidense que el régimen de Chávez y Maduro financió ilegalmente a Podemos mediante PDVSA y valijas diplomáticas.
El silencio ha terminado. Hugo Armando Carvajal, conocido como El Pollo, exjefe de inteligencia militar del chavismo y uno de los hombres más temidos del régimen de Hugo Chávez, ha decidido hablar.
Lo ha hecho ante un juez federal de Nueva York, convertido ahora en testigo protegido y colaborador de la justicia estadounidense.
Sus palabras han caído como una bomba sobre la política española: asegura que el Gobierno venezolano financió ilegalmente a Podemos a través de la petrolera estatal PDVSA y mediante valijas diplomáticas cargadas de dinero en efectivo.
“España fue uno de los principales destinos del dinero bolivariano”, ha afirmado sin titubeos.
El testimonio de Carvajal, descrito por fuentes cercanas al exespía como “detallado y demoledor”, pone en el centro del huracán al partido fundado por Pablo Iglesias.
Según su declaración, el régimen chavista habría utilizado durante más de una década a PDVSA como una “caja negra” para enviar fondos millonarios a movimientos de extrema izquierda en América Latina y Europa.
La lista de beneficiarios que ha enumerado es amplia y polémica: Néstor Kirchner en Argentina, Evo Morales en Bolivia, Lula da Silva en Brasil, Gustavo Petro en Colombia y el Movimiento Cinco Estrellas en Italia. Pero el nombre que más resuena en España es uno: Podemos.
“Durante años, el chavismo usó su aparato diplomático para financiar a partidos aliados con la promesa de extender la revolución bolivariana”, habría dicho Carvajal en su declaración.
“El dinero viajaba en metálico, dentro de maletas diplomáticas, sin dejar rastro bancario. Lo mismo que hacían con los Kirchner en Argentina o con el Movimiento Cinco Estrellas en Italia, lo hicieron en España”.
La frase, anotada en los documentos judiciales, deja poco margen a la ambigüedad.
El exjefe de inteligencia no se limita a lanzar acusaciones vagas. Su relato detalla una estructura internacional cuidadosamente diseñada para camuflar los flujos financieros procedentes del petróleo venezolano.
Según su versión, PDVSA actuaba como el canal principal de distribución, mientras que embajadas y consulados se encargaban de hacer llegar el dinero a los destinatarios. “Era un sistema perfecto”, explicó. “El dinero salía limpio de Caracas y llegaba sucio de ideología”.
Estas revelaciones, ahora en manos de las autoridades estadounidenses, han reavivado un tema que siempre ha perseguido a Podemos desde su fundación.
El partido, surgido en plena crisis económica de 2014, siempre ha negado cualquier relación financiera con el chavismo, aunque sus fundadores, entre ellos Pablo Iglesias y Juan Carlos Monedero, participaron activamente en asesorías y programas de cooperación con el Gobierno de Hugo Chávez.
Aquella relación, presentada durante años como meramente académica, adquiere ahora un nuevo significado a la luz del testimonio de Carvajal.
El Pollo Carvajal fue durante casi una década el guardián de los secretos más oscuros del chavismo. Conocía los movimientos de dinero, las rutas de los envíos y los nombres de quienes manejaban las operaciones.
Su conocimiento del entramado financiero del régimen es tan profundo que su testimonio ha sido considerado clave por la Fiscalía de Estados Unidos en varios casos de corrupción y narcotráfico vinculados a altos cargos venezolanos.
Que haya decidido ahora hablar sobre Podemos no es casualidad. Según su entorno, Carvajal busca “contarlo todo” a cambio de beneficios judiciales y protección.
“Durante años guardé silencio, pero ya no tengo nada que perder”, habría dicho el exespía, mirando al juez con gesto firme. “El chavismo compró lealtades, ideologías y voluntades. Lo hizo en América Latina, pero también en Europa. Y España fue parte de ese plan”.
Las palabras de Carvajal suenan a ajuste de cuentas, pero también a confesión.
Su relato encaja con documentos confidenciales que, según THE OBJECTIVE, muestran cómo el Gobierno venezolano utilizó su red diplomática para enviar fondos a dirigentes europeos dispuestos a difundir el mensaje bolivariano.
Esos fondos, según las investigaciones preliminares, se habrían destinado a financiar campañas, actos públicos y estructuras de comunicación política.
Lo más llamativo, sin embargo, no son los detalles logísticos, sino la precisión de los nombres. Carvajal no duda al identificar a Podemos como el principal beneficiario en España.
“El dinero llegó en metálico, directamente desde Caracas. Era dinero de PDVSA, de la corrupción del petróleo, usado para construir una red política internacional”, aseguró.
Si estas declaraciones se confirman judicialmente, las consecuencias serían devastadoras. No solo por el impacto político que supondría vincular a un partido español con financiación ilegal extranjera, sino por las implicaciones diplomáticas entre Madrid, Caracas y Washington.
El testimonio de Carvajal, además, podría reabrir viejas investigaciones archivadas por falta de pruebas y añadir presión a una izquierda española ya fragmentada y debilitada.
En los círculos políticos, la reacción ha sido inmediata. Algunos diputados del Partido Popular han exigido explicaciones públicas y la reapertura de las investigaciones sobre la financiación de Podemos.
En cambio, desde la formación morada han restado credibilidad al exespía, calificándolo de “mercenario político al servicio de intereses extranjeros”. Pero lo cierto es que el caso no parece dispuesto a desaparecer fácilmente del debate público.
La figura de El Pollo Carvajal, tan temida como enigmática, se ha convertido en el epicentro de una trama que amenaza con salpicar a medio continente.
Su paso de jefe del espionaje bolivariano a testigo protegido de la justicia estadounidense es, en sí mismo, una historia de redención y de peligro. Sabe demasiado, ha visto demasiado, y ahora parece dispuesto a contarlo todo.
España observa con atención, mientras el eco de sus palabras resuena más allá de las fronteras.
¿Hasta dónde llegarán sus revelaciones? ¿Se atreverán los tribunales a abrir una investigación formal? ¿Y qué ocurrirá con Podemos si se demuestra que su financiación estuvo manchada por dinero del chavismo?
El Pollo Carvajal, el hombre que una vez movía las sombras del poder en Caracas, ha decidido tirar de la manta. Y lo que está saliendo a la luz podría cambiar no solo la historia del chavismo, sino también el rumbo de la política española.
